La
práctica de atribuirle a otro un argumento que no le pertenece, para luego supuestamente
criticarlo, es también un comportamiento inmoral. Uno de estos críticos dice
que yo sostengo que «el modelo
económico neoliberal es el único causante de la corrupción en el Perú». Aunque
una frase de este tipo no existe en ninguno de mis dos artículos anteriores, el
crítico de marras afirma que el concepto de corrupción que desarrollo en ellos,
es economicista. Luego sentencia muy
orondo que el uso de fondos del tesoro o la práctica de patrimonialismo es una
costumbre de los que detentan el poder desde la época virreinal.
La concepción de corrupción que
desarrollo en mis artículos no alude exclusivamente al acto ilícito penal
de usufructo privado y, por lo tanto, inmoral
de la cosa pública. Estos actos han existido siempre y no tienen necesariamente
colores ideológicos. Lo que sostenemos es que la corrupción que caracteriza a
la sociedad peruana actual, es un proceso sociológico colectivo de
degradación. Hay una alteración generalizada de la conducta social y política
que desnaturaliza las instituciones de la sociedad. Parafraseando a Eloy
García, podemos decir que la sociedad se ha corrompido porque lo que los
hombres hacen en su vida social, difiere de lo que tienen por norma, aunque la
reconozcan formalmente.
El significado de la Globalización Neoliberal
El
neoliberalismo es un planteamiento ideo-político que se impone en el mundo a fines de los años
1970, mediante cambios constitucionales y las políticas públicas. El nuevo
andamiaje institucional subordina a la sociedad y a la política a la dinámica
de lo que se concibe como mercado autorregulado. Se impone un modelo político y económico que
cambia los equilibrios de poder debilitando notablemente la sindicalización de
los trabajadores, y que genera exclusión social, exacerba los problemas de
distribución, mina los acuerdos sociales básicos dentro de cada país, y acrecienta la desigualdad en la distribución
de los ingresos. Así, a nivel mundial se impone la práctica extractivista de
ganancia fácil, que abre paso a una degradación moral generalizada.
De
otro lado, con la globalización neoliberal los Estados Nacionales pierden
soberanía, dejan de actuar en defensa del interés de su colectividad,
facilitado la expansión de las empresas multinacionales que son responsables
únicamente ante sus administradores y accionistas. Pierden soberanía. Y, como
dice Dani Rodrik «las
multinacionales que solicitan tribunales de arbitraje especiales no tienen (…)
consideración por el interés público». Con Estados subordinados, la corrupción
se convierte en una forma de gobierno. Sin duda, la intensidad de esta
degradación estará en relación directa con la historia pasada de los gobiernos
y de su relación con la respectiva comunidad política.
Sin estado soberano y con una conducta
individualista que antepone el interés privado sobre el público, se abandona
los deberes cívicos y la importancia de estar «socialmente vinculado». Se llega
así a un estado social colectivo de irrespeto deliberado y generalizado de las
normas e instituciones que definen el Estado de Derecho.
Como dice J. M. Ros, el repliegue de los
individuos en su esfera privada «fomenta su obsesión por el bienestar material
y les hace indiferentes hacia los asuntos públicos, lejos de aumentar (…) su
independencia y realización personal, los sitúa en realidad, de manera
subrepticia y paternalista, a merced de las nuevas formas de despotismo (el
providencialismo estatal, la metafísica economicista del mercado etc.) (Véase
su artículo «Consideraciones sobre la
crítica republicada al liberalismo»).
Como salir de la crisis
No se sale de esta situación de
degradación solo cambiando el modelo económico o el capítulo económico de la
constitución. Como señalamos en nuestro libro «Otra Ruta de Desarrollo para el Perú: crítica del neoliberalismo y
propuesta de transformación republicana», los ejes de las reformas
político-constitucionales deberían ser:
1) Como la legitimidad democrática se
expresa y compendia en la Constitución, es
importante crear condiciones institucionales y legales mediante un cambio de la
Constitución, para que la legitimidad del poder político provenga del pueblo.
Ello implica, entre otras cosas, incorporar mecanismos explícitos de
comunicación y control ciudadano sobre los elegidos por el voto popular.
2) Reivindicar el principio de la
participación política, desarrollado ciudadanos como sujetos activos de
derechos y deberes. No puede haber ciudadanos súbditos, ni gobernantes
soberanos ni representantes elegidos que practican la impostura. El ciudadano, como propietario de su
soberanía, debe tener canales para asegurar su participación activa en la
discusión y toma de decisiones que atañen a la colectividad, a su vida en
sociedad;
3) Transformar el modelo neoliberal. Se
tiene que crear un contexto económico y social que haga posible la justicia,
libertad, la preservación ecológica, y que funde la legitimidad de la
democracia en la licencia social para explotar los recursos naturales.
A modo de conclusión
En el libro también proponemos
medidas específicas de reforma política para: a) Fortalecer a los partidos sin
quitarle poder a los ciudadanos; b) Desprofesionalizar la política, y
fortalecer la ciudadanía y la política; c) Fortalecer la independencia de los
poderes del Estado e introducir el control constitucional de los elegidos, y,
d) Institucionalizar la vigilancia permanente de la ciudadanía a sus
representantes.
No comments:
Post a Comment