La agudización de la crisis financiera internacional y sus efectos recesivos en la economía real de los países industrializados, ya está repercutiendo negativamente en países como el nuestro. Se están reduciendo los precios de los commodities afectando el sector externo de nuestras economías y, como consecuencia, los capitales empiezan a salir generando presiones al alza del tipo de cambio.
Crecimiento económico y brecha externa
Según el gobierno nuestra economía está blindada con reservas internacionales y superávit fiscal que le impedirá contagiarse con los efectos de la crisis internacional. Pero, solo en las dos últimas semanas el BCR ha vendido más de mil millones de dólares para neutralizar los factores que ahora provocan la elevación del tipo de cambio. Sin duda, el gobierno apuesta a mantener estable el precio de la moneda extranjera quemando reservas (tenemos bastante, piensan), para así impedir la desaceleración del crecimiento económico y, por supuesto, por el temor a sus efectos inflacionarios. Hay también quienes piensan que la recesión internacional, a través de sus canales conocidos, atenuará el crecimiento de la demanda interna, por lo que sería contraproducente adoptar medidas monetarias y fiscales contractivas.
En ninguna de estas posiciones aparece el escenario de crisis del sector externo configurado por las propias políticas de este gobierno. Esta crisis, que ahora es larvada, sería la segunda más importante del modelo neoliberal, y de mayor envergadura que la primera ocurrida en 1998. El déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos aumentó de 3.1% en el primer trimestre a 4.5% del PBI en el segundo trimestre. Si este comportamiento creciente continúa, terminaríamos con un déficit equivalente al 6.8% del PBI, sin contar con los efectos de la caída de los precios de los commodities que, sin duda, continuará este semestre con el agravamiento de la crisis internacional. La primera crisis ocurrió con un déficit de 5.9% del PBI. Es verdad que el BCR tiene más reservas que antes, pero ahora las AFPs tienen un amplio margen para expatriar nuestros ahorros. Este gobierno les aumentó el límite para sus inversiones en el exterior hasta 30%, no obstante que sus actuales inversiones no superan el 17%. Lo que sorprendería, entonces, es el monto significativo de reservas que perdería el BCR para enfrenar la salida de capitales.
Las causa internas del deterioro externo
La actual brecha entre la demanda interna y el producto potencial, que ha dado lugar al desequilibrio externo y a presiones inflacionarias, es de exclusiva responsabilidad de este gobierno. Hay un factor externo que se sumó recientemente a las políticas internas y que son las responsables de los actuales desequilibrios macroeconómicos. Primero, se facilitó el crecimiento espectacular de los pasivos externos del sistema bancario que aumentó, en similar magnitud, el crédito doméstico en moneda extranjera. Con ello se aceleró el crecimiento de la demanda interna y, por lo tanto, el de uno de sus componentes, las importaciones. Recuérdese que el directorio del BCR aumentó la remuneración al encaje por los depósitos en moneda extranjera.
Fuente: Notas de estudio del BCRP No 41
Segundo, con este gobierno empezó a reducirse el tipo de cambio real, con lo cual también se incrementó la demanda interna, porque al abaratar las importaciones las hizo crecer más rápido que las exportaciones.
Tercero, también se estimuló el crecimiento de las importaciones mediante las tres rebajas arancelarias; la última, la de marzo, con el argumento de bajar el componente importado de la inflación. Los efectos de estas reducciones no se circunscriben solo a contraer el superávit comercial, también dañaron a la industria nacional, reduciéndoles el mercado interno.
Cuarto, el BCR aceleró el crecimiento de la demanda interna privada al dejar que disminuya significativamente la tasa de interés real de referencia, desde la segunda mitad del 2007. Este comportamiento de la tasa real no se revierte hasta ahora con los aumentos de la tasa nominal.
Quinto, al crecimiento de la demanda interna impulsada por las políticas de este gobierno, se suma otro factor que exacerba el repunte inflacionario: la pérdida de credibilidad del BCR. La absurda reducción de la meta de inflación y la mezcla extraña de políticas para combatir el alza actual de precios (elevación de encajes y de la tasa de interés de referencia, y disminución de aranceles), han hecho que las expectativas inflacionarias se sitúen tres o más veces por encima de la meta de inflación.
La absurda contracción fiscal
Las medidas fiscales propuestas por este gobierno para prevenir la crisis (más por temor a los efectos de la crisis internacional), no afectan a las casusas de la brecha de demanda a producto potencial y del déficit en la balanza en cuenta corriente. La presión de demanda no proviene del sector público (cuyo tamaño, por lo demás, es ahora pequeño) sino del sector privado. Los que quieren recortar el gasto público en inversión, repiten una receta conocida. El gasto público total representa sólo el 10.8% de la demanda interna. El 89.2% corresponde al gasto privado. Además, cerca de la tercera parte del incremento de la demanda interna de los dos últimos años (33.1%) corresponde a importaciones. Es claro entonces que el exceso de demanda interna proviene del gasto privado y, parte importante de este gasto se desvía hacia las importaciones.
Fuente: BCRP
Elaboración Propia
Nota: La inversión privada incluye variación de existencias
Por otro lado, los que le piden mucho (o solo) a la política monetaria, creo que también están equivocados. La actual tendencia al desequilibrio externo requiere de otros instrumentos que sin duda deben también afectar a la demanda interna y, de paso, atenuar las presiones inflacionarias. Este desequilibrio es el problema central de la actual coyuntura. No hay que olvidar que con una crisis del sector externo, se refuerzan las presiones inflacionarias debido al overshooting cambiario que esta crisis genera.
Las medidas
En conclusión, para prevenir la crisis del sector externo y abatir la inflación, hay que secar el crédito en moneda extranjera mediante una significativa elevación del encaje; hay que elevar la tasa de interés real de referencia; hay que reducir el límite de las inversiones de las AFPs de 30% a 17%; hay que introducir una política fiscal contractiva mediante una mayor recaudación de impuestos directos, y no con la reducción de los gastos de inversión pública (el país necesita más educación, más salud, más carreteras, etc.); hay que limitar la importación de bienes suntuarios con un aumento de aranceles; hay que eliminar el subsidio a los combustibles a las empresas mineras; hay que fortalecer los programas sociales para morigerar el impacto de la inflación en la pobreza; y, con el mismo propósito, hay que elevar el salario mínimo para restituirle su capacidad de compra perdida con la inflación. En fin, hay que iniciar la modificación del estilo de crecimiento para hacerlo más justo y equitativo.
Publicado en el Diario la República
Sunday, September 21, 2008
Friday, September 19, 2008
Sobre la inflación y las medidas para superarla
Las opiniones sobre el tema de la inflación que difunde la prensa, revela asombrosamente la medianía del conocimiento de muchos economistas y también de supuestos analistas políticos. ¿Cómo se puede decir que no hay relación entre el crecimiento del crédito doméstico con la inflación? ¿Cómo se puede afirmar que una reforma tributaria orientada a gravar más a los que más tienen, o que introduzca un impuesto a las sobreganancias mineras, no ayuda a combatir la inflación? ¿Cómo se puede calificar de ilógica la propuesta de reducción del crecimiento de la demanda interna con propósitos antiinflacionarios? En fin, ¿cómo se puede decir, sin ser cínico, que «lo mejor es seguir lo que se está haciendo hasta ahora» y que la economía «está en buenas manos»?
La inflación actual tiene un componente interno importante. Sí sólo tuviera un origen importado, el directorio del BCR no tendría por qué haber subido la tasa de interés de referencia hasta 6.5%, ni tampoco habría subido los encajes con la creencia ingenua de que esto equivalía también a subir la tasa de interés. Lo ha hecho porque efectivamente hay un crecimiento de la demanda interna por encima del crecimiento del producto potencial que presiona al alza de los precios. Cuando se dice que una contracción del crédito es contraproducente porque genera «incertidumbre y desconfianza», y, al mismo tiempo se dice que ׂ«lo mejor es seguir lo que se está haciendo hasta ahora», se revela una ignorancia atrevida. ¿Por que? Porque las medidas que adoptó el BCR tienen como propósito contraer el crédito doméstico para, de esta manera, reducir el crecimiento de la demanda interna. Otra cosa es que estas medidas hayan fracasado en su propósito de bajar sostenidamente la inflación.
Pero, ¿la inflación, además de su origen importado, es originada sólo por el alto crecimiento de la demanda interna? Hay que señalar que las causas internas de la inflación (y del creciente déficit externo) son de exclusiva responsabilidad de este gobierno. Primero, se facilitó el crecimiento espectacular de los pasivos externos del sistema bancario que aumentó, en similar magnitud, el crédito doméstico en moneda extranjera. Con ello se aceleró el crecimiento de la demanda interna y, por lo tanto, el de uno de sus componentes, las importaciones. Segundo, con este gobierno empezó a reducirse el tipo de cambio real, con lo cual también se incrementó la demanda interna, porque al abaratar las importaciones las hizo crecer más rápido que las exportaciones. Tercero, también se estimuló el crecimiento de las importaciones mediante las tres rebajas arancelarias; la última, la de marzo, con el cuento de bajar el componente importado de la inflación. Cuarto, el BCR aceleró el crecimiento de la demanda interna al dejar que disminuya significativamente la tasa de interés real de referencia, desde la segunda mitad del 2007. Este comportamiento de la tasa real no se revierte hasta ahora con los aumentos de la tasa nominal. Quinto, al crecimiento de la demanda interna impulsada por las políticas de este gobierno, hay que agregarle otro factor que exacerba el repunte inflacionario: la pérdida de credibilidad del BCR. La mezcla extraña de políticas para combatir la inflación (elevación de encajes y de la tasa de interés de referencia, y disminución de aranceles), ha dado lugar a que las expectativas inflacionarias se sitúen tres o más veces por encima de la meta de inflación.
Las causas de la inflación son, por lo tanto, de origen importado y de origen interno. Y, las de origen interno, tienen que ver con las políticas de este gobierno que han acelerado el crecimiento de la demanda interna y han exacerbado las expectativas inflacionarias. Además, el crecimiento de la demanda interna por encima del producto potencial, no sólo genera presiones inflacionarias, sino también un creciente déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos (4.5% de déficit respecto al PBI en el segundo trimestre de este año).
En conclusión, para abatir la inflación, pero también para reducir simultáneamente el déficit externo de la economía, y de esta manera evitar un crisis de graves consecuencias para el país, hay que secar el crédito en moneda extranjera; hay que elevar la tasa de interés real de referencia; hay que introducir una política fiscal contractiva mediante una mayor recaudación de impuestos directos, y no con la reducción de los gastos de inversión pública; hay que limitar la importación de bienes suntuarios con un aumento de aranceles; hay que eliminar el subsidio a los combustibles a las empresas mineras; hay que fortalecer los programas sociales para morigerar el impacto de la inflación en la pobreza; y, con el mismo propósito, hay que elevar el salario mínimo para restituirle su capacidad de compra perdida con la inflación.
Publicado en el Diario Gestión
La inflación actual tiene un componente interno importante. Sí sólo tuviera un origen importado, el directorio del BCR no tendría por qué haber subido la tasa de interés de referencia hasta 6.5%, ni tampoco habría subido los encajes con la creencia ingenua de que esto equivalía también a subir la tasa de interés. Lo ha hecho porque efectivamente hay un crecimiento de la demanda interna por encima del crecimiento del producto potencial que presiona al alza de los precios. Cuando se dice que una contracción del crédito es contraproducente porque genera «incertidumbre y desconfianza», y, al mismo tiempo se dice que ׂ«lo mejor es seguir lo que se está haciendo hasta ahora», se revela una ignorancia atrevida. ¿Por que? Porque las medidas que adoptó el BCR tienen como propósito contraer el crédito doméstico para, de esta manera, reducir el crecimiento de la demanda interna. Otra cosa es que estas medidas hayan fracasado en su propósito de bajar sostenidamente la inflación.
Pero, ¿la inflación, además de su origen importado, es originada sólo por el alto crecimiento de la demanda interna? Hay que señalar que las causas internas de la inflación (y del creciente déficit externo) son de exclusiva responsabilidad de este gobierno. Primero, se facilitó el crecimiento espectacular de los pasivos externos del sistema bancario que aumentó, en similar magnitud, el crédito doméstico en moneda extranjera. Con ello se aceleró el crecimiento de la demanda interna y, por lo tanto, el de uno de sus componentes, las importaciones. Segundo, con este gobierno empezó a reducirse el tipo de cambio real, con lo cual también se incrementó la demanda interna, porque al abaratar las importaciones las hizo crecer más rápido que las exportaciones. Tercero, también se estimuló el crecimiento de las importaciones mediante las tres rebajas arancelarias; la última, la de marzo, con el cuento de bajar el componente importado de la inflación. Cuarto, el BCR aceleró el crecimiento de la demanda interna al dejar que disminuya significativamente la tasa de interés real de referencia, desde la segunda mitad del 2007. Este comportamiento de la tasa real no se revierte hasta ahora con los aumentos de la tasa nominal. Quinto, al crecimiento de la demanda interna impulsada por las políticas de este gobierno, hay que agregarle otro factor que exacerba el repunte inflacionario: la pérdida de credibilidad del BCR. La mezcla extraña de políticas para combatir la inflación (elevación de encajes y de la tasa de interés de referencia, y disminución de aranceles), ha dado lugar a que las expectativas inflacionarias se sitúen tres o más veces por encima de la meta de inflación.
Las causas de la inflación son, por lo tanto, de origen importado y de origen interno. Y, las de origen interno, tienen que ver con las políticas de este gobierno que han acelerado el crecimiento de la demanda interna y han exacerbado las expectativas inflacionarias. Además, el crecimiento de la demanda interna por encima del producto potencial, no sólo genera presiones inflacionarias, sino también un creciente déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos (4.5% de déficit respecto al PBI en el segundo trimestre de este año).
En conclusión, para abatir la inflación, pero también para reducir simultáneamente el déficit externo de la economía, y de esta manera evitar un crisis de graves consecuencias para el país, hay que secar el crédito en moneda extranjera; hay que elevar la tasa de interés real de referencia; hay que introducir una política fiscal contractiva mediante una mayor recaudación de impuestos directos, y no con la reducción de los gastos de inversión pública; hay que limitar la importación de bienes suntuarios con un aumento de aranceles; hay que eliminar el subsidio a los combustibles a las empresas mineras; hay que fortalecer los programas sociales para morigerar el impacto de la inflación en la pobreza; y, con el mismo propósito, hay que elevar el salario mínimo para restituirle su capacidad de compra perdida con la inflación.
Publicado en el Diario Gestión
Subscribe to:
Posts (Atom)