Políticos, economistas y periodistas que aun adhieren al fujimorismo económico, arremetieron en las últimas semanas no sólo contra el programa de reactivación del gobierno actual sino también contra algunos miembros del grupo económico gubernamental que ellos llaman heterodoxos. Estos fujimoristas económicos están advirtiendo a la opinión pública que con la nueva composición del Banco Central de Reserva (BCR), peligra su supuesto correcto desempeño mostrado durante todo el régimen dictatorial. El propósito de esta nota es mostrar que esta campaña no tiene sustento alguno.
Dicen que el BCR ha venido funcionando bien desde los 90, concentrándose en su labor primordial: el control de la inflación. Lo que no dicen es que el BCR utilizó el tipo de cambio como uno de los principales instrumentos antiinflacionarios, dando lugar a un atraso cambiario espectacular que afectó la competitividad de las actividades de exportación de transables no primarios y bloqueó, por lo tanto, la posibilidad de expandir los ingresos y el empleo en forma sostenida. El tipo de cambio real de los últimos diez años se mantuvo en un promedio equivalente a 44.5% de su nivel registrado en julio de 1985 y a 58% de su nivel registrado en julio de 1990.
Dicen que bajar la tasa de encaje en moneda extranjera o utilizar la política monetaria para reactivar la economía, sin tomar en cuenta el bajo nivel de intermediación financiera y la escasa participación de la moneda nacional en la liquidez total, es pura irresponsabilidad. Pero no dicen que el BCR fue el que propició la dolarización al fomentar el endeudamiento externo de la banca comercial mediante encajes efectivos diferenciales: 0% para las líneas de crédito externas y aproximadamente 44% para los depósitos domésticos en dólares hasta la crisis rusa de setiembre de 1998. Este tipo de política monetaria acrecentó innecesariamente la vulnerabilidad de la economía peruana ante cambios en el contexto financiero y comercial internacional. Durante la crisis rusa de setiembre de 1998, el BCR disminuyó la tasa de encaje en moneda extranjera de 44% a 39% para contrarrestar la consecuente fuga de capitales. En setiembre del 2000 lo bajó a 34.1%, pero esta vez, coincidiendo con el ajuste fiscal efectuado por el ex-ministro Boloña, para facilitar el retiro de los depósitos del gobierno mantenidos en el sistema bancario al mismo tiempo que contrarrestaba su efecto negativo en la liquidez de los bancos.
Dicen que a los bancos les sobra liquidez y que, por tanto, reducir la tasa de encaje en moneda extrajera no tiene sentido. Algunos dicen, además, sin asombrarse, que la disminución de la tasa de encaje apreciaría aun más el sol frente al dólar.¿No fue el BCR el que atrasó el tipo de cambio?. ¿Por qué no lo criticaron cuando fomentó la dolarización del sistema bancario?. Por lo demás, ¿no saben estos economistas que la corrida bancaria originada por el retiro de depósitos del gobierno en los últimos meses del año pasado, mostró que aun no se había enfrentado de modo radical la fragilidad e inestabilidad del sistema bancario desde que la fuga y posterior paralización de los capitales extranjeros erosionó sus fondos prestables?. ¿Cómo se explica el supuesto excedente de liquidez de los bancos si la economía no crece y no hay sujetos de crédito?. En una economía en recesión los depósitos no crecen y, en consecuencia, tampoco crecen las colocaciones. Es evidente que las dos disminuciones de la tasa de encaje se orientó a contrarrestar la salida de capitales del sistema bancario y no a estimular el nivel de actividad. Como su exclusivo objetivo es el control de la inflación, el BCR aprovechaba las recesiones para bajar la tasa de crecimiento de los precios sin importarle el nivel de actividad o, más precisamente, aún a costa del nivel de actividad.
Por último, dicen que nadie quiere una devaluación que elevaría la morosidad y afectaría a los bancos, pero tampoco una mayor apreciación del sol que afectaría a las exportaciones. Esta afirmación resume la confusión mental de estos fujimoristas económicos. En los últimos años el BCR mantuvo su política de “fijación sucia” del tipo de cambio para mantener la inflación bajo control, pero a costa de perder reservas. Y, al contener las presiones al alza del tipo de cambio evitó generar una crisis bancaria generalizada debido a que las familias y empresas endeudadas en dólares perciben sus ingresos en soles. Precisamente con este tipo de política el BCR condujo a la economía hacia una trampa. Hace un poco más de un año decíamos en este mismo diario que la crisis que se desate en el futuro, debe cargarse enteramente a los fujimoristas económicos. Estos y no otros fueron los responsable de haber generado una contradicción entre la estabilización de corto plazo y el crecimiento de largo plazo. En la economía actual, abierta y de mercado, no se puede crecer generando empleo bajo un régimen de tipo de cambio fijo, o sin incrementar el tipo de cambio real. Pero el fujimorismo económico cerró esta posibilidad. Si aumenta el tipo de cambio real, aumentaría la cartera incobrable de los bancos y se precipitaría una crisis financiera. ¿De qué sirve en estas condiciones que el BCR haya bajado la inflación?. El lector comprenderá ahora por qué decimos que el BCR optó por mantener la salud del sistema bancario, sin importarle el desempleo, la recesión y el deterioro de la calidad de vida de la mayoría de la población.
Esperemos, por el bien del país, que el BCR asuma su responsabilidad con mantener un nivel producción y empleo adecuado, y no sólo con mantener una inflación baja.
Publicado en el diari La República los días Lunes 01 y martes 02 de Octubre de 2001
Tuesday, October 02, 2001
Sunday, April 22, 2001
“Elección de Alan García sería frustrante para el desarrollo del país”
“Elección de Alan García sería frustrante para el desarrollo del país” dice el catedrático Félix Jiménez
¿Constituyen las ofertas electorales del candidato García, un programa económico serio de reactivación de la economía con generación de empleo?. ¿Qué hay detrás de las demandas de auxilio hechas a Silva Ruete y a Richard Webb?. ¿Perderemos otras vez como el 85-90 las posibilidades abiertas por la eclosión social de nuestro pueblo?
Escribe: Samuel Morales Chavarría
Para despejar estas preguntas entrevistamos en fecha reciente al Dr. Félix Jiménez, Ph.D. en economía, profesor de la Universidad Católica, y autor precisamente de una obra capital, que con el título de Macroeconomía ha publicado últimamente en dos volúmenes.
L: ¿En que términos debe plantearse el debate económico entre los candidatos Toledo y García?
FJ:
De la discusión económica y de los resultados electorales de la primera vuelta ha quedado mas o menos claro que el tema que interesa a la mayoría de los peruanos es el de la reactivación y crecimiento económico con generación de empleo. Cómo se va a reactivar la economía y cómo se va a lograr que crezca sostenidamente creando puestos de trabajo con ingresos estables y decentes, ese es el tema. Creo que ya han dicho algo sobre este asunto los dos candidatos que han pasado a la segunda vuelta. Diría, por ejemplo, que uno encuentra planteamientos más consistentes al respecto en Perú Posible que en el discurso de Alan García. No se entiende qué plan de reactivación y crecimiento puede ser aquel que expresa la intención de Alan García de bajar las tarifas de los servicios públicos, de abaratar el crédito y crear un banco agrario, de buscar mejores condiciones de pago de la deuda externa y de organizar el Plan Perú con los países europeos. Esta propuesta, como es fácil de comprender, no tiene argumento económico a favor de la reactivación y el crecimiento.
L: ¿Por qué?. ¿Qué elementos se contienen en una propuesta de reactivación y crecimiento que no se encuentren en la propuesta del candidato del APRA?.
FJ:
Los economistas sabemos que la reactivación es un asunto ligado estrechamente a la política macroeconómica. Alan García no dijo ni dice hasta la fecha con que tipo de política fiscal y monetaria reactivaría la economía. Por el contrario, ahora que empieza la campaña por la segunda vuelta este candidato se esfuerza por convencer a los bancos extranjeros, al capital financiero internacional, que respetará la disciplina fiscal y monetaria, es decir, que seguirá la política macroeconómica del fujimorismo, la política macroeconómica que impidió el crecimiento sostenido y que nos condujo a la crisis actual.
L: Pero, la intención de Alan García de bajar la tasa de interés ¿no tiene que ver con la política monetaria?
FJ:
No sé lo que piensa el abogado Alan García, no sé si la bajaría respetando las leyes del mercado, o mediante un decreto, o sólo creando el banco agrario y ordenándole que fije una tasa muy baja, más baja que la del mercado, porque supone que así se van a reducir también las otras tasas del mercado de crédito. Sinceramente creo que él no sabe con qué instrumentos monetarios bajaría la tasa de interés y con qué otros se aseguraría la expansión del crédito doméstico.
L: ¿Pero no es acaso que hay un gran componente de recursos del gobierno metidos precisamente en los bancos y que es el mecanismo de subastas de esos fondos lo que ha encarecido el crédito?
FJ:
La política monetaria, es decir, la disciplina monetaria del fujimorismo económico nunca estuvo orientada a abaratar el crédito y a estimular, por esta vía, el crecimiento y el empleo. El régimen fujimorista --que utilizó la política económica contra el crecimiento--, incrementó los depósitos del gobierno en el conjunto del sistema bancario, en moneda extranjera y en moneda nacional, para evitar una crisis financiera de envergadura entre 1998 y mediados de 1999. Esta fue su respuesta a los efectos de la crisis financiera internacional. Pero, quebraron algunos bancos y otros fueron auxiliados por el gobierno con operaciones de salvataje financiero utilizando los recursos del Estado, como el banco Latino, o ayudados a fusionarse con bancos internacionales, como el banco Wiese. Cuando por necesidad fiscal el gobierno empezó a retirar sus depósitos mantenidos en el sistema bancario, la fragilidad de éste sistema fue puesto en evidencia otra vez. Esta fragilidad se agudizó con la recesión del segundo semestre del año pasado, provocado por la caída espectacular de la inversión pública. El resultado fue la quiebra de los bancos NBK y Nuevo Mundo.
L: En un contexto más general ¿cómo deben entenderse los intentos de aproximación del candidato aprista a Silva Ruete y a Richard Webb?
FJ:
El candidato Alan García que dijo que su propuesta era no sólo contra el fujimorismo político sino también contra el fujimorismo económico, ahora está mostrando que no tiene ningún reparo en aparecer como el continuador de las políticas económicas fujimoristas. ¿Qué quiero decir con esto? Mantener la actual política fiscal es mantener la política fiscal procíclica del fujimorismo. Esta política fiscal, invariante ante la crisis financiera internacional de los años 1998-1999 y fundamentada por la doctrina neoliberal de la disciplina fiscal, provocó una recesión dentro de la recesión con la caída de la inversión pública de aproximadamente 30% en los dos últimos trimestres del año pasado. Y esta recesión ha agravado la fragilidad financiera al aumentar la cartera morosa de los bancos. Alan García se ha declarado, además, continuador de la política monetaria del fujimorismo al anunciar que facilitará el retorno de los economistas neoliberales al directorio y presidencia del Banco Central. ¿Qué cambio puede usted esperar en la política monetaria en estas condiciones?. Ninguno, si se va a mantener un Banco Central que durante el fujimorismo actuó de espaldas a la producción y el empleo, que se preocupó de controlar férreamente la inflación mediante la “fijación sucia” (no la “flotación sucia”) del tipo de cambio haciéndonos perder competitividad internacional y que, en consecuencia, agravó el desequilibrio externo de la economía. En resumen, Alan García está diciéndole a los organismos financieros internacionales que va a mantener la política fiscal y la política monetaria del fujimorismo económico. Está decidido a hacer lo que su compadre Carlos Andrés Pérez hizo en Venezuela, o lo que De la Rúa está haciendo en Argentina. Estamos advertidos. Él seguirá el camino de los que en algún momento fueron pésimos populistas y después terminaron siendo los más ardientes defensores de la política económica neoliberal.
L: ¿En todo caso, no es un signo de buena conducta, más dirigido al exterior que al interior?.
FJ:
Efectivamente, el candidato García está haciendo su campaña para la segunda vuelta ante los mercados financieros internacionales. Como quiere ganar a toda costa y carece de credibilidad en estos mercados, les está diciendo que respetará la disciplina fiscal y monetaria, es decir, que no hará política macroeconómica para reactivar y hacer crecer la economía. Así entienden la disciplina fiscal y monetaria los neoliberales. Es la música celestial de la que hablaba Candessus cuando se refería a la política económica del fujimorismo. Por eso Alan García ya no insiste que su propuesta es contra el fujimorismo económico y por eso ha encandilado a las Martas y a los Abusadas. Este cambio de discurso y de auditorio sólo revela que estamos ante el mismo personaje ambicioso de poder, revestido de simpáticas maneras. Él se pinta respetuoso de la disciplina fiscal y monetaria ante los que dictaron, durante una década, directa o indirectamente, las políticas económicas del régimen fujimorista. Ya no es capaz de decirle al pueblo del Perú que utilizará las políticas fiscales y monetarias para sacar al país de la recesión, para cambiar los precios relativos y favorecer, de este modo, el crecimiento sostenido de la producción y el empleo. Por lo tanto, un candidato que nos dice que va a hacer más o menos lo mismo en materia de políticas macroconómicas, no es el candidato que el país actual necesita.
L: ¿Está diciendo usted que sería frustrante para el desarrollo del país la elección de Alan García para un segundo período?
FJ:
Sí. Su reciente viraje del populismo hacia el neoliberalismo es la amenaza de una aplanadora a la eclosión democrática y de justicia social surgida en plena crisis del modelo económico neoliberal. Estamos viviendo una situación, social y políticamente, similar a la de los años 80. En esos años, Alan García, con su gobierno desastroso de 1985-1990, mató la eclosión democrática y de justicia social que surgió de la crisis del modelo sustitutivo de importaciones. Él le abrió las puertas al fundamentalismo neoliberal y ahora, después de diez años, en plena crisis del modelo económico neoliberal, se muestra ante los mercados financieros internacionales como su salvador. Esta segunda eclosión es la segunda oportunidad que tiene nuestro país para iniciar el camino del desarrollo y no debemos desperdiciarla.
L: ¿Y qué hay por el lado del candidato Alejandro Toledo de Perú Posible?
FJ:
A mi juicio el equipo económico de Toledo está decidido a rescatar la utilidad de las políticas monetarias y fiscales, no sólo para reactivar la economía, sino también para, modificando su modo de crecer y acumular capital, asegurar su crecimiento sostenido. Los que no saben de economía (y ciertamente no tienen por qué saber los que no son economistas), no saben la importancia teórica y técnica que tiene el rescatar la utilidad de las políticas monetarias y fiscales de la actual estructura económica y financiera del país. Emprender ese rescate significa, en primer lugar, enfrentar una serie de obstáculos de tipo institucional y administrativo heredados del fujimorismo económico. Me explico. ¿Cómo restituirle a la política fiscal su papel reactivador?. Cambiando su objetivo y transformándola de procíclica en anticíclica. La política fiscal procíclica del fujimorismo tuvo como objetivo esencial generar superávit primarios para servir la deuda externa, para transferir recursos del sector privado al gobierno y de este al exterior.
L:. ¿Las dificultades son similares en lo que respecta a la política monetaria?
FJ:
Efectivamente. Hay que resolver procesalmente la enorme dificultad creada por el fujimorismo económico para utilizar la política monetaria con propósitos de producción y empleo. ¿Cuál es esa dificultad? Es la contradicción entre el objetivo de corto plazo de estabilización y el objetivo de largo plazo de crecimiento económico sostenido. El control de la inflación se hizo atrasando el tipo de cambio y estimulando la dolarización del sistema bancario. El resultado fue la real desvinculación de la política monetaria de los objetivos de reactivación y crecimiento. Al estimular y fortalecer el proceso de dolarización, se redujo notablemente la posibilidad de poner el tipo de cambio al servicio de la producción y el empleo, como corresponde en una economía abierta y de mercado. Los aumentos del tipo de cambio amenazan la estabilidad del sistema bancario debido a que aumenta su cartera morosa al disminuir la capacidad de pago de las familias y empresas que perciben sus ingresos en soles, pero que se encuentran endeudadas en dólares. Rescatar la utilidad de la política monetaria es, por lo tanto, imaginar medidas que estimulen el uso generalizado de la moneda nacional o reduzcan gradualmente la proporción dolarizada del portafolio bancario heredado de la dictadura fujimorista.
L: En ese contexto o panorama ¿cómo explica usted la presencia de Kucsynski en el equipo económico de Perú Posible?
FJ:
Creo que es de conocimiento de la opinión pública que el Sr. Kucsynski es parte de un equipo de economistas convencidos de la utilidad de las políticas monetarias y fiscales para reactivar la economía y para estimular su crecimiento.
L: Finalmente, ¿cuáles deberían ser los aspectos puntuales de la agenda del debate entre Toledo y García?
FJ:
Los candidatos o sus equipos tienen la obligación de decirle a la población con qué instrumentos monetarios y fiscales van a reactivar la economía; y, cómo van a utilizar estos instrumentos y con qué otras políticas complementarias para modificar la actual estructura de precios relativos y, de este modo, rentabilizar las inversiones privadas en las actividades productoras de bienes comercializables no-primarios y generadoras de empleo. En fin...deben decirle a la población si van a mantener el modelo primario exportador heredado del régimen fujimorista; modelo que no genera empleo con ingresos estables, y que ha empeorado la calidad de vida de la población.
Entrevista publicada en el diario Liberación, Año II Nro. 523
¿Constituyen las ofertas electorales del candidato García, un programa económico serio de reactivación de la economía con generación de empleo?. ¿Qué hay detrás de las demandas de auxilio hechas a Silva Ruete y a Richard Webb?. ¿Perderemos otras vez como el 85-90 las posibilidades abiertas por la eclosión social de nuestro pueblo?
Escribe: Samuel Morales Chavarría
Para despejar estas preguntas entrevistamos en fecha reciente al Dr. Félix Jiménez, Ph.D. en economía, profesor de la Universidad Católica, y autor precisamente de una obra capital, que con el título de Macroeconomía ha publicado últimamente en dos volúmenes.
L: ¿En que términos debe plantearse el debate económico entre los candidatos Toledo y García?
FJ:
De la discusión económica y de los resultados electorales de la primera vuelta ha quedado mas o menos claro que el tema que interesa a la mayoría de los peruanos es el de la reactivación y crecimiento económico con generación de empleo. Cómo se va a reactivar la economía y cómo se va a lograr que crezca sostenidamente creando puestos de trabajo con ingresos estables y decentes, ese es el tema. Creo que ya han dicho algo sobre este asunto los dos candidatos que han pasado a la segunda vuelta. Diría, por ejemplo, que uno encuentra planteamientos más consistentes al respecto en Perú Posible que en el discurso de Alan García. No se entiende qué plan de reactivación y crecimiento puede ser aquel que expresa la intención de Alan García de bajar las tarifas de los servicios públicos, de abaratar el crédito y crear un banco agrario, de buscar mejores condiciones de pago de la deuda externa y de organizar el Plan Perú con los países europeos. Esta propuesta, como es fácil de comprender, no tiene argumento económico a favor de la reactivación y el crecimiento.
L: ¿Por qué?. ¿Qué elementos se contienen en una propuesta de reactivación y crecimiento que no se encuentren en la propuesta del candidato del APRA?.
FJ:
Los economistas sabemos que la reactivación es un asunto ligado estrechamente a la política macroeconómica. Alan García no dijo ni dice hasta la fecha con que tipo de política fiscal y monetaria reactivaría la economía. Por el contrario, ahora que empieza la campaña por la segunda vuelta este candidato se esfuerza por convencer a los bancos extranjeros, al capital financiero internacional, que respetará la disciplina fiscal y monetaria, es decir, que seguirá la política macroeconómica del fujimorismo, la política macroeconómica que impidió el crecimiento sostenido y que nos condujo a la crisis actual.
L: Pero, la intención de Alan García de bajar la tasa de interés ¿no tiene que ver con la política monetaria?
FJ:
No sé lo que piensa el abogado Alan García, no sé si la bajaría respetando las leyes del mercado, o mediante un decreto, o sólo creando el banco agrario y ordenándole que fije una tasa muy baja, más baja que la del mercado, porque supone que así se van a reducir también las otras tasas del mercado de crédito. Sinceramente creo que él no sabe con qué instrumentos monetarios bajaría la tasa de interés y con qué otros se aseguraría la expansión del crédito doméstico.
L: ¿Pero no es acaso que hay un gran componente de recursos del gobierno metidos precisamente en los bancos y que es el mecanismo de subastas de esos fondos lo que ha encarecido el crédito?
FJ:
La política monetaria, es decir, la disciplina monetaria del fujimorismo económico nunca estuvo orientada a abaratar el crédito y a estimular, por esta vía, el crecimiento y el empleo. El régimen fujimorista --que utilizó la política económica contra el crecimiento--, incrementó los depósitos del gobierno en el conjunto del sistema bancario, en moneda extranjera y en moneda nacional, para evitar una crisis financiera de envergadura entre 1998 y mediados de 1999. Esta fue su respuesta a los efectos de la crisis financiera internacional. Pero, quebraron algunos bancos y otros fueron auxiliados por el gobierno con operaciones de salvataje financiero utilizando los recursos del Estado, como el banco Latino, o ayudados a fusionarse con bancos internacionales, como el banco Wiese. Cuando por necesidad fiscal el gobierno empezó a retirar sus depósitos mantenidos en el sistema bancario, la fragilidad de éste sistema fue puesto en evidencia otra vez. Esta fragilidad se agudizó con la recesión del segundo semestre del año pasado, provocado por la caída espectacular de la inversión pública. El resultado fue la quiebra de los bancos NBK y Nuevo Mundo.
L: En un contexto más general ¿cómo deben entenderse los intentos de aproximación del candidato aprista a Silva Ruete y a Richard Webb?
FJ:
El candidato Alan García que dijo que su propuesta era no sólo contra el fujimorismo político sino también contra el fujimorismo económico, ahora está mostrando que no tiene ningún reparo en aparecer como el continuador de las políticas económicas fujimoristas. ¿Qué quiero decir con esto? Mantener la actual política fiscal es mantener la política fiscal procíclica del fujimorismo. Esta política fiscal, invariante ante la crisis financiera internacional de los años 1998-1999 y fundamentada por la doctrina neoliberal de la disciplina fiscal, provocó una recesión dentro de la recesión con la caída de la inversión pública de aproximadamente 30% en los dos últimos trimestres del año pasado. Y esta recesión ha agravado la fragilidad financiera al aumentar la cartera morosa de los bancos. Alan García se ha declarado, además, continuador de la política monetaria del fujimorismo al anunciar que facilitará el retorno de los economistas neoliberales al directorio y presidencia del Banco Central. ¿Qué cambio puede usted esperar en la política monetaria en estas condiciones?. Ninguno, si se va a mantener un Banco Central que durante el fujimorismo actuó de espaldas a la producción y el empleo, que se preocupó de controlar férreamente la inflación mediante la “fijación sucia” (no la “flotación sucia”) del tipo de cambio haciéndonos perder competitividad internacional y que, en consecuencia, agravó el desequilibrio externo de la economía. En resumen, Alan García está diciéndole a los organismos financieros internacionales que va a mantener la política fiscal y la política monetaria del fujimorismo económico. Está decidido a hacer lo que su compadre Carlos Andrés Pérez hizo en Venezuela, o lo que De la Rúa está haciendo en Argentina. Estamos advertidos. Él seguirá el camino de los que en algún momento fueron pésimos populistas y después terminaron siendo los más ardientes defensores de la política económica neoliberal.
L: ¿En todo caso, no es un signo de buena conducta, más dirigido al exterior que al interior?.
FJ:
Efectivamente, el candidato García está haciendo su campaña para la segunda vuelta ante los mercados financieros internacionales. Como quiere ganar a toda costa y carece de credibilidad en estos mercados, les está diciendo que respetará la disciplina fiscal y monetaria, es decir, que no hará política macroeconómica para reactivar y hacer crecer la economía. Así entienden la disciplina fiscal y monetaria los neoliberales. Es la música celestial de la que hablaba Candessus cuando se refería a la política económica del fujimorismo. Por eso Alan García ya no insiste que su propuesta es contra el fujimorismo económico y por eso ha encandilado a las Martas y a los Abusadas. Este cambio de discurso y de auditorio sólo revela que estamos ante el mismo personaje ambicioso de poder, revestido de simpáticas maneras. Él se pinta respetuoso de la disciplina fiscal y monetaria ante los que dictaron, durante una década, directa o indirectamente, las políticas económicas del régimen fujimorista. Ya no es capaz de decirle al pueblo del Perú que utilizará las políticas fiscales y monetarias para sacar al país de la recesión, para cambiar los precios relativos y favorecer, de este modo, el crecimiento sostenido de la producción y el empleo. Por lo tanto, un candidato que nos dice que va a hacer más o menos lo mismo en materia de políticas macroconómicas, no es el candidato que el país actual necesita.
L: ¿Está diciendo usted que sería frustrante para el desarrollo del país la elección de Alan García para un segundo período?
FJ:
Sí. Su reciente viraje del populismo hacia el neoliberalismo es la amenaza de una aplanadora a la eclosión democrática y de justicia social surgida en plena crisis del modelo económico neoliberal. Estamos viviendo una situación, social y políticamente, similar a la de los años 80. En esos años, Alan García, con su gobierno desastroso de 1985-1990, mató la eclosión democrática y de justicia social que surgió de la crisis del modelo sustitutivo de importaciones. Él le abrió las puertas al fundamentalismo neoliberal y ahora, después de diez años, en plena crisis del modelo económico neoliberal, se muestra ante los mercados financieros internacionales como su salvador. Esta segunda eclosión es la segunda oportunidad que tiene nuestro país para iniciar el camino del desarrollo y no debemos desperdiciarla.
L: ¿Y qué hay por el lado del candidato Alejandro Toledo de Perú Posible?
FJ:
A mi juicio el equipo económico de Toledo está decidido a rescatar la utilidad de las políticas monetarias y fiscales, no sólo para reactivar la economía, sino también para, modificando su modo de crecer y acumular capital, asegurar su crecimiento sostenido. Los que no saben de economía (y ciertamente no tienen por qué saber los que no son economistas), no saben la importancia teórica y técnica que tiene el rescatar la utilidad de las políticas monetarias y fiscales de la actual estructura económica y financiera del país. Emprender ese rescate significa, en primer lugar, enfrentar una serie de obstáculos de tipo institucional y administrativo heredados del fujimorismo económico. Me explico. ¿Cómo restituirle a la política fiscal su papel reactivador?. Cambiando su objetivo y transformándola de procíclica en anticíclica. La política fiscal procíclica del fujimorismo tuvo como objetivo esencial generar superávit primarios para servir la deuda externa, para transferir recursos del sector privado al gobierno y de este al exterior.
L:. ¿Las dificultades son similares en lo que respecta a la política monetaria?
FJ:
Efectivamente. Hay que resolver procesalmente la enorme dificultad creada por el fujimorismo económico para utilizar la política monetaria con propósitos de producción y empleo. ¿Cuál es esa dificultad? Es la contradicción entre el objetivo de corto plazo de estabilización y el objetivo de largo plazo de crecimiento económico sostenido. El control de la inflación se hizo atrasando el tipo de cambio y estimulando la dolarización del sistema bancario. El resultado fue la real desvinculación de la política monetaria de los objetivos de reactivación y crecimiento. Al estimular y fortalecer el proceso de dolarización, se redujo notablemente la posibilidad de poner el tipo de cambio al servicio de la producción y el empleo, como corresponde en una economía abierta y de mercado. Los aumentos del tipo de cambio amenazan la estabilidad del sistema bancario debido a que aumenta su cartera morosa al disminuir la capacidad de pago de las familias y empresas que perciben sus ingresos en soles, pero que se encuentran endeudadas en dólares. Rescatar la utilidad de la política monetaria es, por lo tanto, imaginar medidas que estimulen el uso generalizado de la moneda nacional o reduzcan gradualmente la proporción dolarizada del portafolio bancario heredado de la dictadura fujimorista.
L: En ese contexto o panorama ¿cómo explica usted la presencia de Kucsynski en el equipo económico de Perú Posible?
FJ:
Creo que es de conocimiento de la opinión pública que el Sr. Kucsynski es parte de un equipo de economistas convencidos de la utilidad de las políticas monetarias y fiscales para reactivar la economía y para estimular su crecimiento.
L: Finalmente, ¿cuáles deberían ser los aspectos puntuales de la agenda del debate entre Toledo y García?
FJ:
Los candidatos o sus equipos tienen la obligación de decirle a la población con qué instrumentos monetarios y fiscales van a reactivar la economía; y, cómo van a utilizar estos instrumentos y con qué otras políticas complementarias para modificar la actual estructura de precios relativos y, de este modo, rentabilizar las inversiones privadas en las actividades productoras de bienes comercializables no-primarios y generadoras de empleo. En fin...deben decirle a la población si van a mantener el modelo primario exportador heredado del régimen fujimorista; modelo que no genera empleo con ingresos estables, y que ha empeorado la calidad de vida de la población.
Entrevista publicada en el diario Liberación, Año II Nro. 523
Thursday, March 08, 2001
"El único candidato que no ofrece lo mismo de siempre es Alejandro Toledo”, dice brillante economista
¿Es verdad que no hay propuestas económicas en debate? ; ¿no es acaso parte de una propuesta afirmar que “no gastaremos más de lo que se recaude”? ; ¿qué concepción económica hay detrás de los candidatos que adhieren a los llamados equilibrios macroeconómicos, en todo momento y en todo lugar?
Escribe: Samuel Morales Chavarría
Para responder estas preguntas y otras entrevistamos al Ph.D. en economía Félix Jiménez, (The New School for Social Research, EE.UU.) profesor de la Universidad Católica, quien al rigor teórico une un vasto andamiaje de datos, cifras y análisis de contenidos de las manifestaciones expresadas por los agentes económicos y políticos.
Doctor Jíménez, ¿es verdad que no existen o que no están claras las propuestas económicas de los candidatos?
No es verdad. Detrás de las preguntas y afirmaciones que sobre este tema hacen muchos periodistas, hay la nostalgia por el “listado de lavandería” que los partidos de hace dos décadas presentaban a la población como “programas de gobierno”. En el mundo de hoy, en una economía abierta y de mercado, las opciones son claras; no necesitamos de mucho detalle para saber que se va a hacer desde el Banco Central, desde el Ministerio de Economía y Finanzas y desde los ministerios de la producción. ¿Qué falta para saber que la candidata Lourdes Flores representa a la derecha neoliberal, es decir, la continuidad del modelo injusto e irracional implantado por el fujimorismo?. ¿Qué falta para saber que Carlos Bologna le hace el bajo a esta candidata con su cantaleta neoliberal para seguir con lo “bueno” del fujimorismo?. ¿Qué hace falta para saber que Alan García, en materia de política macroeconómica ha abdicado ante la ideología neoliberal de los equilibrios?. Desafortunadamente, lo digo con respeto pero también con cierta pena, los medios de comunicación están llenos de periodistas y “economistas” intonsos que han caído en la trampa de la monomanía neoliberal. Ellos preguntan a los candidatos o a sus voceros, levantando el cuello y con aire intelectual, ¿Está de acuerdo con las privatizaciones?, ¿Está de acuerdo con el equilibrio fiscal?, ¿Está de acuerdo con la disciplina monetaria?, etc. etc., y, uno se pregunta si ellos realmente saben el significado de las palabras o conceptos que están empleando.
Bueno, y ¿está claro acaso lo que propone Alejandro Toledo?.
Mire, la campaña electoral actual esta revelando, en los predios de los candidatos que acabo de aludir, una capitulación completa a favor del neoliberalismo económico. Estos candidatos, cuyos ligeros matices en el discurso no hacen sino resaltar su extraña uniformidad ideológica, al adherir a los equilibrios macroeconómicos atemporales y a otras monsergas neoliberales, lo único que están haciendo es renunciar abiertamente a las posibilidades de un diseño de política económica independiente. Pero a contrapelo de esta uniformidad y denunciando la carroña del fujimorismo que infunde el miedo a lo desconocido y al cambio, está la figura y propuesta independiente y plural de Alejandro Toledo. Él representa, a mi juicio, una esperanza de cambio, en política y en economía. ¿Acaso dos décadas perdidas que han empobrecido aun más a la mayoría de la población, no son suficientes para rechazar el continuismo en la manera de hacer economía y política?.
¿Cómo así?
El continuismo representa desempleo y mayor pobreza, desindustrialización, empeoramiento del desequilibrio externo de la economía, dólar atrasado y ausencia de inserción competitiva en los mercados internacionales, dependencia del capital extranjero de corto plazo, pérdida de soberanía monetaria, y política fiscal al servicio de nuestros acreedores internacionales.
¿En qué sentido la propuesta de Toledo se aparta del neoliberalismo?.
Debo antes señalar que no pertenezco a su partido y que mi apoyo es por lo que representa en el Perú de hoy. Siempre estaré en la avenida de la esperanza y criticaré a los que la dañan y no contribuyen a enriquecerla. Bien. Toledo fue el abanderado político en la lucha contra la dictadura fujimorista y representa la pluralidad política y económica contra el neoliberalismo inhumano y uniformizador. Pero, además, él, no sé si conscientemente, está abriendo la posibilidad de imaginar y elaborar propuestas económicas como parte de un esfuerzo de vinculación creativa de la ciencia económica y la realidad subdesarrollada del país. Está contra los dogmas neoliberales cuando, por ejemplo, propone bajar el IGV, revisar el impuesto extraordinario de solidaridad, recuperar el uso privilegiado de la moneda nacional, ...en fin, cuando propone administrar de otra manera y en concordancia con los objetivos de reactivación y crecimiento, la política fiscal y la política monetaria.
Pero, ¿acaso no está él también de acuerdo con la disciplina o equilibrio fiscal, que usted considera una monserga neoliberal?
Los que participan en su equipo económico saben que el concepto de equilibrio económico, es básicamente un concepto ideológico, teóricamente inconsistente. Adherir a este dogma es renunciar al manejo independiente de la política fiscal y de la política monetaria. Pero, específicamente, el equilibrio fiscal es una concepto de política económica que pertenece al mediano plazo, que, en rigor, cubre el ciclo económico. Los instrumentos de política macroeconómica nacieron para administrar los ciclos con el objetivo de pleno empleo. Estos instrumentos deben usarse con imaginación en cada realidad concreta. Nadie que no tenga un mínimo de formación en economía puede acusar de improvisación o de insolvencia profesional al Directorio de la Reserva Federal de los EE.UU. por haber dispuesto bajar la tasa de interés y menos a su presidente A. Greenspan que acaba también de proponer una reducción en el monto de los impuestos.
¿Y por qué adoptan estas políticas en los EE. UU.?
Porque según sus autoridades económicas hay signos de una posible recesión y lo que están haciendo es anticiparse a lo que puede venir; es decir, impedir su realización y sus consecuentes efectos negativos, estimulando su economía. Además, como bajar los intereses no es al parecer suficiente en la economía norteamericana actual, entonces deciden también bajar los impuestos. En resumen, vemos que las autoridades económicas de los EE.UU. adoptan políticas monetarias y fiscales para evitar la recesión. Nos dan pues una lección de cómo atenuar o suavizar los elementos que conspiran a favor de la recesión económica. Los neoliberales de nuestro país, como Bologna, en plena recesión seguían generado superávit primarios. Un verdadero crimen en un país pobre como el nuestro. ¿Qué política fiscal y qué política monetaria van a instrumentar los candidatos neoliberales para sacarnos de la recesión?. Ellos no “creen” en la importancia de estos instrumentos. La verdad, sin embargo, es que detrás de sus monsergas del equilibrio fiscal y del manejo serio de la política monetaria, existe la defensa de intereses escondidos de mucha envergadura.
¿A qué nos estamos refiriendo?
Lo que quieren ocultar, es que toda la política económica deducible de sus declaraciones, está atada, primero, al servicio de la deuda externa, y segundo, al temor de revisarla por sus consecuencias en algunos intereses económicos que defienden. Hay que recordar a este respecto que en pleno gobierno fujimorista, su ministro Camet declaró que el tema “de los pápeles de la deuda son un secreto de estado”. Pretenden hacernos olvidar que los compromisos adquiridos con nuestros acreedores, se realizaron sobre la base de un cálculo del PBI a todas luces sobredimensionado, comprometiendo las posibilidades de desarrollo de nuestro país. Ello benefició a los que compraron papeles de la deuda. Por qué no se investiga quiénes son los que tienen papeles de la deuda y quiénes se beneficiaron con las privatizaciones, a los Camet y a todos los demás ministros de economía. Lo más fantástico, sin embargo, es que estos personajes que “temen” la renegociación de la deuda externa, recurren a un termómetro adhoc a sus intereses: el famoso “riesgo país” que tiene en permanente sobresalto, sin saber por quienes se sobresaltan, a nuestros economistas y analistas superficiales.
¿Cuál es la magnitud de sobredimensionamiento del PBI y por qué no nos favoreció en la renegociación de los servicios de la deuda, y adicionalmente, en relación a este tema, qué posibilidades ve usted para su replanteo?
En su oportunidad mencionamos que la sobreestimación del PBI superaba el 20 por ciento. La corrección hecha por el INEI tardíamente, revela una cifra de sólo 10 por ciento. No creo en esta cifra. Por lo demás, si se considera el atraso cambiario, la sobreestimación del PBI es vergonzosa. En 1996 el gobierno exhibía un PBI de 60,884 millones de dólares, pero con el dólar de paridad la cifra ascendía a sólo 36,335 millones de dólares, como lo publicó creo la Comisión de Promoción del Perú. El ministro Camet no hizo nada para corregir esta sobreestimación antes de renegociar la deuda. Sus asesores “oficializaron” la existencia de un PBI sobrestimado recién en enero de 1997. Por esta negligencia el país perdió la oportunidad de una condonación parcial o de lograr plazos más largos de pago durante la renegociación de nuestra deuda externa según nuestro ingreso per cápita (según los términos de Toronto para países de ingresos bajos o los términos de Houston para países del ingresos medios). El gobierno corrupto de Fujimori-Camet etc, exhibía un PBI per cápita de 2,500 dólares aproximadamente, cuando en realidad era menos de 1,500 dólares. Los industriales honestos y el pueblo pobre del Perú ya saben que este fue un gobierno de la mentira y del robo, y que las políticas neoliberales favorecen a intereses económicos reducidos y, más precisamente, a intereses económicos no nacionales.
Entrevista publicada en el diario Liberación, Año II Nro. 478. Lima, jueves 8 de marzo del 2001.
Escribe: Samuel Morales Chavarría
Para responder estas preguntas y otras entrevistamos al Ph.D. en economía Félix Jiménez, (The New School for Social Research, EE.UU.) profesor de la Universidad Católica, quien al rigor teórico une un vasto andamiaje de datos, cifras y análisis de contenidos de las manifestaciones expresadas por los agentes económicos y políticos.
Doctor Jíménez, ¿es verdad que no existen o que no están claras las propuestas económicas de los candidatos?
No es verdad. Detrás de las preguntas y afirmaciones que sobre este tema hacen muchos periodistas, hay la nostalgia por el “listado de lavandería” que los partidos de hace dos décadas presentaban a la población como “programas de gobierno”. En el mundo de hoy, en una economía abierta y de mercado, las opciones son claras; no necesitamos de mucho detalle para saber que se va a hacer desde el Banco Central, desde el Ministerio de Economía y Finanzas y desde los ministerios de la producción. ¿Qué falta para saber que la candidata Lourdes Flores representa a la derecha neoliberal, es decir, la continuidad del modelo injusto e irracional implantado por el fujimorismo?. ¿Qué falta para saber que Carlos Bologna le hace el bajo a esta candidata con su cantaleta neoliberal para seguir con lo “bueno” del fujimorismo?. ¿Qué hace falta para saber que Alan García, en materia de política macroeconómica ha abdicado ante la ideología neoliberal de los equilibrios?. Desafortunadamente, lo digo con respeto pero también con cierta pena, los medios de comunicación están llenos de periodistas y “economistas” intonsos que han caído en la trampa de la monomanía neoliberal. Ellos preguntan a los candidatos o a sus voceros, levantando el cuello y con aire intelectual, ¿Está de acuerdo con las privatizaciones?, ¿Está de acuerdo con el equilibrio fiscal?, ¿Está de acuerdo con la disciplina monetaria?, etc. etc., y, uno se pregunta si ellos realmente saben el significado de las palabras o conceptos que están empleando.
Bueno, y ¿está claro acaso lo que propone Alejandro Toledo?.
Mire, la campaña electoral actual esta revelando, en los predios de los candidatos que acabo de aludir, una capitulación completa a favor del neoliberalismo económico. Estos candidatos, cuyos ligeros matices en el discurso no hacen sino resaltar su extraña uniformidad ideológica, al adherir a los equilibrios macroeconómicos atemporales y a otras monsergas neoliberales, lo único que están haciendo es renunciar abiertamente a las posibilidades de un diseño de política económica independiente. Pero a contrapelo de esta uniformidad y denunciando la carroña del fujimorismo que infunde el miedo a lo desconocido y al cambio, está la figura y propuesta independiente y plural de Alejandro Toledo. Él representa, a mi juicio, una esperanza de cambio, en política y en economía. ¿Acaso dos décadas perdidas que han empobrecido aun más a la mayoría de la población, no son suficientes para rechazar el continuismo en la manera de hacer economía y política?.
¿Cómo así?
El continuismo representa desempleo y mayor pobreza, desindustrialización, empeoramiento del desequilibrio externo de la economía, dólar atrasado y ausencia de inserción competitiva en los mercados internacionales, dependencia del capital extranjero de corto plazo, pérdida de soberanía monetaria, y política fiscal al servicio de nuestros acreedores internacionales.
¿En qué sentido la propuesta de Toledo se aparta del neoliberalismo?.
Debo antes señalar que no pertenezco a su partido y que mi apoyo es por lo que representa en el Perú de hoy. Siempre estaré en la avenida de la esperanza y criticaré a los que la dañan y no contribuyen a enriquecerla. Bien. Toledo fue el abanderado político en la lucha contra la dictadura fujimorista y representa la pluralidad política y económica contra el neoliberalismo inhumano y uniformizador. Pero, además, él, no sé si conscientemente, está abriendo la posibilidad de imaginar y elaborar propuestas económicas como parte de un esfuerzo de vinculación creativa de la ciencia económica y la realidad subdesarrollada del país. Está contra los dogmas neoliberales cuando, por ejemplo, propone bajar el IGV, revisar el impuesto extraordinario de solidaridad, recuperar el uso privilegiado de la moneda nacional, ...en fin, cuando propone administrar de otra manera y en concordancia con los objetivos de reactivación y crecimiento, la política fiscal y la política monetaria.
Pero, ¿acaso no está él también de acuerdo con la disciplina o equilibrio fiscal, que usted considera una monserga neoliberal?
Los que participan en su equipo económico saben que el concepto de equilibrio económico, es básicamente un concepto ideológico, teóricamente inconsistente. Adherir a este dogma es renunciar al manejo independiente de la política fiscal y de la política monetaria. Pero, específicamente, el equilibrio fiscal es una concepto de política económica que pertenece al mediano plazo, que, en rigor, cubre el ciclo económico. Los instrumentos de política macroeconómica nacieron para administrar los ciclos con el objetivo de pleno empleo. Estos instrumentos deben usarse con imaginación en cada realidad concreta. Nadie que no tenga un mínimo de formación en economía puede acusar de improvisación o de insolvencia profesional al Directorio de la Reserva Federal de los EE.UU. por haber dispuesto bajar la tasa de interés y menos a su presidente A. Greenspan que acaba también de proponer una reducción en el monto de los impuestos.
¿Y por qué adoptan estas políticas en los EE. UU.?
Porque según sus autoridades económicas hay signos de una posible recesión y lo que están haciendo es anticiparse a lo que puede venir; es decir, impedir su realización y sus consecuentes efectos negativos, estimulando su economía. Además, como bajar los intereses no es al parecer suficiente en la economía norteamericana actual, entonces deciden también bajar los impuestos. En resumen, vemos que las autoridades económicas de los EE.UU. adoptan políticas monetarias y fiscales para evitar la recesión. Nos dan pues una lección de cómo atenuar o suavizar los elementos que conspiran a favor de la recesión económica. Los neoliberales de nuestro país, como Bologna, en plena recesión seguían generado superávit primarios. Un verdadero crimen en un país pobre como el nuestro. ¿Qué política fiscal y qué política monetaria van a instrumentar los candidatos neoliberales para sacarnos de la recesión?. Ellos no “creen” en la importancia de estos instrumentos. La verdad, sin embargo, es que detrás de sus monsergas del equilibrio fiscal y del manejo serio de la política monetaria, existe la defensa de intereses escondidos de mucha envergadura.
¿A qué nos estamos refiriendo?
Lo que quieren ocultar, es que toda la política económica deducible de sus declaraciones, está atada, primero, al servicio de la deuda externa, y segundo, al temor de revisarla por sus consecuencias en algunos intereses económicos que defienden. Hay que recordar a este respecto que en pleno gobierno fujimorista, su ministro Camet declaró que el tema “de los pápeles de la deuda son un secreto de estado”. Pretenden hacernos olvidar que los compromisos adquiridos con nuestros acreedores, se realizaron sobre la base de un cálculo del PBI a todas luces sobredimensionado, comprometiendo las posibilidades de desarrollo de nuestro país. Ello benefició a los que compraron papeles de la deuda. Por qué no se investiga quiénes son los que tienen papeles de la deuda y quiénes se beneficiaron con las privatizaciones, a los Camet y a todos los demás ministros de economía. Lo más fantástico, sin embargo, es que estos personajes que “temen” la renegociación de la deuda externa, recurren a un termómetro adhoc a sus intereses: el famoso “riesgo país” que tiene en permanente sobresalto, sin saber por quienes se sobresaltan, a nuestros economistas y analistas superficiales.
¿Cuál es la magnitud de sobredimensionamiento del PBI y por qué no nos favoreció en la renegociación de los servicios de la deuda, y adicionalmente, en relación a este tema, qué posibilidades ve usted para su replanteo?
En su oportunidad mencionamos que la sobreestimación del PBI superaba el 20 por ciento. La corrección hecha por el INEI tardíamente, revela una cifra de sólo 10 por ciento. No creo en esta cifra. Por lo demás, si se considera el atraso cambiario, la sobreestimación del PBI es vergonzosa. En 1996 el gobierno exhibía un PBI de 60,884 millones de dólares, pero con el dólar de paridad la cifra ascendía a sólo 36,335 millones de dólares, como lo publicó creo la Comisión de Promoción del Perú. El ministro Camet no hizo nada para corregir esta sobreestimación antes de renegociar la deuda. Sus asesores “oficializaron” la existencia de un PBI sobrestimado recién en enero de 1997. Por esta negligencia el país perdió la oportunidad de una condonación parcial o de lograr plazos más largos de pago durante la renegociación de nuestra deuda externa según nuestro ingreso per cápita (según los términos de Toronto para países de ingresos bajos o los términos de Houston para países del ingresos medios). El gobierno corrupto de Fujimori-Camet etc, exhibía un PBI per cápita de 2,500 dólares aproximadamente, cuando en realidad era menos de 1,500 dólares. Los industriales honestos y el pueblo pobre del Perú ya saben que este fue un gobierno de la mentira y del robo, y que las políticas neoliberales favorecen a intereses económicos reducidos y, más precisamente, a intereses económicos no nacionales.
Entrevista publicada en el diario Liberación, Año II Nro. 478. Lima, jueves 8 de marzo del 2001.
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