Thursday, March 24, 2011

La conspiración de la Fortuna

Hay una herencia colonial que aún pesa en la cosmovisión de muchos políticos. El gusto por lo meteco, el desprecio íntimo a lo popular, la arrogancia y la endogamia cultural, el temor a lo diverso, y la práctica cortesana frente al poder del capital transnacional, son las características de los grupos políticos que defienden el modelo económico neoliberal. Ninguno de sus representantes connotados --Keiko Fujimori, PPK, Luis Castañeda y Alejandro Toledo—se compromete a cambiarlo y menos a revisar el régimen tributario minero para tener un sistema más equitativo.

El poder económico contra el bienestar social
Se dice que impedir la exportación del gas, abaratar su precio en el mercado doméstico, aplicar un impuesto a la sobreganancias mineras y generalizar el pago de regalías, son medidas que atentan contra la inversión extranjera. El hecho es que el gas se vende más caro aquí que en el extranjero y que la actividad minera tiene una serie de beneficios tributarios como la devolución anticipada del IGV e ISC y los contratos de estabilidad tributaria que le permite aplicar beneficios ya derogados. Si tomamos en cuenta el monto que se dejó de recaudar por estos beneficios en los últimos años, la tasa implícita del impuesto a la renta se ubicaría por debajo del 30%. De otro lado, si aplicáramos el precio promedio de los años 1990-2003 para calcular el valor de las exportaciones mineras de los años 2004-2010, las sobreganancias generadas por el aumento espectacular de sus precios asciende a 52.3% del total exportado en dicho período.

Sólo los que confunden su lealtad a un negocio con la lealtad al país, pueden sostener que la propuesta de abaratar el precio del gas o de aplicar un impuesto a las sobreganancias mineras, es la receta perfecta para que no venga más inversión extranjera.

El inicio de la guerra sucia
El repunte en las encuestas de Ollanta Humala está generando una contracampaña que sin duda se intensificará en los próximos días. Como globo de ensayo han circulado la fábula de la influencia de la coyuntura electoral en la leve alza del precio del dólar, que efectivamente se aparta de la tendencia apreciatoria de las otras monedas de la región. Ni Humala ni su plan de gobierno son responsables de lo que ocurre y ocurrirá en el mercado cambiario. Los responsables son los mismos especuladores que, junto con PPK el año 2006, intentaron crear un pánico para impedir el repunte de Humala.

Tampoco se puede decir que el impuesto a las sobreganancias es la causa de la supuesta incertidumbre. Los inversionistas extranjeros saben que este impuesto lo tuvo Estados Unidos, lo tiene Canadá y Australia, y ha sido adoptado recientemente por Chile.

La motivación es política. Hay una connivencia reverencial de la derecha económica con los especuladores nativos para impedir la Gran Transformación del país. Esperemos que el BCRP haga su trabajo.



Publicado en el diario La República, jueves 24 de marzo

Wednesday, March 23, 2011

El estertor de un cortesano: de J. de Larriva a J. de Althaus


Jaime de Althaus ha escrito El Estertor de Velasco, un artículo vergonzoso y lleno de odio contra Ollanta Humala. Aquí la respuesta.

Althaus dice: «Ollanta Humala reconoce que el país está creciendo, lo que, si hubiese lógica, implicaría una aceptación del modelo económico».
Este razonamiento expresa incultura y simpleza. Una economía puede crecer, por ejemplo, acentuando la desigualdad en la distribución del ingreso, como ocurre en nuestro país, y por simple sentido común no tenemos por qué aceptarla.
Althaus fantasea que la desigualdad ha disminuido. Nuestro antropólogo no ve la realidad. El actual coeficiente GINI de 0.6 (que mide el grado de desigualdad), es similar al de hace 35 años. Entre los años 2000-2008 el PBI per cápita y las exportaciones reales per cápita crecieron a las tasas de 47.2% y 69.1%, respectivamente, pero los salarios reales promedio decrecieron 10%.

Althaus dice: Ollanta Humala «ofrece beneficios considerables a grupos específicos: una pensión de jubilación para todos los mayores que no la tengan, cunas para todos los bebes y niños, universalizar la Educación inicial (aunque esto lo ofrecen todos), subir sueldos, etc. En lugar de reducir costos y trabas para que los informales se formalicen y contribuyan para acceder a seguridad social y pensiones, propone regalar la seguridad y las pensiones para que no tengan necesidad de formalizarse y mantener, así, a una clientela política permanente: dependientes en lugar de ciudadanos».
Esto es un desatino, un infundio y una mendacidad. Todo en uno. Los grupos específicos son: niños de 0 a 3 años, niños de Educación inicial, adultos que no tienen ingresos, profesores y policías con sueldos miserables. Althaus está entonces en contra del bienestar de los adultos mayores sin ingresos, de los niños de 0 a 3 años, de maestros y policías con sueldos miserables. Ciertamente no imaginamos que él esté reclamando la formalización de «estos grupos específicos». Sería un absurdo. No entendemos, por lo tanto, por qué está en contra que el Estado los atienda. Trampea en su redacción para no decir directamente que está en contra del restablecimiento de los derechos laborales. Cree, como PPK, que basta con reducir costos (bajar el IGV) y trabas para formalizarse. No ha entendido que la informalidad es resultado del modelo económico que defiende. Según la evidencia empírica del Global Entrepreneurship Monitor, de 2010, la creación de actividades microempresariales de bajísima productividad se debe a la poca demanda de asalariados adecuadamente pagados por parte del sistema económico vigente. Cuando el modelo se sustenta en el «cholo barato» no hay ciudadanos, no hay comunidad política territorializada. ¿Qué sería de Althaus si la empresa en la que trabaja le pagara el salario mínimo?

Althaus dice: «para financiar esa costosa distribución de beneficios y sueldos» Ollanta Humala subiría «considerablemente la carga tributaria a la minería». Con un aumento del impuesto a la renta a 45%, con el impuesto a las sobreganancias, con el pago de regalías «tranquilamente podríamos llegar –dice-- a una carga de 60% sin considerar el 8% de las utilidades que van a los trabajadores».
Nuevamente la mendacidad. Que las empresas mineras no pagan canon, es una verdad monda y lironda. Pero en ninguna parte del plan de gobierno de GANA PERÚ se dice que el impuesto a la renta aumentará a 45%. Lo que se dice es que se va a generalizar el pago de regalías fijando la tasa en función de las ventas brutas, que se va a aumentar el impuesto a la distribución de utilidades de 4.1 a 5.6% y que se va a aplicar el impuesto a las sobreganancias.

Althaus dice: «es la receta perfecta para que no venga más inversión, más aún considerando que la carga tributaria (actual) sobre la minería es mayor que en nuestros competidores como Chile y Australia».
Otra mentira y desconocimiento. El sector minero tiene una tasa implícita de pago de impuestos de 32.87%, en Chile es 35% y en Australia está entre 30% y 51% (tiene regalías, impuesto a la renta e impuesto a las sobreganancias). Y, claro, nuestro antropólogo no menciona las enormes ventajas tributarias que disfrutaron y aún disfrutan las empresas mineras. Si todas estas ventajas se adicionaran a sus rentas, la tasa implícita sería mucho menor al 30%.

Finalmente, Althaus dice: «al retraerse la inversión, el gobierno nacionalista pasaría a la segunda etapa, señalada en el plan de gobierno: la nacionalización de los sectores estratégicos y acaso al círculo vicioso de las expropiaciones, como en Venezuela (echando) por la borda la conquista más importante de la nación peruana en su historia republicana: un crecimiento que genera reservas, que no expulsa sino repatria capitales y que reduce la pobreza de manera rápida».
¿Por qué se recurre a la calumnia? ¿En qué página del plan dice que habrá expropiaciones? El modelo que defiende genera superávit en la balanza comercial que se anula con la repatriación de las utilidades del capital extranjero. Entre enero de 2006 y setiembre de 2010 los capitales extranjeros expatriaron utilidades por casi 37,000 millones de dólares y sólo ingresaron como inversión extranjera directa cerca de 27,000 millones de dólares. Althaus está desempeñando el papel de José Joaquín de Larriva, el periodista de El Investigador, de inicios de la segunda década del siglo XIX.


Félix Jiménez es Jefe de Plan de Gobierno de GANA PERÚ y Candidato al Congreso por Lima con el número 9.


Publicado en el diario La Primera, el 23 de marzo de 2011.