La caída espectacular de la tasa de crecimiento del PBI, de 10.9% en el tercer trimestre de 2008 a -1.1% en el segundo trimestre de 2009, muestra la enorme vulnerabilidad de la economía ante shocks externos adversos como la crisis internacional actual. Esta vulnerabilidad fue acentuada por las políticas neoliberales y el estilo de crecimiento primario exportador. Mientras este patrón neoliberal no cambie y la recuperación de la economía internacional sea lenta, los próximos años 2010 y 2011, serán de estancamiento económico y, por lo tanto, de mayores conflictos sociales. La tasa de crecimiento de 0.11% de enero-agosto, anunciada por el INEI, no puede ser entonces indicación del inicio de la recuperación sostenida de la economía.
Cómo nos encontró la crisis
Primero, las exportaciones tradicionales y no tradicionales reales crecían a tasas altas, cercanas a las del PBI, debido fundamentalmente al crecimiento de la demanda mundial y a términos de intercambio favorables. Pero crecieron con salarios y sueldos reales estancados desde la segunda mitad de la década de los años 1990s. Segundo, la economía ya estaba terciarizada. La manufacturera perdió peso y liderazgo, sobre todo en la generación de empleo y la multiplicación de los ingresos. El índice del empleo manufacturero ya no se asocia a la evolución del índice del PBI; pero entre este y el índice de empleo de los sectores comercio y servicios hay una conexión estrecha. Tercero, la inversión privada como porcentaje del PBI crecía básicamente impulsada por la inversión extranjera directa. La inversión privada nacional aumentó de un promedio de 15.5% en los años 2000-2005, a 16.7%, descontando la inversión extranjera, en los años 2006-2008. Finalmente, la crisis ocurre en una economía con un Estado disminuido y cuya capacidad técnica fue erosionada por las políticas neoliberales. La inversión pública se contrajo hasta afectar notablemente la calidad de la infraestructura vial, de los sistemas de agua y desagüe, de las escuelas, postas médicas y hospitales. Esta reducción explica el relativo poco dinamismo de la inversión privada local.
Efectos y consecuencias de la crisis
Las exportaciones reales cayeron 26.7% entre el tercer trimestre de 2008 y el segundo trimestre de 2009. Las importaciones disminuyeron más: 35.0%. El actual superávit comercial en dólares corrientes, se debe a la mayor caída de las importaciones (la economía se hizo más dependiente de importaciones) y a la recuperación de los términos del intercambio (que será temporal porque está asociada a la acumulación de inventarios de China). Asimismo, la inversión privada se redujo en 29.6% en el mismo período. Las tasas anualizadas de crecimiento de las exportaciones y de la inversión privada correspondientes al segundo trimestre de este año, fueron de -3.1% y -20.8%, respectivamente. También se han contraído los ingresos tributarios; se calcula que esta reducción se aproxima al 2% del PBI.
De otro lado, hay que mencionar que ni Bernanke, presidente de la FED, ni Krugman, premio Nobel de Economía, y ni Blanchard, alto funcionario del FMI --solo para mencionar a tres reputados economistas--, se atreven a pronosticar una recuperación sostenida de las más importantes economías industrializadas. Lo que se espera es un largo período de bajas tasas de crecimiento. Por lo tanto, dado este escenario mundial, no habrá salida exportadora para la economía peruana. Tampoco retornarán las altas tasas de crecimiento de la inversión privada, por la contracción de la inversión extranjera debido a la incertidumbre. Nadie invierte si no hay demanda para sus productos o si el futuro es incierto.
¿Cuáles serán, entonces, las fuentes de crecimiento de la economía peruana de los próximos años? No habrán tasas altas de crecimiento porque ya no crecerán como antes las exportaciones y menos la inversión privada. Lo que habrá es un largo período de estancamiento, con tasas de crecimiento insuficientes para enfrentar el desempleo, el subempleo y la pobreza que, sin duda, aumentarán. Por la crisis, el sector que más multiplica el empleo, la manufactura, ha caído, en cerca de 11%. Solo está creciendo (por arte de birlibirloque) el sector servicios, mientras los sueldos y salarios reales siguen estancados.
Insuficiencia de demanda y déficit fiscal
Las políticas neoliberales crearon una economía con insuficiencia estructural de demanda interna. Con una demanda externa contraída y con sueldos y salarios reales constantes, el crecimiento de los próximos años será bajo y provendrá principalmente del gasto fiscal y del consumo privado impulsado por el crédito en moneda nacional. El consumo privado, es el único gasto privado que aumentó, aunque a una tasa mucho menor: de 9.2% el tercer trimestre de 2008 se redujo a 1.9% el segundo trimestre de 2009. Hay que recordar, además, que el gobierno formula un plan anticrisis recién en diciembre de 2008 y que el Banco Central emprende reducciones graduales de su tasa de referencia recién en febrero de este año (de 6.5% lo redujo a 1.25% en agosto). También hay que señalar que el gasto público, en consumo e inversión, representa escasamente el 12.4% del PBI, seis puntos menos que el porcentaje registrado antes de los años 1990s. Un Estado reducido y técnicamente incapaz de gastar con eficiencia, es ahora el responsable de compensar la caída de la demanda mundial.
Ahora bien, ¿el crédito crecerá a las tasas anteriores a la crisis en una economía terciarizada, con ingresos reales de sus principales consumidores estancados y una demanda externa que no crece? Por último, ¿El gobierno estará dispuesto a incurrir en déficit superiores al 2.5% o 3% del PBI?
Publicado en el diario La República
Sunday, October 25, 2009
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