Sunday, January 31, 2016

La ideología neoliberal de la «trampa del ingreso medio»

Los mismos que argumentan que son las empresas y no los sectores productivos los que arrastran al conjunto de la economía generando desarrollo, también sostienen que el alto crecimiento de los años 2003-2013 nos ha conducido a una situación definida como «trampa del ingreso medio». Un país se encuentra en esta trampa cuando alcanza un nivel de ingreso per cápita promedio del que no puede salir; o, más precisamente, está en una trampa porque no puede dar el salto hacia un nivel de ingreso más alto debido a que tiene pendientes de solución problemas de tipo institucional, de infraestructura, de educación y tecnología, de sobre-regulación de los mercados y/o porque no ha emprendido en serio una reforma laboral para flexibilizar totalmente el mercado de trabajo.
 
La evolución del ingreso per cápita
 
En 1990, cuando se inició formalmente la aplicación de las reformas y políticas neoliberales, el ingreso per cápita ascendía a US$ 1,351. Con el crecimiento económico registrado en el período 1993-1997 aumentó a US$ 2,282. De 1990 a 1997 creció a una tasa de 7.8% promedio anual. Con la recesión de los años siguientes originada por la crisis asiática y rusa, se redujo en 14.5%, llegando a la cifra de US$ 1,950 en el año 2001. Entre 2003 y 2013 la economía creció a la tasa de 6.4% promedio anual. Fueron años del súper-ciclo de los precios de los mienrales: el precio de la onza troy de oro aumentó de US$ 356.9 en enero de 2003 a US$ 1,771 en setiembre de 2011; por su parte el precio de la tonelada de cobre los hizo de US$ 1,650.3 en enero de 2003 a US$ 9,881 en febrero de 2011. Precisamente en estos años de crecimiento espectacular de los precios de los minerales, el ingreso per cápita creció a la tasa de 11.8% promedio anual pasando de US$ 2,174.3 en 2003 a US$ 6,621.8 en 2013.
 
Desde hace tres años los precios de los minerales se están reduciendo sistemáticamente: la onza troy de oro se redujo a US$ 1,068.3 en diciembre de 2015 y la tonelada métrica de cobre a US$ 4,638.8 en la misma fecha. No hay analista internacional de los mercados de commodities que pronostique una recuperación sostenida de estos precios en el futuro inmediato. El súper-ciclo terminó y la desaceleración de los precios continuará, dando lugar a un bajo crecimiento del PBI o al estancamiento económico. Por lo tanto, también se reducirá o tenderá a estancarse el ingreso per cápita. No habrá posibilidad de un salto a un nivel de ingreso per cápita más alto en los próximos cuatro o cinco años.
 
El ingreso per cápita aumentó en 194.5% de 2003 a 2012, precisamente cuando los precios de los metales aumentaron de forma espectacular; por ejemplo, el precio de la onza troy del oro aumentó durante esos mismos años en 359.1%.  A partir de 2012 los estos precios empiezan a descender de manera sostenida. El precio del oro cae entre 2012 y 2015 en 30.5%, mientras el ingreso per cápita se reduce en aproximadamente 7%. Es claro, entonces, que la situación de «país de ingreso medio» se alcanzó por el crecimiento espectacular de los precios de los minerales y que este ingreso no será sostenible (y tenderá a disminuir) en los próximos años.
 
La «trampa» del estilo de crecimiento
 
El incremento del ingreso per cápita revela, además, el aumento excesivo de la desigualdad en la distribución del ingreso. Los datos son escalofriantes. Supongamos que el producto per cápita de S/. 18,665.9 registrado en el año 2014 corresponde al nivel superior del rango de ingresos mensuales que define al grupo social denominado «clase media». Este es un supuesto realista de acuerdo a varios estudios sobre el tema. El ingreso promedio mensual en empresas «de 1 a 10 trabajadores» donde se encuentra cerca del 77% de la PEA Ocupada  representa solo el 5.6% de este «ingreso» per cápita. El sueldo promedio de los maestros representa el 16%. El sueldo neto promedio de los profesores principales y asociados en universidades privadas representa un poco más de 42% y el de los profesores de universidades públicas no llega al 32% del citado producto o «ingreso» per cápita.
 
Además, ese producto per cápita alcanzado en 2014 corresponde a una estructura productiva que no es el de los países que industrializaron su economía y diversificaron sus exportaciones antes de llegar a la llamada «trampa del ingreso medio».  El patrón neoliberal de acumulación de capital de los últimos veinticinco años consolidó, en nuestro país, una estructura productiva, menos industrial y más productora de servicios de baja productividad, y primario exportadora. Por eso el crecimiento impulsado por los altos precios de los minerales no se sustentó en aumentos sostenidos de la productividad y, por lo tanto, no condujo a ganancias de genuinas de competitividad.
 
Finalmente, hay que señalar que ese patrón de acumulación de capital descuidó el desarrollo de mercados internos. Aumentó de manera espectacular las importaciones y convivió con una fuerza laboral con sueldos y salarios reales estancados y de baja calificación y productividad. El salario real promedio del período 1990-2014 no llega al 40% de su valor registrado en el año 1987.
 
Con el motor externo apagado y en mediante la profundización de las reformas neoliberales (como la denominada reforma laboral que elimina derechos de los trabajadores), no hay manera de salir del actual cuasi-recesión o enfriamiento económico. En consecuencia, no estamos en la «trampa del ingreso medio» sino en la trampa del propio patrón de acumulación de capital y de la estructura productiva configurada en las dos décadas de neoliberalismo.
 
A modo de conclusión
 
Para salir de la trampa a la que nos ha conducido el modelo neoliberal, hay que sustituirlo por otro donde sea posible aumentar el stock de capital per cápita al ritmo requerido por el crecimiento de la PEA y la conversión del subempleo en empleo adecuado.
 
 
Publicado en el diario UNO, el sábado 23 de enero

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