Hace
aproximadamente diez días el ministro Castilla se quejó en público de la
«política cambiaria» del Banco Central (BCR). Dijo que la falta de flexibilidad
del dólar impedía que la desdolarización de la economía se acelere. Aunque la
dolarización de los créditos se redujo notablemente en la última década hasta
el 41% en la actualidad, este porcentaje sigue siendo muy riesgoso para el
sistema financiero, nos recordaba Castilla. La falta de flexibilidad habría
impedido que las empresas y familias prefirieran endeudarse en moneda nacional
y no en moneda extranjera.
¿Por
qué en una coyuntura caracterizada por fuertes presiones al alza del tipo de
cambio, el ministro Castilla sugiere que se deje flotar libremente al dólar?
La
crítica de Castilla es inverosímil si se tiene en cuenta que la tasa de
variación anual del crédito en moneda extranjera al sector privado, en marzo de
este año, fue de 1.4%, mientras que la del crédito en moneda nacional fue de
25%. La desaceleración del crédito en moneda extranjera es notable desde marzo
de 2013, mes en el que registró una tasa de variación anual de 12.5%. Por el
contrario, hay una aceleración del crédito en moneda nacional; pero, el crédito
total al sector privado ya no crece a las tasas de hace más de dos años (alrededor
de 20% anual). La tasa de variación anual del crédito total al sector privado
fue, en el último mes de marzo, de 14.5%.
Con
la significativa desaceleración del crédito en moneda extranjera y el mayor crecimiento
del crédito en moneda nacional, es claro que se reducirá el porcentaje de
dolarización de las colocaciones del sistema financiero. El ministro está
confundido. Hace exactamente dos años, en abril de 2012, cuando el crédito en
moneda extranjera crecía a la tasa anual de 15.1%, el ministro Castilla decía:
«Los peruanos necesitamos aprender a vivir con una moneda fuerte, no se puede
ir contra la tendencia». El tipo de cambio había disminuido a 2.60 soles por
dólar y el BCR hacía pocos esfuerzos para evitar esta apreciación monetaria y
la consiguiente pérdida de competitividad de los exportadores.
El
ministro critica la política cambiaria del BCR, justo cuando el crédito en
moneda extranjera se desacelera y se registran fuertes presiones al alza del
tipo de cambio, ¿Acaso le está pidiendo al BCR que deje de intervenir en el
mercado cambiario; que no mantenga el tipo de cambio en 2.80 soles por dólar,
es decir, que lo deje subir?
«En
las últimas crisis –dijo Castilla-- el MEF fue el que pagó la factura». En el
escenario actual de franco enfriamiento de la economía, el ministro le pide al
BCR que comparta la factura de la desaceleración del crecimiento dejando subir
el tipo de cambio. ¡De pronto cree en el papel expansivo del aumento del tipo
de cambio o le preocupa la caída de la posición de cambio del BCR: US $ 9,450
millones entre abril de 2013 y febrero de 2014, mayor que la que se registró entre
abril de 2008 y febrero de 2009: US $ 8,113 millones! Pero, solo Dios sabe lo
que piensa este ministro.
El
piloto automático le pasa la factura
Es
claro que el piloto automático no sirve para remontar el actual enfriamiento
económico. Castilla lo sabe. Él debe estar preocupado porque ya no puede
aumentar más la inversión pública para contrarrestar la drástica reducción de
la tasa de crecimiento de la inversión privada. Si esta inversión no crece a la
tasa de 6%, el PBI no crecerá este año a la tasa de 5.5%.
Castilla
reclama unir esfuerzos, porque «cuando hay una crisis no hay tiempo de pensar y
reflexionar». Pero él no hizo gran cosa para evitar el enfriamiento económico.
Ha mantenido el gasto en educación y salud prácticamente en los mismos
porcentajes del PBI que alcanzaron en
los últimos años del gobierno anterior. No hizo nada para evitar la
sistemática apreciación monetaria y la consiguiente pérdida de competitividad de
las exportaciones, con lo que dificultó aún más la diversificación productiva.
En 2011 dejó caer la inversión pública en 18%. Esta inversión, como porcentaje
del PBI, bajó de 5.9% en 2010 a 4.5% en 2011; y, recién en 2013 aumentó a 5.8%.
En este año se pretende lograr una inversión pública equivalente a 6.2% del
PBI.
Por
otro lado, la deuda pública en moneda extranjera representa el 45% del total.
Es, por lo tanto, una deuda expuesta al riesgo cambiario. Él tampoco aceleró su
desdolarización. Si el BCR deja de intervenir en el mercado cambiario, el tipo
de cambio superaría los 3 soles por dólar, elevando así el costo en soles de la
deuda pública. Este mayor costo reduciría los recursos para inversión y gastos
sociales. «El mayor riesgo para el sistema financiero –dijo Castilla-- es el
riesgo cambiario»; pero le faltó agregar que este sigue siendo también el mayor
riesgo de las cuentas fiscales.
A
modo de Conclusión
Castilla
se confió en el piloto automático. No hizo nada para reducir la vulnerabilidad
externa de la economía y enfrentar en mejores condiciones los efectos del
estancamiento de la economía internacional y de la disminución de los precios
de los commodities. La economía
peruana se ha hecho más dependiente de importaciones. En 2005 las importaciones
representaban el 77.6% de la suma total de la producción manufacturera y
agropecuaria. Este porcentaje subió a 95.8% en 2010 y a 110.3% en 2013. Esta creciente
dependencia impide sostener el
crecimiento (o enfrentar el enfriamiento de la economía) con impulsos de
demanda interna.
Publicado en el diario La Primera, el sábado 3 de mayo.
Publicado en el diario La Primera, el sábado 3 de mayo.
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