Saturday, December 14, 2013

¿La hora del cambio del modelo económico neoliberal?

Hay neoliberales que no entienden que desde las instituciones políticas se definen las reglas de juego de las instituciones económicas; ni que las instituciones políticas extractivistas determinan las reglas de juego económicas, formales o informales, extractivistas, es decir, las instituciones económicas extractivistas. Por eso no entienden que las instituciones políticas extractivistas actuales, son funcionales al actual modelo neoliberal primario exportador. ¿Acaso las instituciones económicas extractivistas del actual modelo primario exportador han creado incentivos para el progreso y para la redistribución de los ingresos y del poder económico? ¿Acaso estas instituciones fomentan la innovación y el aumento de la productividad?
 
Las instituciones inclusivas y la industrialización
 
Las instituciones económicas que fomentan la innovación y el aumento generalizado de la productividad, son instituciones que, desarrollando y ampliando el mercado interno, fomentan la diversificación productiva y, por lo tanto, el desarrollo industrial. La existencia de este tipo de instituciones presupone cambiar el actual modelo económico primario exportador. Pero el cambio de este modelo es un tema de decisión política, que se resuelve en la esfera de la política.   
 
Las instituciones políticas actuales son extractivistas, han facilitado la concentración del poder económico y han pervertido la democracia representativa. Por eso decimos que desde la década de 1990 la corrupción se ha convertido en una forma de gobierno. No es que la corrupción sea un fenómeno reciente, sino que por primera vez muchas decisiones de política pública incorporan actos de corrupción explícitos. ¿Recuerdan los vladivideos, el óbolo minero, o algunas asociaciones público-privadas que distribuyen el riesgo asimétricamente perjudicando al erario nacional, o la llamada «inversión» obteniendo rentas con un incremento de las tarifas eléctricas que pagamos todos los consumidores? Estas reglas de juego extractivistas –parafraseando a Acemoglu y Robinson-- están estructuradas por la élite política «para extraer recursos del resto de la sociedad.  
 
Las instituciones políticas extractivistas tienen que ser sustituidas por instituciones políticas inclusivas. Pero, nuevamente, esto se define en la política. Es importante mencionar que las instituciones políticas inclusivas son las que promoverán el cambio de las instituciones económicas extractivistas y, por lo tanto, son las que promoverán el desarrollo industrial.
 
¿La hora de la industrialización?
 
El presidente Ollanta Humala que llegó al poder con el voto de una población que reclamaba el cambio del modelo neoliberal, el fin del extractivismo rentista,  pero que actualmente gobierna con el poder económico neoliberal, acaba de anunciar como ejes de la diversificación y desarrollo industrial bajo responsabilidad del Estado: a) Implementar un observatorio de obstáculos a la inversión privada en actividades industriales para facilitar su expansión; b) Desarrollar un programa de reconversión laboral para acceder a empleos de calidad en la industria y para que las empresas sean más productivas; c) Atraer la inversión extranjera; y, d) Incluir a las regiones menos favorecidas en el proceso de industrialización, dotándolas de infraestructura u otros factores productivos necesarios para realizar actividades industriales.
 
El actual escenario de estancamiento económico mundial revela que ha llegado nuevamente la hora de priorizar el desarrollo de los mercados internos y, por lo tanto, la hora de la industrialización y la diversificación productiva en países como el nuestro. Pero, desafortunadamente los ejes de la industrialización anunciados por el presidente Humala no constituyen una solución de continuidad del modelo neoliberal.  Lo que se haga puede derivar en un proceso espurio y extractivista como lo fue la industrialización por sustitución de importaciones.
 
La Constitución de 1993 puso en desventaja a la inversión privada nacional frente a la extranjera. Para seguir «atrayendo» inversión extranjera directa, hay que modificar esta regla de juego y luego imponerle la condición de industrializar los minerales y otros recursos primarios en aquellas actividades donde ya operan o pretenden operar. Diversificar no significa renunciar a seguir explotando minerales, pero hay que hacerlo en otras condiciones (articulándolo con otros sectores y procesándolos) y con políticas adecuadas.
 
Por otro lado, no aparece como eje del anunciado plan industrial, el mantenimiento de un tipo de cambio real competitivo. El tipo de cambio real actual, bilateral y multilateral, es desfavorable a la manufactura y a otras actividades transables no primarias. Tampoco está como eje de la industrialización el cambio de la matriz energética orientada a la construcción de la soberanía energética del país, ni hay políticas explícitas para desarrollar la industria aprovechando el gas del sur.
 
Finalmente --aunque hay otros temas igualmente importantes que no podemos mencionarlos por falta de espacio--, con el diseño regional actual es imposible un desarrollo infraestructural ordenado para facilitar el desarrollo agrícola, agroindustrial e industrial. El desarrollo de la infraestructura del país debe estar atado a una política de reordenamiento territorial, con una nueva demarcación regional.
 
A modo de conclusión
 
Keynes en 1933, decía: «Como la mayoría de los ingleses, he sido educado en el respeto del libre cambio». Pero «mis esperanzas, mis preocupaciones y mis temores han cambiado». Luego aconsejaba «Produzcamos en nuestro país cada vez que sea razonable y convenientemente posible, y sobre todo, dejad que las finanzas sean antes que nada nacionales».
 
 
Publicado en el diario La Primera, el sábado 14 de diciembre
 

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