La
crisis de 2008-2009 ha configurado un escenario externo que está caracterizado
por la disminución del crecimiento de la economía mundial, en especial de la
economía China; la reducción de los precios de los minerales y el fin de su
ciclo ascendente; y, una notable incertidumbre respecto a la tasa de interés y política
monetaria de los Estados Unidos que seguirá provocando volatilidad en los
mercados financieros, en especial, en los mercados de divisas de los países
como el nuestro. Este escenario adverso para la economía peruana --que para muchos será prolongado-- prácticamente
ha apagado el motor de su crecimiento. Las exportaciones totales decrecieron en
2012 y es altamente probable que este año su caída sea mayor.
La
desaceleración del crecimiento peruano
La
tasa de crecimiento del PBI registra una tendencia claramente descendente desde
el segundo trimestre de 2010 (véase
gráfico). Si el escenario internacional descrito empeora o si solo se prolonga
el actual estancamiento de la economía mundial, no hay manera de reeditar las
tasas de crecimiento del período previo a la crisis.
Los
sectores no transables (Construcción, Comercio y Otros Servicios) son los
únicos que siguen liderando el crecimiento. No obstante, es importante señalar
que el crédito interno también se desacelera cuando se apaga el motor externo
de la economía; en consecuencia, los sectores no transables tampoco reeditaran
las tasas de crecimiento que registraron antes de la crisis de 2008-2009. Aunque
los sectores Comercio y Otros Servicios siguen creciendo por encima del
promedio, sus tasas ya registran una tendencia decreciente durante los últimos
catorce trimestres. El sector más volátil es Construcción, pero también la
tendencia de su crecimiento es a la baja.
De
enero a setiembre el crecimiento del PBI fue de 4.9%, pero básicamente porque
crecieron por encima de 5% Construcción (10.5%), Comercio (5.5%), Transportes y
Comunicaciones (5.4%), Financiero y Seguros (8.2%), Servicios Prestados a Empresas
(6.7%), Restaurantes y Hoteles (6.6%) y Resto de Otros Servicios (5.6%). Todos
estos sectores explican el 62.81% del PBI. Visto de otra manera, los sectores
transables (Agropecuario, Pesca y Manufactura) que producen fundamentalmente para
el mercado interno, explican solo el 24.3%
del PBI; mientras que los sectores no transables explican el 71.04% del PBI. A
la Minería e Hidrocarburos le corresponde la diferencia: 4.67%.
Las
ponderaciones y las respectivas tasas de crecimiento sectorial, permiten estimar
las tasas de crecimiento de los transables y no transables. En efecto, entre
enero y setiembre de este año el grupo de Transables (Agropecuario, Pesca y
Manufactura) creció a la tasa de 1.5%, mientras que el grupo de no-Transables
lo hizo a la tasa de 5.9%. La tasa de
crecimiento de Minería e Hidrocarburos fue de 1.68%. De otro lado, en el tercer
trimestre de este año, el 89.6% del crecimiento del PBI (4.4%), fue explicado
nada menos que por Otros Servicios, Comercio, Construcción y, Derechos de
Importación y Otros impuestos, todos los sectores no-Transables.
Transables,
importaciones y Crecimiento del PBI
Los
sectores más afectados por el actual estilo de crecimiento han sido los
transables, en especial la industria manufacturera que prácticamente no crece
desde el cuarto trimestre de 2011. Las importaciones de bienes y servicios a
precios constantes representan el 196.1% de la producción manufacturera. A
inicios de la década de 1990, este porcentaje era de 89.4%, en promedio. La penetración
de importaciones ha sido espectacular. La propensión a importar bienes y
servicios respecto a la producción total de transables (Agropecuario, Pesca y
Manufactura) aumentó de 53.9% en 1991, a 82.8% en 1997 y a 103.9% en 2008. En
2012 esta propensión subió a 127.4%. Si
tomamos como referencia el PBI agregado, la propensión a importar bienes y
servicios aumentó de 13,.3% en 1991 a 27.8% en 2012. Por último, las
importaciones de bienes y servicios como porcentaje del consumo final privado
pasaron de un promedio de 20.9% en la primera mitad de la década de 1990 a
42.0% en 2012.
La
información anterior revela que el actual estilo de crecimiento no solo
descuidó el desarrollo de mercados internos, sino que le hizo perder parte importante
de los mercados existentes a la producción nacional. En estas condiciones y en
el contexto internacional actual, el impulso al crecimiento del PBI mediante la
expansión de la demanda interna solo puede generar crecientes déficit en la
cuenta corriente de la balanza de pagos. Durante los años 2004-2007 de alto
crecimiento y de precios de los minerales elevados, la cuenta corriente fue
superavitaria. Después, desde 2008, la cuenta corriente es deficitaria con la
novedad que los déficit son crecientes en valor absoluto: -1.9% en 2011, -3.4%
en 2012 y -5.5 en los primeros tres trimestres del presente año.
A
modo de Conclusión
La
estructura de precios relativos configurada con las políticas neoliberales, redujo
relativamente la inversión en equipamiento, mientras aumentó la inversión en
construcción. Esto produjo una relativa
reducción de la capacidad productiva per cápita, con lo cual, los aumentos
sostenidos del PBI per cápita se traducen en mayores importaciones y, por lo
tanto, en crecientes déficit comerciales. Crecer sólo con impulsos de demanda
interna, dada la estructura productiva y el escenario internacional actual, es
un proceso que tiende a auto-derrotarse, porque genera importantes
déficit en la cuenta corriente de la
balanza de pagos.
Publicado en el diario La Primera, el sábado 7 de diciembre
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