Ollanta
Humala concluye la primera mitad de su gobierno elegido por el voto popular, con
una economía menos competitiva, más penetrada por importaciones y menos
industrial, y con un crecimiento económico que no se basa en la productividad.
Las mismas tendencias que revelamos al final de sus primeros diecisiete meses
de su gobierno, con la diferencia de que ahora la tasa de crecimiento económico
se encuentra en franco descenso.
Economía
menos competitiva y menos industrial
El
gobierno de Humala continuó la política de caída sistemática del tipo de cambio
real que empezó con el segundo gobierno de Alan García. De julio de 2011 a noviembre de 2013 el tipo
de cambio real multilateral se redujo en 10.5% y el tipo de cambio real
bilateral en 21.5%. Esta caída continuó,
no obstante la desaceleración del crecimiento económico y de la notable
reducción del ritmo de crecimiento de las exportaciones como resultado de la
crisis internacional de 2008-2009. Los valores del tipo de cambio real a
noviembre de este año se encuentran por debajo de los registrados antes de la
crisis internacional de 1998-1999.
Los
exportadores de productos no tradicionales saben que la caída del tipo de
cambio real encarece sus productos en los mercados internacionales y, por lo
tanto, les hace competir con enorme desventaja en estos mercados. Por otro
lado, la caída del tipo de cambio real abarata las importaciones, facilitando
su penetración en el mercado interno. En consecuencia, el gobierno de Humala,
siguiendo la ruta del segundo gobierno de Alan García, ha acentuado la
dependencia de importaciones de nuestra economía, al mismo tiempo que le hizo
perder mercado interno a parte importante de los productores nacionales.
El
valor de la producción manufacturera representa menos del 65.0% del total de importaciones.
En otras palabras, las importaciones totales equivalen a más del 155% del valor
de la producción manufacturera. En los años 1974-1975, cuando se hablaba del
apogeo de una industria adicta a dólares e importaciones, los bienes de consumo
duradero, insumos y bienes de capital importados representaban sólo el 55.1% de
la producción manufacturera.
La
desaceleración económica motivada por el actual estancamiento de la economía
mundial, muestra que el gobierno de Ollanta Humala no hizo prácticamente nada
para fortalecer la economía interna y sus mercados. Siguiendo la ruta
tradicional de los gobiernos neoliberales, reeditó en escala mayor la
vulnerabilidad externa de la economía. Hay una continua reducción del superávit
comercial en los últimos cinco años y este
año 2013 se convertirá en déficit. Por su parte, la cuenta corriente de la
balanza de pagos registra un creciente déficit en valor absoluto: pasó de -1.9%
del PBI en 2011 pasó a -3.4% en 2012 y a cerca de 5.5% en 2013.
El
crecimiento no se basa en aumentos en la productividad
El
crecimiento económico durante la primera mitad del gobierno de Ollanta Humala
fue liderado fundamentalmente por el crecimiento de la construcción, del
comercio y de los servicios. Este estilo de crecimiento es el que ha
predominado durante la última década de alto crecimiento del PBI y el que ha
resultado de las políticas neoliberales de los últimos 23 años.
Durante
los primeros tres trimestres de este año respecto a similar periodo de 2012, el
crecimiento del PBI fue de 4.88%. Los sectores que crecieron por encima de este
promedio fueron: Construcción (10.50%), Comercio (5.52%), Transporte y
Comunicaciones (5.8%), Servicios Prestados a Empresas (6.65%), Restaurantes y
Hoteles (6.56%), y Resto de Otros Servicios (5.63%). Todos estos son sectores
de producción de no transables, es decir, de producción que no se comercian en
los mercados internacionales. La tasa de
crecimiento de la manufactura fue de solo 1.51% y del sector agropecuario de 1.68%.
Los
sectores agropecuario, pesca y manufactura contribuyeron con solo el 7.5% del crecimiento
del PBI durante los primeros meses de este año (4.88%). El sector minería e
hidrocarburos contribuyó con el 1.6%, mientras el 90.9% restante le correspondió
a todos los sectores no transables (construcción, comercio, servicios, derechos
de importación y otros impuestos). Por
otro lado, la estructura productiva de la economía peruana está caracterizada
por el predominio de los sectores no transables que representan el 71.04% del valor
total del PBI, mientras que la
producción los sectores manufactura, pesca y agropecuario representan solo el
24,3%. La minería e hidrocarburos participan con el 4.67%.
Los
datos anteriores indican que la economía peruana se ha hecho menos industrial y
agropecuaria y más productora de no-transables y servicios de baja
productividad. En el conjunto de los sectores de servicios, incluido el
comercio y la construcción, se encuentran de manera predominante las empresas
«de 1 a 10 trabajadores» donde los ingresos y la calificación de los trabajadores
son notablemente bajos. El crecimiento, entonces, está impulsado por sectores
de baja productividad.
A
modo de conclusión
No
hay cambios en el estilo de crecimiento primario exportador, liderado por los
sectores no transables de baja productividad. Pero la economía se ha hecho más
dependiente de importaciones. La pérdida de mercado interno que han propiciado
los últimos cuatro gobiernos neoliberales, no se compensa con el crecimiento de
las exportaciones de los productos no tradicionales.
Publicado en el diario La Primera, el sábado 28 de diciembre.