No es sorprendente que la incertidumbre política revelada por los resultados de las recientes encuestas electorales, haya provocado, al inicio de esta semana, una disparada del dólar. El capital, sobre todo el extranjero y en mercados emergentes como el nuestro, es sensible a este factor de corto plazo. La experiencia de la región demuestra, sin embargo, que esta sensibilidad es significativa en procesos electorales que se desarrollan en medio de una recesión y de pronunciados déficit externo y fiscal. Pero, como esta no es la situación de nuestro país (la economía está en pleno crecimiento, los precios de las materias primas están en sus picos históricos, el superávit de la balanza comercial sobrepasa los 4 mil millones de dólares, es decir, supera el 5% del PBI), sorprende, y mal, que algunos intermediarios financieros locales cuyos negocios se basan en los depósitos del público, estén acelerando sus compras de dólares o alentando su rápida acumulación desde que se divulgaron los resultados de las encuestas el domingo pasado. Ellos se están sumando a los bancos de inversión extranjeros (J.P. Morgan, UBS, Barclays Bank), cuyos comentarios sobre la «posible no continuidad de la política económica» han hecho subir el riesgo país en más de 35 puntos básicos.
Precisamente por la cercanía del proceso electoral, era inconcebible que las AFP iniciaran la especulación contra el sol con el artilugio de los bonos estructurados y el padrinazgo de la SBS. En julio de este año el tipo de cambio se encontraba en 3.254 soles y, por obra y gracia de dicho artilugio, subió en noviembre a 3.415 soles y hoy se encuentra en 3.44. Hubiera aumentado más si el Banco Central (BCR) no hubiera salido a vender 80.5 millones de dólares. Afortunadamente acumuló reservas para enfrentar estos ataques contra nuestra moneda y contra la estabilidad y el crecimiento económicos.
En los últimos cuatro meses el sol se depreció en 4.95%, no obstante los bajísimos niveles de inflación, los significativos superávit comerciales, el crecimiento sostenido del PBI, y los diferenciales positivos entre las tasas de interés en soles y en dólares de los bonos de largo plazo, domésticos y extranjeros, respectivamente. De no haber ocurrido la depreciación provocada por las AFP, el aumento del tipo de cambio en 0.73% achacable al inicio del «ruido electoral», habría situado el precio del dólar en cerca de 3.28 soles.
«Los hechos no necesitan la fe, porque son evidencias; las interpretaciones sí, porque son conjeturas, para las cuales rige el principio de la verosimilitud», dice el notable psiquiatra Castilla del Pino. En su «respuesta» al BCR», la SBS afirma que las AFP no generan «hipo» cambiario. Sin embargo, el hecho es que la significativa subida del tipo de cambio coincidió con la compra de bonos estructurados y que esta compra, por los millones de dólares que involucró, repercutió en el mercado cambiario que mueve apenas 60 a 80 millones de dólares diarios. Entre enero y julio de este año la compra neta de dólares de las AFP a la Banca fue negativa (-47 millones de dólares). Durante este mismo período el tipo de cambio se situó entre un mínimo de 3.254 soles y un máximo de 3.267 soles. Pero, entre agosto y los primeros 13 días de este mes, las compras netas de dólares de las AFP a la Banca sumaron 468 millones; y, justamente fue en este período que el tipo de cambio aumentó sostenidamente hasta alcanzar los 3.44 soles. El lector debe saber, además, que, para evitar una escalada mayor, el BCR vendió en estos meses 184 millones de dólares billete y 180 millones de dólares en certificados indexados al tipo de cambio (CDRs) a plazos de 3 meses, 6 meses y un año. Estos papeles son buenos sustitutos de los dólares billete justamente para intermediarios financieros de gran tamaño como las AFP. Además, aumentó su tasa de referencia en 25 puntos básicos.
Frente a estos hechos irrefutables, la SBS sólo hace una conjetura inverosímil. Su preocupación por la rentabilidad y diversificación de las inversiones de las AFP para favorecer a los futuros pensionistas, es también sólo una afirmación, pues no hizo nada para disminuir el nivel de las comisiones ni hizo ni hace nada para estimular la ampliación y profundización del mercado doméstico de capitales. Lo que es peor, nos pide creer que la compra de bonos estructurados, con 51% de bonos locales y 49% de bonos internacionales, no afecta el límite operativo de la inversión en el exterior de las AFP. El portafolio en dólares de las AFP como porcentaje de su portafolio total, subió de 41.5% (promedio de enero a julio), a 45.4% (promedio de agosto al 2 de diciembre de este año). Por los hechos mencionados, no cabe duda que la SBS está participando directamente en la violación del citado límite y, ciertamente, está estimulando la especulación contra el sol en plena «incertidumbre político-electoral». A su postura inverosímil se suma el descaro del gerente de inversiones de la AFP Integra. Este le pide al BCR «vender dólares con la misma firmeza con que compraron cuando el sol se apreciaba». Es como si el incendiario presionara al bombero, en pleno incendio, para que eche más agua mientras él sigue avivándolo.
Gestión, Diario de Economía y Negocios
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