Los compromisos de gastos y la
reducción del IGV en un punto porcentual anunciados por el presidente Pedro
Pablo Kuczynski (PPK) —sumados al mantenimiento de las reformas tributarias
regresivas del ex ministro Segura y a la notable reducción de la tributación
minera—, aumentarían el déficit fiscal hasta muy por
encima del 3% del PBI. No habría, entonces, manera de cumplir con el objetivo
anunciado por el ministro Alfredo Thorne de reducir el déficit que se
registraría este año, a 2.5% en el año 2017, a menos, claro está, que se renuncie
a esos compromisos y/o se recorte gastos. Pero, este no sería el único objetivo
que incumpliría el gobierno.
Tampoco aumentaría la formalización
con la reducción del IGV ni se incrementaría, por lo tanto, la recaudación
tributaria. La causa de la informalidad (véase nuestros artículos del
13/09/2014 y del 08/11/2014), no está por el lado tributario ni por el de las
supuestas rigideces del mercado laboral. La causa está en el estilo de
crecimiento y acumulación de capital primario exportador, dependiente de
factores externos, que desaceleró el ritmo de expansión del stock de capital
per cápita. Éste creció 43.5% durante el período 1960-1980, pero en período neoliberal
1990-2013 aumentó solo 26.9%. No se expandió la capacidad productiva industrial
y agroindustrial, ni se modernizó la agricultura donde se encuentra cerca del
50% del empleo informal, por eso aumentó la participación de los sectores
terciarios (comercio y servicios) en la generación de empleo de baja
productividad. Esta participación pasó de 36.3% en el período 1960-1980, a
53.9% en el período 1990-2010.
Las medidas tributarias de Thorne y el
crecimiento
No habría, tampoco, un incremento de
la presión tributaria, incremento que podría aliviar el creciente déficit
fiscal que se generaría con la expansión del gasto anunciada por PPK. La rebaja
del IGV (de 18 a 17), la reducción del impuesto a la renta efectuada por el ex
ministro Segura (y que el ministro Thorne
dice que evaluará si se mantiene o no) y la notable caída de la tributación
minera, darán lugar a reducciones significativas de los recursos del Estado. La
recaudación disminuirá, en lugar de aumentar. El ministro Thorne y PPK están
ofreciendo una política fiscal con expansión del gasto y reducción de ingresos
tributarios. Esta es una apuesta muy riesgosa. La reducción de impuestos, según
la evidencia empírica, tiene un casi nulo efecto positivo en el crecimiento del
producto.
Las otras medidas tributarias, en su
mayoría sensatas y pertinentes, —factura electrónica; modificación de regímenes
tributarios de las micro y pequeñas empresas; amnistía para el retorno de
capitales peruanos al país; amnistía de moras para la deuda judicializada;
revisión de la ley anti-elusión; reemplazo del RUC por el DNI para convertirse
en contribuyente; deducciones mayores para el pago del impuesto a la renta; conversión
del gasto realizado mediante un POS, en factura; y, la limitación del uso de
efectivo para la compra de automóviles e inmuebles— tendrán efectos
diferenciados y no de corto plazo en la recaudación. Tómese en cuenta, además,
que estas reformas se realizarían en un periodo de estancamiento de la economía
internacional y de desaceleración de la economía nacional, que han acrecentado
la incertidumbre para las decisiones de gasto del sector privado. Por eso
decimos que en el año 2017 será imposible reducir el déficit a 2.5% del PBI, si
los gastos anunciados se realizan.
El financiamiento de los compromisos
de PPK.
El ministro Thorne ha dicho que en el
año 2017 el ratio de deuda a PBI podría situarse alrededor de 28%; que no
pasaría el techo de 30%; y, que este ratio empezaría a bajar a partir de 2018. El
ministro está pensando que los déficits de este año (algo más de 3%) y del
próximo (2.5%), y que sumados se acercan a 6% del PBI, son los que elevarán el
ratio de deuda a PBI hasta cerca de 28%. (El año 2015 terminó con un ratio de
deuda a PBI de 23.06%). Sin embargo, por las razones explicadas antes, el
déficit fiscal puede elevarse hasta superar el 5% del PBI, con lo cual el ratio
de deuda pública pasaría el techo de 30%.
¿Con que tipo de deuda se financiará
el déficit? Lo más probable es que se financie básicamente con endeudamiento
externo. La deuda pública externa representa cerca del 60% de la deuda pública
total y es equivalente a aproximadamente el 15% del PBI. La suma de esta deuda
con la deuda externa privada, representa el 33% del PBI. Si como acabamos de
señalar, el déficit fiscal se aproxima al 5% del PBI, este porcentaje se
elevaría hasta situarse alrededor del 40% del PBI. Ciertamente, un ratio de
deuda externa, pública y privada, de 40% del PBI, expuesta al riesgo cambiario,
conspiraría absolutamente contra la sostenibilidad de las cuentas fiscales. En
consecuencia, optar por el endeudamiento externo es alimentar la fragilidad
financiera pública y privada.
Fuentes y efectos de la reactivación
económica
El ministro Thorne sabe que el impacto
en el crecimiento de las inversiones en minería efectuadas en el pasado, se
acabará en el año 2017. Este impacto equivale a un poco más del 50% de la
actual tasa de crecimiento del PBI de 4.0% anual. Para compensar dicho
agotamiento y asegurar un crecimiento de 5% como desea el ministro, se
requieren otros motores distintos a la minería. El ministro cree que esto será
posible con el impulso al crecimiento del consumo y de la inversión que
provendría de las reformas y de algunos importantes proyectos de inversión que
serían destrabados en los primeros 100 días de gobierno (como la carretera de Ica
y la Línea 2 del Metro). No hay una
propuesta integral de diversificación productiva.
El aumento del gasto anunciado por el
gobierno hará crecer, sin duda, la demanda interna. Pero no todo este
crecimiento impulsará la expansión de la producción interna, pues parte
importante del mismo se desviará hacia las importaciones. La producción
industrial y agrícola ha perdido participación en el mercado interno con la
notable penetración de las importaciones. Por lo tanto, la reactivación de la
economía mediante el crecimiento de la demanda interna, sin cambios en el patrón
de acumulación de capital y con exportaciones en continua desaceleración, incrementará
el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos que en la actualidad
es de 5% del PBI.
En resumen, la estrategia de crecer
con aumento de la deuda externa y crecientes desequilibrios macroeconómicos, es
muy riesgosa. Puede socavar el objetivo de Modernización Democrática propuesta
por PPK. Pero hay tiempo para cambiar de ruta.
Publicado en el Diario UNO, el sábado 6 de agosto.
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