La
desaceleración del crecimiento de nuestra economía se debe al relativo
estancamiento de las economías de Estados Unidos y Europa, a la reducción del
crecimiento China y al inicio de un lento proceso de disminución de los precios
de los minerales que exportamos. Esto quiere decir que la demanda externa y los
términos de intercambio han perdido fuerza como motores del crecimiento del PBI
y de las exportaciones tradicionales y no-tradicionales. Las autoridades del
gobierno han reaccionado frente a esta situación, proponiendo sostener el
crecimiento mediante el impulso de la demanda interna, eliminando los
«obstáculos administrativos» a las inversiones.
Los riegos del crecimiento de la demanda interna
Optar por la demanda interna como
motor del crecimiento, en el actual estado de la economía, tiene riesgos. Puede
exacerbar el actual desequilibrio externo y las presiones inflacionarias en
curso. La reducción sostenida de la tasa de crecimiento del PBI desde 8.8% en
2010 hasta el 5.1% en el primer semestre de este año, ha ocurrido junto a un
creciente déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos. De un déficit
de -1.9% del PBI en 2011, se pasó a -3.6% en 2012 y a -5.5% en el primer
semestre de este año. Cayeron las exportaciones tradicionales y no
tradicionales, mientras aumentaron las importaciones.
La pérdida de capacidad del motor
externo para sostener el crecimiento, se produce en una economía cuya
estructura productiva está fuertemente penetrada por importaciones y es ahora menos
industrial y agropecuaria. Mientras las importaciones de bienes representan el
21.8% de la demanda interna, la producción manufacturera solo llega al 14.3%.
El porcentaje de las importaciones respecto a la producción manufacturera y agropecuaria, es otra forma de ponderar la
escasa oferta de bienes frente al incremento de la demanda interna. El total de
importaciones representa el 151.5% de la producción manufacturera y el 107.0 %
de la producción agropecuaria y manufacturera. De aquí se concluye que los
incrementos en la demanda aumentan las importaciones, con lo cual se agudiza el
desequilibrio externo.
La manufactura y la agricultura han
reducido su participación en la generación del PBI. Las actividades productoras
de no-transables (comercio, servicios y construcción), son las que actualmente
lideran el crecimiento. La sistemática caída del tipo de cambio real desde
agosto de 2006, es parte responsable de este hacho. El tipo de cambio real
bilateral se redujo en 20.9% y el multilateral en 12.0%, afectando notablemente
la competitividad de las exportaciones no-tradicionales. El estancamiento de la
demanda externa, provocó finalmente su caída. Las exportaciones de textiles y
químicos se redujeron en 14.3% y 11.8%, respectivamente, en el primer semestre
de este año.
De otro lado, el actual crecimiento de
la demanda interna, está generando no solo aumento de importaciones, sino
también presiones inflacionarias debido a la reducida capacidad de respuesta de
la oferta agropecuaria y manufacturera. La inflación anualizada del mes de
agosto fue de 3.8% y la de alimentos fue una de las más altas: 4.23%. Ambas,
junto la inflación subyacente, están por encima del límite superior del rango
meta que es de 3%. Esta inflación ha reducido el valor real de la Remuneración
Mínima Vital en 3.2% de junio de 2012 a julio de 2013.
El aumento de la demanda
interna debe ser selectivo
Para sostener el crecimiento con la
demanda interna, su aumento debe ser selectivo y orientado a la diversificación
productiva. Con este fin deben identificarse medidas que aumenten simultáneamente
la demanda y la oferta productiva, cuidando de no generar más presiones
inflacionarias ni incrementos sustanciales en el déficit externo.
A continuación sugerimos algunas
medidas que se inscriben en el marco de la nueva política industrial y de
diversificación productiva que desarrollamos en artículos anteriores. Estas son:
a. Inversión
en infraestructura vial y de riego en regionales del interior del país con
potencial productivo agropecuario. Estructurar junto con el sector privado
regional o macro-regional, carteras de proyectos de rápida ejecución.
b. Reformar
y tecnificar el AgroBanco para hacerlo garante de los créditos que los
productores agrícolas demandan al sistema financiero. Las garantías deben
financiarse con emisiones de deuda en soles en el mercado local.
c. Garantizar
las emisiones de deuda en soles en el mercado local de las empresas
manufactureras medianas y pequeñas con buenos historiales crediticios.
d. Dejar
subir el tipo de cambio hasta acercarlo a su valor real promedio de la primera
mitad de 2006. En una economía abierta, este es uno de los instrumentos más
importantes para diversificar el aparato productivo.
e. Iniciar
el cambio de la matriz energética con el gasoducto del sur.
f. Implementar
la industria petroquímica y la modernización de la refinería de Talara.
g. Construir
ciudades saludables en las regiones del sur, convocando la participación de las
facultades universitarias de ingeniería y arquitectura, y a la inversión
privada.
h. Constituir
el Consejo de Desarrollo Industrial público-privado (ver artículo anterior).
i. Elevar
el salario mínimo.
A modo de conclusión
Un Estado promotor del
desarrollo social y productivo, que fomente la participación activa del sector
privado, presupone la realización de una reforma fiscal y tributaria que cambie
la orientación del gasto y la actual estructura de la recaudación. Publicado en el diario La Primera, el sábado 7 de setiembre.
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