Monday, September 09, 2013

Crecimiento Económico y Demanda Interna

La desaceleración del crecimiento de nuestra economía se debe al relativo estancamiento de las economías de Estados Unidos y Europa, a la reducción del crecimiento China y al inicio de un lento proceso de disminución de los precios de los minerales que exportamos. Esto quiere decir que la demanda externa y los términos de intercambio han perdido fuerza como motores del crecimiento del PBI y de las exportaciones tradicionales y no-tradicionales. Las autoridades del gobierno han reaccionado frente a esta situación, proponiendo sostener el crecimiento mediante el impulso de la demanda interna, eliminando los «obstáculos administrativos» a las inversiones.

Los riegos del crecimiento de la demanda interna

Optar por la demanda interna como motor del crecimiento, en el actual estado de la economía, tiene riesgos. Puede exacerbar el actual desequilibrio externo y las presiones inflacionarias en curso. La reducción sostenida de la tasa de crecimiento del PBI desde 8.8% en 2010 hasta el 5.1% en el primer semestre de este año, ha ocurrido junto a un creciente déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos. De un déficit de -1.9% del PBI en 2011, se pasó a -3.6% en 2012 y a -5.5% en el primer semestre de este año. Cayeron las exportaciones tradicionales y no tradicionales, mientras aumentaron las importaciones.
 
La pérdida de capacidad del motor externo para sostener el crecimiento, se produce en una economía cuya estructura productiva está fuertemente penetrada por importaciones y es ahora menos industrial y agropecuaria. Mientras las importaciones de bienes representan el 21.8% de la demanda interna, la producción manufacturera solo llega al 14.3%. El porcentaje de las importaciones respecto a la producción manufacturera  y agropecuaria, es otra forma de ponderar la escasa oferta de bienes frente al incremento de la demanda interna. El total de importaciones representa el 151.5% de la producción manufacturera y el 107.0 % de la producción agropecuaria y manufacturera. De aquí se concluye que los incrementos en la demanda aumentan las importaciones, con lo cual se agudiza el desequilibrio externo.
 
La manufactura y la agricultura han reducido su participación en la generación del PBI. Las actividades productoras de no-transables (comercio, servicios y construcción), son las que actualmente lideran el crecimiento. La sistemática caída del tipo de cambio real desde agosto de 2006, es parte responsable de este hacho. El tipo de cambio real bilateral se redujo en 20.9% y el multilateral en 12.0%, afectando notablemente la competitividad de las exportaciones no-tradicionales. El estancamiento de la demanda externa, provocó finalmente su caída. Las exportaciones de textiles y químicos se redujeron en 14.3% y 11.8%, respectivamente, en el primer semestre de este año.

De otro lado, el actual crecimiento de la demanda interna, está generando no solo aumento de importaciones, sino también presiones inflacionarias debido a la reducida capacidad de respuesta de la oferta agropecuaria y manufacturera. La inflación anualizada del mes de agosto fue de 3.8% y la de alimentos fue una de las más altas: 4.23%. Ambas, junto la inflación subyacente, están por encima del límite superior del rango meta que es de 3%. Esta inflación ha reducido el valor real de la Remuneración Mínima Vital en 3.2% de junio de 2012 a julio de 2013.
 
El aumento de la demanda interna debe ser selectivo
 
Para sostener el crecimiento con la demanda interna, su aumento debe ser selectivo y orientado a la diversificación productiva. Con este fin deben identificarse medidas que aumenten simultáneamente la demanda y la oferta productiva, cuidando de no generar más presiones inflacionarias ni incrementos sustanciales en el déficit externo.
 
A continuación sugerimos algunas medidas que se inscriben en el marco de la nueva política industrial y de diversificación productiva que desarrollamos en artículos anteriores. Estas son:

a.  Inversión en infraestructura vial y de riego en regionales del interior del país con potencial productivo agropecuario. Estructurar junto con el sector privado regional o macro-regional, carteras de proyectos de rápida ejecución.
b.  Reformar y tecnificar el AgroBanco para hacerlo garante de los créditos que los productores agrícolas demandan al sistema financiero. Las garantías deben financiarse con emisiones de deuda en soles en el mercado local.
c.   Garantizar las emisiones de deuda en soles en el mercado local de las empresas manufactureras medianas y pequeñas con buenos historiales crediticios.
d.  Dejar subir el tipo de cambio hasta acercarlo a su valor real promedio de la primera mitad de 2006. En una economía abierta, este es uno de los instrumentos más importantes para diversificar el aparato productivo.
e.  Iniciar el cambio de la matriz energética con el gasoducto del sur.
f.    Implementar la industria petroquímica y la modernización de la refinería de Talara.
g.  Construir ciudades saludables en las regiones del sur, convocando la participación de las facultades universitarias de ingeniería y arquitectura, y a la inversión privada.
h.  Constituir el Consejo de Desarrollo Industrial público-privado (ver artículo anterior).
i.    Elevar el salario mínimo.
A modo de conclusión 
Un Estado promotor del desarrollo social y productivo, que fomente la participación activa del sector privado, presupone la realización de una reforma fiscal y tributaria que cambie la orientación del gasto y la actual estructura de la recaudación.


Publicado en el diario La Primera, el sábado 7 de setiembre.
 

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