Cuando Alan García inició su segundo gobierno, la economía peruana crecía sostenidamente con superávit en sus cuentas externas, con acumulación de reservas internacionales, con baja inflación, con un mercado financiero en franco proceso de desdolarización y con un mercado de capitales en soles que, impulsado por un dinámico mercado de deuda pública interna, hacía más competitivo el mercado crediticio.
Es suma, Alan García heredó una economía menos vulnerable a los choques externos, debido básicamente al drástico cambio introducido en las políticas monetaria, cambiaria, financiera y de endeudamiento público. El mérito del gobierno de Toledo fue no bloquear estos cambios que no provenían del libreto neoliberal.
Precisamente estos cambios en la política macroeconómica fueron pervertidos en los dos años de este gobierno, dando lugar a una tendencia al déficit externo y a la generación de presiones inflacionarias por el lado de la demanda En el primer trimestre de este año se registró un déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos de 2.2% del PBI y la inflación de 7.02%, anualizada al mes de junio, ha incrementado la pobreza al nivel del año 2006.
El retorno al pasado
Durante el gobierno de Toledo la tasa de crecimiento económico promedio anual fue explicada tanto por la demanda interna (86.5%) como por la demanda externa neta de importaciones (13.5%). En la última mitad del siglo XX los períodos de crecimiento económico siempre fueron acompañados con déficit externo e inflación. Esto cambió radicalmente con el gobierno de Toledo: por primera vez en la historia moderna del país, el crecimiento del PBI fue acompañado con baja inflación y crecientes superávits comercial y en la cuenta corriente de la balanza de pagos (véase gráfico 1).
Cuadro 1
El retorno al pasado
Durante el gobierno de Toledo la tasa de crecimiento económico promedio anual fue explicada tanto por la demanda interna (86.5%) como por la demanda externa neta de importaciones (13.5%). En la última mitad del siglo XX los períodos de crecimiento económico siempre fueron acompañados con déficit externo e inflación. Esto cambió radicalmente con el gobierno de Toledo: por primera vez en la historia moderna del país, el crecimiento del PBI fue acompañado con baja inflación y crecientes superávits comercial y en la cuenta corriente de la balanza de pagos (véase gráfico 1).
Cuadro 1
Las políticas neoliberales y antinacionales aplicadas por el actual gobierno de Alan García, cambiaron este estilo de crecimiento. El crecimiento del PBI de 8.6% promedio anual en sus dos años de gobierno fue resultado exclusivamente de la expansión de la demanda interna. La demanda externa neta, en lugar de contribuir al crecimiento del PBI, le restó impulso debido a la masiva penetración de importaciones y a la desaceleración de las exportaciones (véase gráfico 1).
Gráfico 1
Pero no fue el aumento (ineficiente) de la inversión pública ni su política fiscal procíclica, la principal causa de la expansión de la demanda interna. Sólo el 16.7% del crecimiento del PBI de estos dos últimos años es explicado por el gasto público (y sólo el 9.5% por la inversión pública). La principal causa de dicha expansión fue el gasto privado en consumo e inversión. Si a este gasto le descontamos las importaciones, la demanda interna del sector privado explica el 68% del crecimiento del PBI. De otro lado, las exportaciones sólo explican el 15.3%. En el gobierno de Toledo las exportaciones explicaban el 36.5% del crecimiento económico.
Gráfico 2
Alan García nos está conduciendo peligrosamente al pasado. Este año terminará con un déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos equivalente al 5% del PBI, si las importaciones continúan creciendo al ritmo actual de más de 50% por año y si no se agudiza la recesión internacional ni caen abruptamente los términos de intercambio. Si ocurriera esto último, el déficit en la cuenta corriente bordearía el 7% del PBI (véase gráfico 2). Recuérdese que el déficit de 5.9% del PBI registrado el año 1998 generó fuga de capitales, un aumento significativo del tipo de cambio y una prolongada recesión.
Que no se culpe a los factores externos
La recesión internacional y el alza reciente de los principales insumos de los alimentos, sólo están exacerbando los efectos de las políticas macroeconómicas de este gobierno. El tipo de cambio real se contrajo hasta niveles registrados durante el fujimorato, básicamente porque el presidente del BCR anunció varias veces su adhesión a una mayor flotación cambiaria, provocando con ello la especulación contra el dólar. A la caída del tipo de cambio, que encareció las exportaciones y abarató las importaciones, se le adicionaron rebajas arancelarias (diciembre de 2006, octubre de 2007 y marzo de 2008) y medidas que, al estimular el aumento de los pasivos externos del sistema bancario, incrementaron notablemente el crédito en moneda extranjera. Estas son las razones del crecimiento espectacular de las importaciones y de los consecuentes déficits comercial y en la cuenta corriente que se registrarán en el presente año.
Pero no fue el aumento (ineficiente) de la inversión pública ni su política fiscal procíclica, la principal causa de la expansión de la demanda interna. Sólo el 16.7% del crecimiento del PBI de estos dos últimos años es explicado por el gasto público (y sólo el 9.5% por la inversión pública). La principal causa de dicha expansión fue el gasto privado en consumo e inversión. Si a este gasto le descontamos las importaciones, la demanda interna del sector privado explica el 68% del crecimiento del PBI. De otro lado, las exportaciones sólo explican el 15.3%. En el gobierno de Toledo las exportaciones explicaban el 36.5% del crecimiento económico.
Gráfico 2
Alan García nos está conduciendo peligrosamente al pasado. Este año terminará con un déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos equivalente al 5% del PBI, si las importaciones continúan creciendo al ritmo actual de más de 50% por año y si no se agudiza la recesión internacional ni caen abruptamente los términos de intercambio. Si ocurriera esto último, el déficit en la cuenta corriente bordearía el 7% del PBI (véase gráfico 2). Recuérdese que el déficit de 5.9% del PBI registrado el año 1998 generó fuga de capitales, un aumento significativo del tipo de cambio y una prolongada recesión.
Que no se culpe a los factores externos
La recesión internacional y el alza reciente de los principales insumos de los alimentos, sólo están exacerbando los efectos de las políticas macroeconómicas de este gobierno. El tipo de cambio real se contrajo hasta niveles registrados durante el fujimorato, básicamente porque el presidente del BCR anunció varias veces su adhesión a una mayor flotación cambiaria, provocando con ello la especulación contra el dólar. A la caída del tipo de cambio, que encareció las exportaciones y abarató las importaciones, se le adicionaron rebajas arancelarias (diciembre de 2006, octubre de 2007 y marzo de 2008) y medidas que, al estimular el aumento de los pasivos externos del sistema bancario, incrementaron notablemente el crédito en moneda extranjera. Estas son las razones del crecimiento espectacular de las importaciones y de los consecuentes déficits comercial y en la cuenta corriente que se registrarán en el presente año.
El directorio del BCR es responsable de la caída del tipo de cambio, del aumento del crédito en moneda extranjera, y también del aumento del margen de fluctuación del tipo de cambio por haber convenido en ampliar a 30% el límite de las inversiones de las AFP al exterior. Este directorio, además, ha envilecido el esquema de la política monetaria basada en metas de inflación, mezclando extrañamente los encajes y la tasa de interés de referencia para combatir el repunte inflacionario. Por primera vez después de seis años de aplicación de dicho esquema, las expectativas inflacionarias están notoriamente alejadas de la meta de inflación. En resumen, ha aumentado la vulnerabilidad financiera de la economía y el BCR está perdiendo credibilidad.
Las alternativas de política
La política monetaria sigue siendo expansiva. El crédito en moneda nacional al sector privado creció, en el último año, en cerca de 49%. Este crédito y el denominado en moneda extranjera aumentaron en aproximadamente seis puntos del PBI. Estos son los responsables del incremento de la demanda interna del sector privado.
Esta demanda --que representa el 109.3% del crecimiento anual del PBI-- es la que hay que frenar mediante la contracción radical del crédito en moneda extranjera utilizando encajes para reducir los pasivos externos del sistema bancario. Así se bajaría la presión inflacionaria y el crecimiento de las importaciones.
Las alternativas de política
La política monetaria sigue siendo expansiva. El crédito en moneda nacional al sector privado creció, en el último año, en cerca de 49%. Este crédito y el denominado en moneda extranjera aumentaron en aproximadamente seis puntos del PBI. Estos son los responsables del incremento de la demanda interna del sector privado.
Esta demanda --que representa el 109.3% del crecimiento anual del PBI-- es la que hay que frenar mediante la contracción radical del crédito en moneda extranjera utilizando encajes para reducir los pasivos externos del sistema bancario. Así se bajaría la presión inflacionaria y el crecimiento de las importaciones.
Con el mismo propósito de evitar la crisis del sector externo, el MEF debe aplicar una sobretasa arancelaria temporal a las importaciones y el BCR debe volver a utilizar eficientemente su regla de intervención esterilizada para evitar caídas abruptas del tipo de cambio real.
Para combatir los efectos inflacionarios netos del aumento del tipo de cambio y de la sobretasa arancelaria, la autoridad monetaria debe recuperar credibilidad cuidando escrupulosamente el sistema de metas de inflación para volver a anclar las expectativas. La tasa de interés de referencia debe aumentar de forma tal que, por lo menos, se mantenga constante la tasa de interés real.
Para combatir los efectos inflacionarios netos del aumento del tipo de cambio y de la sobretasa arancelaria, la autoridad monetaria debe recuperar credibilidad cuidando escrupulosamente el sistema de metas de inflación para volver a anclar las expectativas. La tasa de interés de referencia debe aumentar de forma tal que, por lo menos, se mantenga constante la tasa de interés real.
Por ultimo, hay que iniciar la implementación de un sistema tributario más progresivo, introduciendo un impuesto a las remesas de utilidades de las empresas transnacionales. Esta medida permitiría guardar pan para mayo y serviría además para evitar la crisis del sector externo porque bajaría el déficit del rubro Renta de Factores de la Balanza de Pagos, que asciende aproximadamente a 8% del PBI.
En ningún caso deben frenarse las inversiones públicas.
Publicado en el Diario LA República
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