¿Es
verdad que el actual contexto neoliberal (¡que ya tiene cerca de veinticinco
años!) ha propiciado el surgimiento de emprendedores schumpeterianos --micro y
pequeños--, que finalmente nos conducirán al desarrollo? Esta pregunta me la
hizo un amigo, mencionando algunos trabajos donde se destacan los casos de
pobres convertidos en empresarios que, según sus autores, representan la
evidencia de las grandes oportunidades abiertas por el neoliberalismo en
nuestro país. Es más, me dijo, este discurso, conocido como «emprendedurismo»,
ha sido recogido por algunos partidos políticos que se encuentran dentro del
abanico de la izquierda y el progresismo, cuyos líderes sostienen que «el
Estado es el principal enemigo de la pequeña empresa». Por último, me recordó que algunos ideólogos
del «emprendedurismo» peruano se consideran schumpeterianos, nada menos que
seguidores de Joseph A. Schumpeter, economista austro-estadounidense, autor,
entre otras obras, de The theory of
Economic Development y Capitalism,
Socialism and Democracy.
Este
discurso neoliberal –le respondí a mi amigo—no puede ser considerado en
absoluto schumpeteriano. Lo que sigue es un resumen de la explicación de mi
respuesta.
1. El
neoliberalismo es la ideología del individualismo y de la concepción del Estado
como obstáculo al desarrollo de la economía de mercado. Es la misma ideología
del hoy llamado «emprendedurismo». Los organismos multilaterales que antes
financiaron programas a favor de las pequeñas y micro empresas, hoy continúan
promoviéndolas con el nombre de emprendedurismo. Impusieron en nuestros países
políticas macroeconómicas neoliberales, simultáneamente con propuestas
microeconómicas individualistas, desde los años 1980. Fueron los responsables
de la «década perdida» de América Latina, los que desmantelaron el Estado de
sus mejores cuadros técnicos mediante la «compra de renuncias», los que
obligaron a nuestros países a servir la deuda externa recortando los
presupuestos de educación, salud y seguridad social. Las reformas y políticas
neoliberales aumentaron la pobreza, la informalidad, el subempleo y,
consecuentemente, el autoempleo (hoy llamado emprendedurismo) como estrategia
de sobrevivencia. Para el neoliberalismo «no hay sociedad, hay individuos»;
entonces, la conversión de pobres en «empresarios» ha sido transformada en
resultado paradigmático del mercado, libre de las interferencias del Estado. Se
trata, sin embargo, de una clara distorsión de la realidad.
2. El
crecimiento económico durante el período neoliberal no se basó en aumentos de
la productividad mediante cambios tecnológicos. Fue el resultado de condiciones
externas favorables para la explotación y exportación de materias primas. El
desmantelamiento de los estándares regulatorios y la apreciación monetaria durante
gran parte de dicho período, afectaron a la producción de transables, propiciaron
la penetración de importaciones y, por lo tanto, la reducción del mercado
interno para la producción nacional. La consecuente disminución de la tasa de
crecimiento de la capacidad productiva per cápita, incrementó la informalidad y
el autoempleo. Cerca del 80% de los trabajadores son de baja calificación y
productividad, y de bajos ingresos. En este contexto social y económico
generado por el neoliberalismo, «surge» el emprendedurismo.
3. Este
concepto de emprendedurismo, entonces, no puede ser schumpeteriano. Para el
autor de la Teoría del Desenvolvimiento
Económico, el emprendedor (unternehmer)
es un agente que genera e implementa innovaciones, «que realiza cosas nuevas
con los factores existentes combinándolos en forma más eficiente», beneficiando
a unos sectores y perjudicando a otros en un proceso que él denominó de
«destrucción creativa». Es, por lo tanto, un protagonista del desarrollo, de la
diversificación productiva y de los incrementos en la productividad que
conducen a la larga a disminuciones en los costos unitarios de producción. Una
economía con empresarios schumpeterianos crecería, entonces, sobre la base de
aumentos en la productividad. Por esta razón, en teoría del crecimiento se habla de un ajuste schumpeteriano: los empresarios
–se dice-- reaccionan innovando y aumentando la productividad en un contexto de
salarios crecientes. Los empresarios schumpeterianos no exigen reducción de
salarios o eliminación del salario mínimo para innovar. En este sentido, los
empresarios schumpeterianos no pueden ser neoliberales. De aquí se deduce que
un neoliberal tampoco puede reclamarse ser seguidor de Schumpeter.
4. El
emprendedor schumpeteriano necesita crédito o financiamiento para realizar
cambios cualitativos en la economía. Así, la introducción de nuevos productos
con nuevas combinaciones de factores, tiene que ir acompañada con la creación
de demanda, y esta creación de demanda no puede ser otra cosa que creación de
poder de compra. Para Schumpeter, la concesión de crédito y la creación de
nuevo poder adquisitivo es fundamental para «efectuar nuevas combinaciones
remunerativas al nivel existente de precios». «La función principal del mercado
de dinero o del capital --dice Schumpeter-- es, por lo tanto, el tráfico en
crédito con el propósito de financiar el desenvolvimiento. Éste crea y mantiene
dicho mercado». Por eso los empresarios schupeterianos priorizarán la
innovación del mercado de crédito y de capitales, antes que la reducción del poder
de compra de sus trabajadores.
A
modo de conclusión
Finalmente,
Schumpeter no funda la implementación de sus innovaciones en la austeridad. No
acepta la proposición neoclásica y monetarista de que el ahorro determina la
inversión. Se acerca más, en este terreno, a Keynes. Con nueva deuda que no es
otra cosa que nuevos medios de pago, el empresario financia su nueva inversión
y con la venta de los nuevos bienes que va a producir, obtiene un flujo de
efectivo que le permitirá saldar su deuda.
Publicado en el Diario UNO, el sábado 26 de setiembre.
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