Sunday, December 30, 2007

Los peligros en la gestión económica de Alan García

En el tiempo que lleva el actual gobierno de Alan García, no hay políticas orientadas a sostener el crecimiento y menos a modificar su estilo primario exportador, pro mercado internacional, pro urbano y contrario al desarrollo del mercado interno, del sector rural y de la sierra y selva del país. Son cerca de dieciocho meses de usufructo de lo hecho en materia económica por el gobierno de Alejandro Toledo, pero también de retrocesos que pueden poner en peligro, más temprano que tarde, los 77 meses de crecimiento económico.

Los retrocesos en la política monetaria y fiscal
Durante este gobierno se han acentuado las expectativas apreciatorias de nuestra moneda. El tipo de cambio real bilateral se ha reducido en 8%. El tipo de cambio real multilateral, también muestra una tendencia decreciente, aunque menos pronunciada.

La pérdida de competitividad de la producción de transables asociada a la disminución del tipo de cambio real, fue acentuada con las dos rebajas arancelarias y la firma del TLC con los Estados Unidos. Mientras las exportaciones se desaceleraron, las importaciones empezaron a crecer notoriamente desde el año 2006. La reducción del tipo de cambio real, el acortamiento de la brecha de la producción no primaria y el crecimiento espectacular de las importaciones, conspiran contra la sostenibilidad del crecimiento y la estabilidad económica.

También se ha acentuado la vulnerabilidad financiera de la economía, en lugar de reducirse, con el aumento de la remuneración al encaje en moneda extranjera de 2.5% a 3.5% --medida contraria a la desdolarización de los depósitos y de los créditos--, y con el incremento de los pasivos internacionales de corto plazo del sistema bancario (en 256.7% en los últimos 8 meses).

Asimismo, se ha puesto en cuestión la credibilidad del Banco Central con la disminución de la meta inflacionaria a 2% y de sus límites inferior y superior a 1% y 3% respectivamente. La inflación acumulada en los últimos once meses fue de 3,46%, mientras que en los últimos doce meses (diciembre 2006-noviembre 2007) llegó a 3,49%. Este repunte inflacionario llevó a la autoridad monetaria a subir su tasa de interés de referencia de 4.5% a 5%, entre mayo y octubre del presente año.

Finalmente, este gobierno insiste en la política fiscal pro-cíclica; mantiene casi estancado el Fondo de Estabilización Fiscal sin previsión para la fase recesiva del ciclo; no tiene un plan de inversiones públicas en infraestructura económica y social, con un objetivo de «ocupación del territorio» y desarrollo de mercados internos; y, lo que es peor, se ha renunciado a una auténtica reforma tributaria optando por el «óbolo» y los impuestos anti-técnicos.

Crecimiento con tendencia al desequilibrio externo
Los retrocesos en los precios relativos clave de la economía y la ausencia de planes de inversión que eliminen los cuellos de botella de la estructura productiva, han configurado un patrón de crecimiento con una tendencia inflacionaria y al desequilibrio externo.

Desde el año 2006 la demanda interna lidera el crecimiento económico. El consumo e inversión privados han desplazado del liderazgo a la demanda externa neta: crecen a tasas superiores a la del PBI. Lo que llama la atención, sin embargo, es el aumento, en valor absoluto, de la «contribución negativa» de la demanda externa neta al crecimiento económico, que en los nueve primeros meses del año fue de -35.4%. La notable disminución de la contribución de las exportaciones, es acompañada con el crecimiento espectacular de las importaciones cuya tasa de crecimiento en lo que va del presente año equivale a 46.3% de la tasa de crecimiento del PBI (véase Cuadro 1).









Los que creen que el «efecto precio» sigue dominando en la contribución de la demanda externa al crecimiento económico, pueden ver el Cuadro 2 que contiene los componentes de la tasa de crecimiento del PBI nominal. En el año 2005 la demanda externa neta explicaba el 36.8% del crecimiento del PBI nominal. Este porcentaje bajó a 27.5% en el año 2006 y se hizo negativo (-7.4%) en el presente año. La contribución de las exportaciones es notoriamente decreciente, y el efecto negativo de las importaciones en el crecimiento aumentó este año, de manera espectacular, como era de esperarse, hasta 42.5%.









Estos datos revelan que con el actual gobierno de García, la cuenta corriente de la balanza de pagos, en términos reales, se ha hecho más deficitaria, y, en términos nominales, como puede verse en el gráfico, se ha configurado en dicha cuenta una clara tendencia hacia la disminución del superávit nominal.


No hay aprendizaje
Con el actual escenario internacional de crisis y con la economía norteamericana en recesión en los próximos dos años, las exportaciones no volverán a crecer a las tasas que se registraron durante el gobierno de Toledo. Nótese que el actual gobierno acaba de firmar el TLC con Estados Unidos --cuya economía está en declive--, cuando la participación de nuestras exportaciones a ese mercado se ha reducido prácticamente a la mitad (de 30.8% en 2005 a 18.5% en 2007).

En consecuencia, mientras la demanda interna siga liderando el crecimiento económico, las importaciones seguirán aumentando a tasas superiores al 20% anual y se intensificarán las presiones inflacionarias. Como no hay razones para esperar una franca recuperación de las exportaciones y si caen los términos de intercambio --dado el escenario internacional de recesión--, el desequilibrio externo y las presiones inflacionarias acompañarán, como antes, la gestión del actual gobierno. Con pena, constatamos que dicha gestión es la negación del principio de Arrow de «aprender haciendo» (learning by doing).




Publicado en el Diario La República