Monday, January 10, 2005

Sobre el reperfilamiento de la deuda pública

Durante el primer semestre del año 2003, casi simultáneamente con la puesta en marcha del Programa de Creadores de Mercado, trabajamos, en el Viceministerio de Hacienda, el programa de reperfilamiento de la deuda pública. A mediados de año se presentó el detalle de este documento al ministro Jaime Quijandría, para después iniciar su implementación. Cuando el actual ministro PPK asumió por segunda vez la cartera de Economía, no sabía de la existencia de estos dos programas.

El programa de reperfilamiento fue concebido con el propósito de asegurar la sostenibilidad de la política fiscal, atacando las consecuencias de una deuda pública fundamentalmente externa, con cerca del 80% de sus servicios concentrado en los próximos 10 años, pactada en diferentes monedas (43% está en monedas distintas al dólar) y a tasas de interés variables (50% del total). La idea era, por tanto, disminuir su exposición a variaciones de los tipos de cambio y tasas de interés externas (riesgo de mercado) mediante operaciones de cobertura, y desconcentrar sus servicios (riesgo de refinanciamiento) con operaciones que aumenten la vida media y duración de la deuda.

En marzo del año 2003, Javier Silva Ruete aprobó, mediante resolución ministerial, la estrategia de endeudamiento y de operaciones de manejo de pasivos, para cuya ejecución se diseñaron precisamente los programas de creadores de mercado y de reperfilamiento. Con estos dos programas se tecnificaron la programación de la deuda y la administración de sus servicios, creando capacidad al interior del propio ministerio. Durante la primera gestión de PPK, y sin que él lo supiera o indicara, trabajamos en el despacho de Hacienda el modelo de sostenibilidad de la deuda, para acompañar la programación de los requerimientos financieros del sector público con la evaluación de la sostenibilidad de la política fiscal. Hasta ese momento, los organismos financieros internacionales y los bancos de inversión extranjeros eran los únicos que opinaban sobre este tema.

¿Por qué hacemos este recuento? Primero, para identificar a los autores de la política fiscal y de sus logros. Al respecto, debemos reconocer el trabajo y apoyo de Kurt Burneo, viceministro de Hacienda de ese entonces. Y, segundo, para diferenciar las operaciones de manejo de deuda del actual ministro, de las previstas en el programa antes citado. Veamos. El intercambio de bonos efectuado por PPK en febrero de 2002 no puede constituir una operación de reperfilamiento: se aumentó notoriamente el riesgo de refinanciamiento de la deuda externa en lugar de disminuirlo al cambiar bonos que vencían en los años 2017 y 2019 por bonos que vencen en el año 2012.

La colocación de bonos por 650 millones de euros a un plazo de 10 años, efectuada en octubre de este año, seguida de una supuesta operación de cobertura, tampoco puede concebirse como una operación de reperfilamiento. Pudo haberse mantenido euros en la caja fiscal, para no volverlos a comprar para servir la deuda con el Club de París. Ingresaron US$ 796 millones y se entregaron los euros al banco asesor como parte de la operación de cobertura, al tipo de cambio de aproximadamente 1.22 dólares por euro. De octubre a la fecha, el euro ha subido de 1.22 a cerca de 1.35 dólares. ¿Estuvo de acuerdo con esta operación el actual viceministro Luis Carranza? Sería interesante conocer su opinión.

Por otro lado, la propuesta de emisión de bonos en soles para comprarle dólares al BCR y con ellos prepagar la deuda del Club de París tampoco es necesariamente una operación de reperfilamiento. Para serlo, los bonos en soles deberían ser a plazos no menores a 10 años y de renta fija dado el actual contexto internacional de tasas de interés al alza. Una emisión a tasa variable y a un plazo menor subiría la deuda e incrementaría el riesgo de refinanciamiento.

Por último, la idea de aumentar el peso de la deuda en soles debe ir acompañada del aumento del peso de la deuda interna en el total. En este sentido, en el programa de reperfilamiento se proponía canjear la deuda interna en dólares por bonos en soles; ¡no por bonos globales en dólares! Ya hay infraestructura para ello. Recuérdese que el 20 de agosto se realizó la primera operación de intercambio de bonos locales, sin asesoramiento de ningún banco de inversión. Sobre la base de dicha infraestructura se acaba de realizar un segundo canje de manera exitosa.

Diario La República