Thursday, December 24, 2015

Cómo salir del estancamiento económico

La economía peruana va camino al estancamiento económico en consonancia con la disminución de los precios de los commodities y el débil dinamismo de la demanda externa. Este entorno internacional desfavorable tardará varios años en revertirse. Si se considera que en los últimos quince meses los sectores manufactura y construcción han registrado tasas negativas de crecimiento, se puede afirmar que, para propósitos prácticos, la economía ya se encuentra en recesión. De otro lado, el bajo crecimiento del empleo registrado recientemente (alrededor de 2%), es de baja calidad. Crece el subempleo mientras el empleo adecuado ya no crece.
 
El crecimiento del PBI durante estos mismos meses --que en promedio se ubica por debajo del 3%--, se explica fundamentalmente por la expansión de la producción de los sectores terciarios: estos crecen por encima del 5% con la «ayuda» del INEI. Por ejemplo, en los últimos 24 meses los servicios financieros y seguros y los servicios prestados a empresas, crecieron a las tasas promedio mensual-anualizadas de 11.6% y 5.98%, respectivamente.  
 
Revertir la desaceleración del crecimiento de la producción y el empleo con políticas macroeconómicas contra-cíclicas, sin cambiar el estilo de crecimiento y en un contexto externo económico y financiero desfavorable, es difícil. Hay, además, una situación interna que exacerba esta dificultad. El 33% de los créditos están dolarizados; el aumento del tipo de cambio –que se acentuará con la reciente elevación de la tasa de interés de la FED--, incrementa la inflación; las reservas internacionales del Banco Central (BCR) han caído en cerca de 50% (ahora dispone de solo US $ 25,226.36 millones, equivalente al 12.4% del PBI). Esta es una realidad que ha obligado al BCR a subir su tasa de interés de referencia en dos ocasiones, situándola desde el 9 de este mes en 3.75%.
 
La oportunidad para cambiar el modelo económico
 
La actual crítica situación económica que se da en el contexto de una profunda crisis política, ha generado nuevamente, como en otras ocasiones en la historia económica de nuestro país, una gran oportunidad para iniciar el camino al desarrollo. Es la hora de cambiar el modelo de crecimiento y acumulación de capital. Es la hora de emprender un proceso de industrialización de nuevo tipo, basado en la agricultura y en la agroindustria, y con políticas macroeconómicas adecuadas a este propósito.
 
Esta oportunidad está caracterizada por la caída de los términos de intercambio y una demanda externa por commodities, cuya debilidad se prolongará por varios años, acompañada de condiciones financieras desfavorables a la práctica rentista (carry trade)  de endeudarse «barato» en el extranjero para prestar «caro» en la economía doméstica. Hemos pasado de un largo período de apreciación cambiaria que le quitó competitividad a las actividades transables y manufactureras, a otra de signo contrario: aumenta el tipo de cambio y, bajo ciertas condiciones de política, se genera la posibilidad de diversificar e industrializar la economía. Hemos pasado de una situación donde el financiamiento del crecimiento provenía básicamente de la inversión extranjera y de los influjos de liquidez internacional, a otra que, sin rechazar la inversión extranjera, exige promover la inversión privada nacional orientada a la diversificación productiva y basar el financiamiento del crecimiento en el desarrollo del mercado de capitales en moneda local. En fin, podemos decir que hemos pasado de un largo período de pérdida de la autodeterminación nacional en las decisiones de política económica, a otra donde se abren posibilidades de un manejo soberano de la política monetaria y cambiaria, y de cambio en la orientación de la política fiscal y de inversiones públicas.     
 
Políticas macro para iniciar el cambio del modelo
 
En primer lugar, hay que recuperar el manejo soberano de la política cambiaria para convertirlo en el principal instrumento de diversificación productiva. Esto requiere terminar con la dolarización de los créditos y adoptar restricciones fiscales o de otro tipo principalmente a la entrada de capital especulativo internacional. Hay que impedir la práctica rentista del «carry trade» por parte de la banca comercial.
 
En segundo lugar, hay que recuperar también el manejo soberano de la política monetaria, para que el BCR no siga subiendo su tasa de interés en pleno enfriamiento económico, por temor a los efectos del aumento del tipo de cambio. Este riesgo desaparece en un sistema financiero que no dolariza los créditos, pero también cuando se morigera la vulnerabilidad de la economía al movimiento del capital especulativo internacional. Un instrumento de política adicional que permitirá mejorar la eficiencia de la política monetaria, es el desarrollo del mercado de capitales en soles. Con un mercado de capitales dinámico y en expansión aumenta la competitividad en el mercado financiero y abarata el costo del endeudamiento doméstico en moneda local.
 
En tercer lugar, adecuar la política fiscal al objetivo del crecimiento y del cambio estructural. Esto requiere priorizar la inversión en infraestructura pública sobre la base de un reordenamiento territorial que dé lugar a un nuevo esquema de regionalización. La diversificación productiva y el cambio en el actual modelo de crecimiento no pueden realizarse bajo el actual esquema de «regionalización». De otro lado, sin capacidad financiera el Estado no puede promover el cambio estructural. Es necesario entonces reformar el sistema tributario para hacerlo más progresivo y combatir la evasión y la elusión.
 
A modo de conclusión
 
El esbozo de política macro presentado aquí se orienta a promover el desarrollo de mercados internos para apuntalar el cambio estructural. No limita sino que aumenta los espacios de acción del mercado, pero al mismo tiempo exige una revalorización del papel del Estado. Hay que abandonar el tratamiento contrapuesto y dicotómico del Estado y el mercado que hace el neoliberalismo. 
 
 
 
Publicado en el diario UNO, el sábado 19 de diciembre de 2015

Wednesday, December 16, 2015

Las razones de la tendencia al estancamiento económico

¿Será posible crecer a la tasa de 6% promedio anual como en 2003-2013, manteniendo el actual modelo de crecimiento y acumulación de capital? O, más específicamente, ¿será posible crecer a esa tasa solo con impulsos monetarios y fiscales? La respuesta es NO. El fin del súper-ciclo de las materias primas ha mostrado la fuerte dependencia del estilo de crecimiento respecto del aumento de la demanda externa y de los precios de los minerales. En el contexto de libre comercio y desregulación de los mercados, en particular de los mercados de trabajo y financiero, el aumento sostenido de los términos del intercambio acentuó la especialización de la economía en la producción de materias primas y de servicios no transables, y desestimuló la producción de transables por su efecto contractivo del tipo de cambio real.
 
Camino al estancamiento económico
 
Hay, en desarrollo, una tenencia al estancamiento económico que tomará varios años en revertirse y que ha sido configurada fundamentalmente por factores externos. Los factores internos, como veremos, solo acentúan esta tendencia. La principal razón, entonces, de esta tendencia es la persistencia de un contexto externo desfavorable al crecimiento económico.
 
Por un lado está la desaceleración económica de China. Durante el boom de los precios de los minerales, la economía china creció a una  tasa superior al 10%. China crece ahora a una tasa menor al 7% y ha cambiado de estrategia orientándose más al mercado interno. Las altas tasas de crecimiento de la economía china casi duplicaron sus importaciones de cobre, que es el principal producto de exportación peruano. En general, los precios de los metales aumentaron de manera espectacular, pero ahora muestran una tendencia a la baja.  El precio del Cobre aumentó de 1650.31 US$/TM en enero de 2003 a 9880.94 US$/TM en febrero de 2011; después registra una tendencia a la baja que continúa. Su precio disminuyó a 5516.09 US$/lb en octubre de 2015. De otro lado, el precio del Oro aumentó de 356.86 US$/oz.tr en enero 2003 a  1747.05 US$/oz.tr en octubre 2012; hora sigue una tenencia a la baja: en octubre de 2015 descendió hasta 1159.44  US$/oz.tr.
 
El otro factor que conspira contra el crecimiento económico peruano es el cambio de signo en las finanzas internacionales. La crisis de 2008-2009 generó un periodo de financiamiento barato para países de los llamados mercados emergentes.  La FED redujo su tasa al rango de 0 y 0.25%. Entraron capitales y aumentó el crédito en moneda extranjera en nuestro país con el beneplácito del Banco Central (BCR).  Los créditos en moneda extranjera a familias y empresas con ingresos en soles, alimentaron el problema de hoja de balance cuyo desenlace preocupa ahora al BCR por el alza del tipo de cambio y la dolarización de los créditos en cerca de la tercera parte del total.  
 
A comienzos de 2013 la FED anunció moderar su política monetaria. Redujo gradualmente la inyección de dólares a su economía mediante el programa de compra de bonos (Quantitative Easing-QE) que llegó a 85 mil millones mensuales. En octubre de 2014 la FED decidió concluir progresivamente este programa de inyección de liquidez, al mismo tiempo que anunció subir su tasa de interés en setiembre de 2015. El cumplimiento de este último anuncio fue pospuesto hasta el mes de diciembre de este año. Es posible, entonces, que la FED suba su tasa en cualquier momento de este mes.
 
Desde que la FED anunció la «moderación» de su política monetaria, el tipo de cambio empezó a subir después de haber caído sistemáticamente desde agosto de 2006. Esta presión al alza del tipo de cambio fue acentuada por la consecuente dolarización de los depósitos y portafolios de familias, empresas e inversionistas institucionales, en particular, de las AFP que son las que más se han «beneficiado» de las actuales condiciones desfavorables de las finanzas internacionales. Según información del propio BCR, entre setiembre y octubre los depósitos en dólares pasaron de 70.5% a 81.4%.
 
Debido a que los capitales seguirán saliendo dado que el alza de las tasas de interés en Estados Unidos continuará en el año 2016, el aumento del tipo de cambio continuará, fomentando la especulación en el mercado cambiario o reforzando la preferencia por los ahorros y depósitos en dólares. El BCR facilitó la dolarización de los créditos y ahora no puede impedir la dolarización de los depósitos. Desde que se inició la presión al alza del tipo de cambio, ha quemado cerca del 49% de sus reservas (posición de cambio).  Ahora tiene sólo US $ 25,258.1 millones, monto parecido al de la primera quincena de abril de 2010.  Además, el aumento persistente del tipo de cambio seguirá presionando al alza de la tasa de inflación que ahora está por encima del 4.1%.
 
Los factores internos
 
El aumento de la inflación que genera la tendencia creciente del tipo de cambio será reforzado por las consecuencias negativas del fenómeno del Niño en la producción agrícola y actividades conexas. Este fenómeno natural se adiciona a lo hecho por las autoridades económicas.
 
El contexto macroeconómico monetario interno es, en la actualidad,  anti-crecimiento. La tasa de interés de referencia del BCR estuvo en 4.25% entre mayo 2011 a octubre 2013. Durante este mismo período la tasa promedio de inflación fue de 3.4% (por encima del límite superior del rango meta). En octubre de 2013 la tasa de interés de referencia bajó a 3.25% y se mantuvo en este nivel hasta enero de 2015. La tasa de inflación promedio durante este período fue de 3.3%.
 
Como se sabe, la disminución de la tasa de interés de referencia tiene como objetivo estimular la demanda y, por tanto, el crecimiento. Pero desde abril de 2013 el tipo de cambio empieza a aumentar presionando al alza de la inflación. Por esta razón, en setiembre de 2015 el BCR elevó su tasa de referencia a 3.50% en un contexto de demanda débil y bajo dinamismo del consumo. Dos factores relacionados explican este signo de política del BCR: su temor a la inflación y al aumento del tipo de cambio por el problema potencial de hoja de balance.
 
A modo de conclusión
 
Si la FED sube su tasa de interés y continúa haciéndolo en 2016, el BCR se verá obligado a también subir su tasa de interés de referencia, por las razones anteriores. No será posible entonces contar con una política monetaria contra-cíclica en ni en este ni en el próximo año. Solo nos queda la política fiscal para enfrentar la caída de la producción. Aun así el crecimiento de los próximos años se situará por debajo del 3.5% anual.
 
 
 
Publicado en el Diario UNO el sábado 12 de diciembre.