El
ministro atinó con la cifra de las concesiones pero no con la cifra de la
inversión pública. En el quinquenio anterior se invirtieron S/. 82,229 millones
y en los últimos tres años S/. 81,362 millones. Cuando él era viceministro de
hacienda del Alan García, se invirtió, en promedio, 4.5% del PBI; este
porcentaje subió en los últimos tres años a 5.2%.
La
inversión pública aumentó porque creció el PBI
No
mejoró la eficiencia del gasto público, no cambió la metodología de la
formulación del presupuesto, no se elaboró un plan de inversiones concertado
con las regiones, tampoco se adoptó la regla
de oro para el financiamiento de las inversiones, ni se liberaron recursos
de la deuda pública para destinarlos a inversión. A pesar de todo esto, la inversión
pública aumentó porque operó el piloto automático del crecimiento impulsado por
factores internacionales, haciendo crecer la recaudación.
En
los últimos ocho años el PBI creció a una tasa de 6.7% promedio anual y,
consecuentemente, los ingresos recaudados por la SUNAT aumentaron de 16.1% del
PBI en 2001-2005, a 18.7% en 2006-2010 y a 20.1% en 2011-2013. Si los ingresos
del tesoro crecieron por factores externos, ¿qué mérito tiene decir que en tres
años invertimos el equivalente de la inversión del quinquenio anterior? Además,
la inversión pública como porcentaje del PBI que exhibe Castilla es mayor en
solo medio punto porcentual que el porcentaje que se alcanzó en los años
1996-1997.
El
crecimiento del PBI no se debe a la política fiscal
El
PBI creció impulsado por la demanda externa y los altos precios de los
minerales y, porque la expansión del crédito doméstico –-propulsado por el incremento
de los préstamos en moneda extranjera— estimuló el crecimiento de los sectores
no-transables de Construcción, Comercio y Servicios. La «política fiscal»
siguió pasivamente al crecimiento del producto y, por lo tanto, de la
recaudación. El ministro Castilla dejó que continuara el crecimiento en piloto
automático, pero «prendiéndole velitas» al capital extranjero.
Sin
conducción del MEF, el piloto automático primario exportador siguió debilitando
el papel de la industria manufacturera y frenando la diversificación
productiva. El ministro Castilla no respetó la Hoja de Ruta; por eso no lideró ni lidera la generación de «condiciones
para desarrollar mercados internos, así como expandir las exportaciones con
mayor procesamiento y contenido tecnológico, en el marco de una economía
abierta». Frente a la apreciación monetaria provocada por el influjo de
capitales extranjeros, Castilla afirmó que «el Perú debe aprender a vivir con
su moneda fuerte», es decir, con la sistemática pérdida de competitividad de
los sectores transables.
La
tributación minera cayó en lugar de aumentar
El
ministro Castilla lideró la elaboración de las leyes del gravamen minero y de
la «adecuación» de las normas tributarias existentes, para incrementar la
recaudación y socializar parte de las ganancias extraordinarias asociadas los
altos precios de los minerales. Lo que se pretendía en el fondo era compensar
el agotamiento del «activo» recursos naturales mineros, mediante el mecanismo
de la tributación para generar otro «activo» (capital humano e infraestructura
social) de tal forma de no perjudicar a las generaciones futuras.
Las
leyes propuestas por Castilla y aprobadas por este gobierno son las
responsables de la notable caída del canon minero que se transfiere a las
regiones. Las regalías mineras prácticamente desaparecieron al incorporarse
como parte de los costos operativos para el cálculo del impuesto a la renta. La
tributación interna de la minería disminuyó en 32.5% en 2013. El impuesto a la
renta de tercera categoría del sector minero cayó en 45.8%, reduciendo aún más
el canon. De otro lado, el gravamen minero recaudado en los dos años pasados equivale,
en promedio, a solo el 29.2% de los tres mil millones de soles que se prometió recaudar
anualmente. Por último, ¿Castilla sabrá que en los ocho años de su presencia en
el MEF las empresas extranjeras remesaron al exterior US $ 76,269 millones por
el concepto de utilidades y entraron al país solo US $ 61,411 millones por el
concepto de inversión extranjera?.
A
modo de conclusión
El ministro ha dicho que
este año el crecimiento se ubicará entre 5.5% y 6%, porque confía en el crecimiento
de la inversión privada y en el motor externo. Pero, no está tomando en cuenta que,
además de la desaceleración de la economía China, el aumento de la tasa de
interés en Estados Unidos (asociado a su recuperación), genera dos impulsos
recesivos: bajan los precios de los commodities
porque se contrae su componente especulativo y se van los capitales de países
como el nuestro haciendo subir el tipo de cambio y reduciendo el crédito bancario
en moneda extranjera. No dijo nada nuevo
en materia de política fiscal. Castilla, al igual que los otros ministros de
economía del gobierno de García, heredó un mercado de deuda pública y nuevas
reglas fiscales que se introdujeron durante el gobierno de Toledo; y, este es
el otro piloto automático que le ha permitido sobrevivir como ministro.
Publicado en el diario La Primera, el sábado 19 de abril
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