Saturday, April 19, 2014

En el MEF no hay dirección; hay piloto automático

El sábado pasado el ministro Luis Miguel Castilla dijo en una entrevista a RPP: «rechazo la afirmación de que estamos en piloto automático. Hemos invertido 80 millones de soles (sic) en obras y hemos adjudicado concesiones por más de 12 mil millones de dólares. En solo tres años hemos rebasado al quinquenio anterior».

El ministro atinó con la cifra de las concesiones pero no con la cifra de la inversión pública. En el quinquenio anterior se invirtieron S/. 82,229 millones y en los últimos tres años S/. 81,362 millones. Cuando él era viceministro de hacienda del Alan García, se invirtió, en promedio, 4.5% del PBI; este porcentaje subió en los últimos tres años a 5.2%.
La inversión pública aumentó porque creció el PBI
No mejoró la eficiencia del gasto público, no cambió la metodología de la formulación del presupuesto, no se elaboró un plan de inversiones concertado con las regiones, tampoco se adoptó la regla de oro para el financiamiento de las inversiones, ni se liberaron recursos de la deuda pública para destinarlos a inversión. A pesar de todo esto, la inversión pública aumentó porque operó el piloto automático del crecimiento impulsado por factores internacionales, haciendo crecer la recaudación.
En los últimos ocho años el PBI creció a una tasa de 6.7% promedio anual y, consecuentemente, los ingresos recaudados por la SUNAT aumentaron de 16.1% del PBI en 2001-2005, a 18.7% en 2006-2010 y a 20.1% en 2011-2013. Si los ingresos del tesoro crecieron por factores externos, ¿qué mérito tiene decir que en tres años invertimos el equivalente de la inversión del quinquenio anterior? Además, la inversión pública como porcentaje del PBI que exhibe Castilla es mayor en solo medio punto porcentual que el porcentaje que se alcanzó en los años 1996-1997.  
El crecimiento del PBI no se debe a la política fiscal
El PBI creció impulsado por la demanda externa y los altos precios de los minerales y, porque la expansión del crédito doméstico –-propulsado por el incremento de los préstamos en moneda extranjera— estimuló el crecimiento de los sectores no-transables de Construcción, Comercio y Servicios. La «política fiscal» siguió pasivamente al crecimiento del producto y, por lo tanto, de la recaudación. El ministro Castilla dejó que continuara el crecimiento en piloto automático, pero «prendiéndole velitas» al capital extranjero.
Sin conducción del MEF, el piloto automático primario exportador siguió debilitando el papel de la industria manufacturera y frenando la diversificación productiva. El ministro Castilla no respetó la Hoja de Ruta; por eso no lideró ni lidera la generación de «condiciones para desarrollar mercados internos, así como expandir las exportaciones con mayor procesamiento y contenido tecnológico, en el marco de una economía abierta». Frente a la apreciación monetaria provocada por el influjo de capitales extranjeros, Castilla afirmó que «el Perú debe aprender a vivir con su moneda fuerte», es decir, con la sistemática pérdida de competitividad de los sectores transables.
La tributación minera cayó en lugar de aumentar
El ministro Castilla lideró la elaboración de las leyes del gravamen minero y de la «adecuación» de las normas tributarias existentes, para incrementar la recaudación y socializar parte de las ganancias extraordinarias asociadas los altos precios de los minerales. Lo que se pretendía en el fondo era compensar el agotamiento del «activo» recursos naturales mineros, mediante el mecanismo de la tributación para generar otro «activo» (capital humano e infraestructura social) de tal forma de no perjudicar a las generaciones futuras. 
Las leyes propuestas por Castilla y aprobadas por este gobierno son las responsables de la notable caída del canon minero que se transfiere a las regiones. Las regalías mineras prácticamente desaparecieron al incorporarse como parte de los costos operativos para el cálculo del impuesto a la renta. La tributación interna de la minería disminuyó en 32.5% en 2013. El impuesto a la renta de tercera categoría del sector minero cayó en 45.8%, reduciendo aún más el canon. De otro lado, el gravamen minero recaudado en los dos años pasados equivale, en promedio, a solo el 29.2% de los tres mil millones de soles que se prometió recaudar anualmente. Por último, ¿Castilla sabrá que en los ocho años de su presencia en el MEF las empresas extranjeras remesaron al exterior US $ 76,269 millones por el concepto de utilidades y entraron al país solo US $ 61,411 millones por el concepto de inversión extranjera?.
A modo de conclusión
El ministro ha dicho que este año el crecimiento se ubicará entre 5.5% y 6%, porque confía en el crecimiento de la inversión privada y en el motor externo. Pero, no está tomando en cuenta que, además de la desaceleración de la economía China, el aumento de la tasa de interés en Estados Unidos (asociado a su recuperación), genera dos impulsos recesivos: bajan los precios de los commodities porque se contrae su componente especulativo y se van los capitales de países como el nuestro haciendo subir el tipo de cambio y reduciendo el crédito bancario en moneda extranjera.  No dijo nada nuevo en materia de política fiscal. Castilla, al igual que los otros ministros de economía del gobierno de García, heredó un mercado de deuda pública y nuevas reglas fiscales que se introdujeron durante el gobierno de Toledo; y, este es el otro piloto automático que le ha permitido sobrevivir como ministro.
 
 
 
Publicado en el diario La Primera, el sábado 19 de abril

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