Monday, November 14, 2005

Sobre las críticas al BCR

La explicación del BCR sobre el aumento especulativo del precio del dólar del mes de setiembre, ha provocado dos tipos de críticas que coinciden, curiosamente, con una nueva presión mediática para quitarle al BCR la responsabilidad de fijar el límite de inversión de las AFP en el exterior. Esta presión es avalada por el responsable de la SBS, pues sostiene que la «doble» regulación al que está sometido el sistema privado de pensiones estaría vulnerando su objetivo de desarrollo y fortalecimiento. Según el superintendente, cualquier otro objetivo de la política monetaria debe supeditarse al objetivo de desarrollo y fortalecimiento de este sistema. Tamaña behetría es más que sorprendente.

El primer tipo de críticas al BCR tiene, precisamente, ese propósito de subordinación. El Banco Central, dicen, no debe intervenir en la fijación del límite operativo de las inversiones de las AFP en el exterior ni, por lo tanto, en el mercado cambiario. «El dólar tiene que moverse libremente porque es una mercancía más», dijo, por ejemplo, un orondo lector de noticias amarillas. Pero, nos preguntamos, ¿cómo puede independizarse, en economías semidolarizadas como la nuestra, la política monetaria de la estabilidad del tipo de cambio?

Los que sostienen que esta estabilidad no es un tema de política monetaria, son los mismos que «callaron» cuando el fujimorismo económico dolarizó el sistema bancario, acrecentando, así, la vulnerabilidad externa de la economía. Son los mismos que, también, «callaron» cuando el gobierno fujimorista endeudó al país por cerca de mil millones de dólares para «rescatar» ese sistema bancario que, por estar dolarizado, rompió la cadena de pagos durante la crisis financiera internacional de los años 1998-2000. Con la misma irresponsabilidad de antes, hoy apoyan la propuesta de transferir a la SBS la facultad de fijar el límite de las inversiones de las AFPs en el exterior y, al mismo tiempo, de elevar el actual límite operativo de 10.5% a 20% del fondo previsional. No les importa que la salida de capitales que provocaría este incremento, conspire contra la estabilidad y el crecimiento económicos. Tampoco les importa que disminuyan notoriamente las reservas internacionales del BCR. Estos críticos temerarios creen que la actual baja inflación es un logro del fujimorismo económico, porque imaginan con atrevimiento que la política monetaria no tiene nada que ver con la estabilidad del sistema de pagos internos y externos.

La segunda y última crítica es más interesante. El alza del precio del dólar se debe, dicen, a la diferencia negativa entre las tasas de corto plazo en soles y en dólares, debido a que el BCR sigue manteniendo su tasa de referencia en 3%, mientras la Reserva Federal de los Estados Unidos siguió aumentando la suya (hoy está en 4.00%). Si esta fuera la razón del aumento del precio del dólar, entonces no tendría por qué asociarse a la compra por las AFP de bonos estructurados y al proceso especulativo que ella generó. Esta crítica, sin embargo, no resiste el menor análisis. El lector debe saber que hay dos factores importantes que presionan a la baja del tipo de cambio: (a) el diferencial positivo de tasas de interés de largo plazo de los activos domésticos en soles y de activos extranjeros en dólares; y, (b) los términos de intercambio favorables, la balanza comercial recurrentemente superavitaria, la baja inflación y la tasa de crecimiento del PBI superior a la de nuestro socio comercial norteamericano. Ahora bien, ¿puede el diferencial negativo entre las tasas de corto plazo (que, teóricamente, presiona al alza del tipo de cambio), más que compensar a esas dos fuerzas que presionan hacia su disminución?

Hay pues tasas de corto y largo plazos. Pero, además, entre las primeras (menores a un año), hay tasas en soles y en dólares con diferenciales positivos. La única con un diferencial negativo, después de las tasas de referencia citadas, es la tasa preferencial corporativa a 90 días. Las otras, como las de depósitos a plazo (de 91 a 360 días) y las tasas activas promedio (hasta 360 días), tienen diferencias positivas. ¿Cómo puede afirmarse, entonces, que ahora hay una propensión dominante a ahorrar en dólares, cuando las tasas de interés en soles para depósitos de 91 a 180 días y de 181 a 360 días, están por encima de las tasas en dólares, en cerca de 100 y 230 puntos básicos, respectivamente?

Finalmente, los autores de esta segunda crítica no toman en cuenta que el diferencial de corto plazo negativo esta provocando una sustitución de los préstamos en dólares por préstamos en soles. Los bancos no pueden evitar esta sustitución porque ahora tienen la competencia del mercado doméstico de capitales a tasa fija y en moneda local. La puesta en marcha del Programa de Creadores de Mercado de Deuda Pública, generó, por primera vez en la historia moderna del país, una curva de rendimientos que constituye una referencia para las emisiones privadas de deuda en soles, a plazos medios y largos. Y, esto tiene que ver, ciertamente, con el sistema o cadena de pagos que el fujimorismo económico descuidó irresponsablemente.

Gestión, Diario de Economía y Negocios

Tuesday, November 01, 2005

El tipo de cambio y las críticas al BCR


La explicación del BCR sobre la reciente elevación del precio del dólar ha provocado sendas críticas de periodistas y también de algunos economistas. Dos de estas merecen ser comentadas o analizadas.

Según la primera crítica, el BCR no debe intervenir en el mercado cambiario ni en la fijación del límite operativo de las inversiones en el exterior de las AFP. «El dólar tiene que moverse libremente porque es una mercancía más», dijo un orondo lector de noticias amarillas. Esta afirmación revela, sin duda alguna, un total desconocimiento del nuevo esquema institucional de política monetaria que el actual directorio del BCR adoptó desde la primera mitad del año 2002.

¿Cómo puede independizarse, en economías semidolarizadas como la nuestra, la política monetaria de la estabilidad del tipo de cambio? Los que sostienen que este no es un tema de política monetaria, son los mismos que «callaron» cuando el fujimorismo económico dolarizó el sistema bancario y acrecentó, de este modo, la vulnerabilidad externa de la economía. Son los mismos que, también, «callaron» cuando el gobierno fujimorista endeudó al país por cerca de mil millones de dólares para «rescatar» ese sistema bancario que, por estar dolarizado, rompió la cadena de pagos durante la crisis financiera internacional de los años 1998-2000. Con la misma irresponsabilidad de antes, hoy apoyan la propuesta de transferir a la SBS la facultad de fijar el límite de las inversiones de las AFP en el exterior y, al mismo tiempo, de elevar el actual límite operativo de 10.5% a 20% del fondo previsional. No les importa que una salida de capitales por cerca US$ 900 millones de dólares conspire contra la estabilidad y el crecimiento económicos. Tampoco les importa que disminuyan notoriamente las reservas internacionales del BCR. Estos críticos temerarios creen que la actual baja inflación es un logro del fujimorismo económico, porque imaginan con atrevimiento que la política monetaria no tiene nada que ver con la estabilidad del sistema de pagos internos y externos.

La segunda crítica es más interesante. El alza del precio del dólar se debe, dicen, a la diferencia negativa entre las tasas de corto plazo en soles y en dólares, debido a que el BCR sigue manteniendo su tasa de referencia en 3%, mientras la Reserva Federal de los Estados Unidos siguió aumentando la suya (hoy está en 3.75%). Si esta es la razón del aumento del precio del dólar, no tiene sentido entonces asociarlo a la compra por las AFP de bonos estructurados y al proceso especulativo que ella generó. Esta crítica, sin embargo, no resiste el menor análisis. El efecto del diferencial negativo entre las tasas de referencia de corto plazo que presionaría al alza del tipo de cambio, ¿puede más que compensar a los efectos depresivos que sobre el mismo tienen: (a) el diferencial positivo de tasas de interés de largo plazo de los activos domésticos en soles y de activos extranjeros en dólares; y, (b) los términos de intercambio favorables, la balanza comercial recurrentemente superavitaria, la baja inflación y la tasa de crecimiento del PBI superior a la de nuestro socio comercial norteamericano?

Como se habrá dado cuenta el lector, hay tasas de corto y largo plazos y, entre las tasas de corto plazo (menores a un año), hay otras tasas de interés en soles y en dólares con diferenciales positivos. La única con un diferencial negativo, después de las tasas de referencia citadas, es la tasa preferencial corporativa a 90 días. Las otras como las de depósitos a plazo (de 91 a 360 días) y las tasas activas promedio (hasta 360 días), tienen diferencias positivas. Más precisamente, ¿cómo puede afirmarse que hay una propensión dominante a ahorrar en dólares cuando las tasas de interés en soles para depósitos de 91 a 180 días y para depósitos de 181 a 360 días, están por encima de las tasas en dólares, en cerca de 100 y 230 puntos básicos, respectivamente?

Por último, los que sostienen esta segunda crítica no mencionan que el diferencial de corto plazo negativo está provocando una sustitución de los préstamos en dólares por préstamos en soles. Los bancos no pueden evitar esta sustitución porque ahora tienen la competencia del mercado doméstico de capitales a tasa fija y en moneda local. Desde que se puso en marcha el Programa de Creadores de Mercado de Deuda Pública, se generó una curva de rendimientos que hoy, por primera vez en la historia moderna del país, tienen las empresas privadas como referencia para emitir deudas en soles a plazos medios y largos. Y esto tiene que ver, ciertamente, con el sistema o cadena de pagos que el fujimorismo económico descuidó irresponsablemente.

Diario La República

El Tipo de Cambio y las críticas al BCR

La explicación del BCR sobre la reciente elevación del precio del dólar ha provocado sendas críticas de periodistas y también de algunos economistas. Dos de estas merecen ser comentadas o analizadas.

Según la primera crítica, el BCR no debe intervenir en el mercado cambiario ni en la fijación del límite operativo de las inversiones en el exterior de las AFP. «El dólar tiene que moverse libremente porque es una mercancía más», dijo un orondo lector de noticias amarillas. Esta afirmación revela, sin duda alguna, un total desconocimiento del nuevo esquema institucional de política monetaria que el actual directorio del BCR adoptó desde la primera mitad del año 2002.

¿Cómo puede independizarse, en economías semidolarizadas como la nuestra, la política monetaria de la estabilidad del tipo de cambio? Los que sostienen que este no es un tema de política monetaria, son los mismos que «callaron» cuando el fujimorismo económico dolarizó el sistema bancario y acrecentó, de este modo, la vulnerabilidad externa de la economía. Son los mismos que, también, «callaron» cuando el gobierno fujimorista endeudó al país por cerca de mil millones de dólares para «rescatar» ese sistema bancario que, por estar dolarizado, rompió la cadena de pagos durante la crisis financiera internacional de los años 1998-2000. Con la misma irresponsabilidad de antes, hoy apoyan la propuesta de transferir a la SBS la facultad de fijar el límite de las inversiones de las AFP en el exterior y, al mismo tiempo, de elevar el actual límite operativo de 10.5% a 20% del fondo previsional. No les importa que una salida de capitales por cerca US$ 900 millones de dólares conspire contra la estabilidad y el crecimiento económicos. Tampoco les importa que disminuyan notoriamente las reservas internacionales del BCR. Estos críticos temerarios creen que la actual baja inflación es un logro del fujimorismo económico, porque imaginan con atrevimiento que la política monetaria no tiene nada que ver con la estabilidad del sistema de pagos internos y externos.

La segunda crítica es más interesante. El alza del precio del dólar se debe, dicen, a la diferencia negativa entre las tasas de corto plazo en soles y en dólares, debido a que el BCR sigue manteniendo su tasa de referencia en 3%, mientras la Reserva Federal de los Estados Unidos siguió aumentando la suya (hoy está en 3.75%). Si esta es la razón del aumento del precio del dólar, no tiene sentido entonces asociarlo a la compra por las AFP de bonos estructurados y al proceso especulativo que ella generó. Esta crítica, sin embargo, no resiste el menor análisis. El efecto del diferencial negativo entre las de tasas de referencia de corto plazo que presionaría al alza del tipo de cambio, ¿puede más que compensar a los efectos depresivos que sobre el mismo tienen: (a) el diferencial positivo de tasas de interés de largo plazo de los activos domésticos en soles y de activos extranjeros en dólares; y, (b) los términos de intercambio favorables, la balanza comercial recurrentemente superavitaria, la baja inflación y la tasa de crecimiento del PBI superior a la de nuestro socio comercial norteamericano?

Como se habrá dado cuenta el lector, hay tasas de corto y largo plazos y, entre las tasas de corto plazo (menores a un año), hay otras tasas de interés en soles y en dólares con diferenciales positivos. La única con un diferencial negativo, después de las tasas de referencia citadas, es la tasa preferencial corporativa a 90 días. Las otras como las de depósitos a plazo (de 91 a 360 días) y las tasas activas promedio (hasta 360 días), tienen diferencias positivas. Más precisamente, ¿cómo puede afirmarse que hay una propensión dominante a ahorrar en dólares cuando las tasas de interés en soles para depósitos de 91 a 180 días y para depósitos de 181 a 360 días, están por encima de las tasas en dólares, en cerca de 100 y 230 puntos básicos, respectivamente?

Por último, los que sostienen esta segunda crítica no mencionan que el diferencial de corto plazo negativo esta provocando una sustitución de los préstamos en dólares por préstamos en soles. Los bancos no pueden evitar esta sustitución porque ahora tienen la competencia del mercado doméstico de capitales a tasa fija y en moneda local. Desde que se puso en marcha el Programa de Creadores de Mercado de Deuda Pública, se generó una curva de rendimientos que hoy, por primera vez en la historia moderna del país, tienen las empresas privadas como referencia para emitir deudas en soles a plazos medios y largos. Y, esto tiene que ver, ciertamente, con el sistema o cadena de pagos que el fujimorismo económico descuidó irresponsablemente.

Diario La República