Saturday, October 27, 2012

La solución del problema fiscal y de deuda creado por García y Fujimori

La política de García de limitar el pago de los servicios de intereses y amortizaciones de la deuda externa a 10% de las exportaciones, aumentó el monto de la deuda en la década siguiente. Entre 1985 y 1990 se canceló sólo el 15.2% de estos servicios, dejándose de pagar cerca de US$ 12,957 millones; y, entre 1990 y 1996 la deuda aumentó de US$ 18,934 a US$ 25,196 millones.

García le dejó así al dictador Fujimori la tarea de renegociar y reestructurar la deuda acumulada. Luego de su reestrucuración con el Club de París en 1996  y con la banca privada en 1997, la deuda externa de los años 1997-2001 se redujo a un promedio de US$ 19,204 millones. Pero, la reestructuración también significó «patear» el pago de sus servicios hasta la primera década de este siglo: cerca del 80% de este pago tenía que hacerse entre 2002 y 2010. Por lo tanto, la deuda que «heredó» Toledo tenía un alto riesgo de refinanciamiento. 

Visto históricamente, la dictadura de Fujimori y, por supuesto, el nefasto gobierno de García, le crearon un enorme problema a la gestión fiscal del gobierno de Alejandro Toledo.

El panorama fiscal a inicios del gobierno de Toledo

El gobierno de Toledo encontró la economía en recesión. La crisis asiática y rusa de 1998-1999 había producido una caída en los términos de intercambio y una fuga de capitales que elevó significativamente el tipo de cambio, provocando una caída de la producción y una crisis bancaria debido a la notable dolarización de su portafolio. Fujimori aumentó la deuda en cerca de mil millones de dólares para rescatar al sistema bancario de la crisis

De otro lado, mientras los servicios promedio anuales de la deuda externa del período 2002-2006 equivalía a 3.5% del PBI, el déficit fiscal a inicios del gobierno de Toledo representaba el 3.2% del PBI. Además, el riesgo de refinanciamiento de la deuda externa fue agravado el año 2002 por el ministro de economía Pedro Pablo Kuczynski (PPK) con la colocación de US$ 1,500 millones en bonos globales que vencían el año 2012 (véase gráfico). 
La concentración de los servicios de la deuda en pocos años genera riesgo de refinanciamiento. La duración de la deuda era menor a los 6 años. El 74.0% del total de los pagos a realizarse en los años 2004-2010, se concentraban en el Club de París y en los Organismos  Multilaterales.  El servicio atendido en el período 2001-2002 fue de US$ 1 950 millones promedio anual. En el año 2003 el servicio a pagar ascendía a US$ 2 366 millones y en el período 2004 y 2010 promediaban los US$ 2 384 millones anuales. Por último, en el año 2012 el servicio a pagar se elevaba a US$ 3 325 millones, 45% de los cuales correspondía a la redención de los bonos globales que PPK emitió en 2002.

La construcción de las «rieles del tren» de la política fiscal

Entre 2001 y 2002 se elaboró la solución a estos problemas, solución que ahora podemos denominarla las «rieles del tren» de la política fiscal actual. Su construcción fue posible porque, por suerte, PPK fue reemplazado por Javier Silva Ruete. Había que reducir el riesgo de refinanciamiento de la deuda alargando su duración y bajando el monto de sus servicios. También había que reducir el riesgo de mercado, cambiario y de tasas de interés, pre-pagando y sustituyendo deuda externa por interna. Ejemplo de este último riesgo fue el desvío de una mayor cantidad de soles para servir la deuda externa, debido a la fuerte subida del tipo de cambio en 1999-2000. La consecuencia fue la caída notable de los recursos para gastos sociales (educación, salud e infraestructura).

Crear un mercado de deuda interna en soles, era la solución. Este mercado permitiría modificar el perfil de pagos de la deuda alargando su duración, y eliminar su riesgo de mercado pre-pagando y sustituyendo deuda externa por deuda interna de mayor duración en moneda local y a tasa fija. Javier Silva Ruete lo entendió y el 21 de marzo de 2003 firmó la resolución ministerial N° 106-2003-EF-75 aprobando el Documento de Trabajo «Estrategia de Colocaciones y de Operaciones de Manejo de Deuda Pública». Con esta norma se dio inicio al Programa de Creadores de Mercado (PCM) de deuda pública interna y el  Programa Integral de Reperfilamiento de la deuda pública.

El 27 de marzo de 2003 se colocó la primera emisión de bonos en soles bajo el PCM por un monto de S/. 150 millones, a tasa fija y con vencimiento de 15 meses. Después, en menos de cinco meses, se emitieron bonos de tres, cinco y siete años de vencimiento, iniciándose así un proceso que ha permitió pre-pagar deuda externa emitiendo bonos soberanos en soles a plazos largos (20, 30 y más años de vencimiento). Toledo pudo así cumplir con su oferta electoral de aumentarles el sueldo a los maestros.

 A modo de conclusión

El Programa de Reperfilameinto de la deuda buscaba: mejorar el perfil de los vencimientos de sus servicios para reducir las presiones sobre la caja fiscal; y, lograr montos de servicios más bajos y estables en el tiempo, para asegurar su sostenibilidad.

PPK volvió como ministro del MEF cuando ya se tenía una propuesta para pre-pagar la deuda de cerca de US$ 1,500 millones con el Club de París. De haber seguido Silva Ruete como ministro, se habría pre-pagado la deuda externa por primera vez sin intervención de bancos de inversión que cobraban comisiones entre 1.5% y 2.5% del monto negociado. La curiosa intransigencia de PKK…provocó nuestra renuncia. Luego, García II y Humala entregaron el manejo del tren a pilotos neoliberales.  



Publicado en el diario La Primera el sábado 27.

Saturday, October 20, 2012

El funesto legado de García y su Interpretación de la crisis europea


Alan García acaba de afirmar que la crisis europea se debe a que sus gobiernos aumentaron «irresponsablemente» la burocracia «escudándose tras el cliché del Estado del Bienestar», causando un «inmenso gasto» que hizo crecer el déficit fiscal y generó «un brutal endeudamiento que pagarán los hijos y nietos de quienes ahora consumen muy por encima de su capacidad de producción».

El daño económico originado por el primer gobierno de García

Con este argumento, García parece haber decidido exorcizar lo que hizo con el país durante su primer gobierno: aumentó la burocracia sobre la base de los «antiguos sistemas de clientelismo o prebenda política»; congeló precios y aumentó los subsidios; disminuyó la presión tributaria; generó un «inmenso» déficit fiscal que financió con emisión de billetes; importó alimentos con dólar MUC y agotó las reservas internacionales; por último, provocó una hiperinflación y una caída del PBI per cápita de cerca de 20% que nos hizo retroceder 30 años, es decir, a los niveles de PBI per cápita de 1960.

Visto de otra manera, si García no hubiera gobernado entre 1985-1990, el PBI per cápita del año 2011 (fin de su segundo gobierno) habría sino 28.6% más alto del que realmente se registró, y el PBI en dólares corrientes no habría sido de 176,728 millones sino de 227,292 millones. Estas estimaciones «generosas» revelan que el primer gobierno de García fue responsable de la pérdida de US$ 50,563 millones que hoy no disfrutan «los hijos y nietos» de los adultos que sufrieron los efectos de su nefasto gobierno de 1985-1990. Esta cifra es similar al superávit comercial (US$ 50,351 millones) registrado en el período 2004-2011, y equivale al 87.3% de las utilidades (US$ 57,890 millones) que las empresas extranjeras remitieron a sus matrices durante este período.

Pero eso no es todo. Inició su gobierno con un déficit fiscal de 2.8% del PBI y en menos de un año lo subió hasta un promedio de 7.6% del PBI. Este «inmenso déficit fiscal» se financió con emisión de billetes y también con deuda. Al inicio de su gobierno la deuda publica externa con respecto al PBI era de 48.7%; este porcentaje aumentó a 67.1% en 1989 y a 72.8% en 1990. Además, hay que mencionar que su política de limitar el pago de los servicios de la deuda a 10% de las exportaciones, hizo que nuestro país acumulara deuda externa en la década siguiente, cuyo pago renegoció después la dictadura de Fujimori.

Con esta renegociación se «pateó» el pago de intereses y amortizaciones de la deuda pública externa hasta la primera década de este siglo. (Sobre la solución de esta nueva acumulación de deuda versará nuestro artículo del próximo sábado).

El «Gran Engaño» sobre la crisis europea

El argumento de García del aumento irresponsable de la burocracia, y de los déficits y endeudamiento excesivos, explica claramente las crisis que padecimos durante su primer gobierno. Pero, es un «Gran Engaño» --como dice Krugman-- para explicar lo que hoy ocurre en Europa.

Para empezar, el porcentaje de deuda respecto al PBI de los países que hoy tienen problemas fiscales, decrecía  de manera sostenida desde 1999 hasta 2007, año en el empieza la crisis financiera. Es más, España e Irlanda registraron un saldo público superavitario entre los años 2004-2007. Hay que recordar que las bajas tasas de interés de los años 2003 a 2007, dieron lugar a un auge económico que mejoró las cuentas fiscales y redujo la deuda pública como porcentaje del PBI, excepto en Grecia y Portugal. Recién, cuando en el año 2007 suben las tasas de interés, la posición fiscal de estos países se deteriora y el porcentaje de deuda a PBI se dispara.    

Los inversionistas internacionales, entre ellos los bancos de Alemania, son los que estimularon el endeudamiento en los países de la periferia europea. Al respecto, Paul De Grauwe, en su artículo «Self-Fulfilling Crises in the Eurozone: An Empirical Test», muestra que, por acción de esos inversionistas, se generaron «situaciones de insostenibilidad de la deuda» en los países de la eurozona, independientemente de sus fundamentos económicos. Los inversionistas exigen tasas de interés más altas para adquirir bonos soberanos, con lo cual aumenta más el déficit y, por lo tanto, el porcentaje de deuda respecto al PBI. Esto se explica porque los países de la periferia europea se endeudan en una moneda emitida por un banco central que ellos no controlan. Además, es por esta razón qué Inglaterra, con mayores niveles de deuda y de déficit fiscal que España,  obtiene un rating triple A de las agencias de calificación crediticia.  Inglaterra tiene su Banco Central.

Pero esto es solo una parte de la explicación de la crisis. Las políticas neoliberales y el capital financiero –como señalé en mi artículo del 24 de junio pasado-- «destronaron el papel motor de los salarios reales en el crecimiento de la demanda al desconectarlos de los aumentos de la productividad, y acrecentaron la desigualdad en la distribución de los ingresos». Y estos capitales  son los que promovieron el endeudamiento de familias y gobiernos para inyectarle demanda a un sistema que adolecía y adolece de insuficiencia estructural de demanda efectiva.

A modo de conclusión

Alan García cree que los países europeos «pecaron» y tienen que «redimirse sufriendo», es decir, recortando los gastos y congelando salarios. Recomienda combatir una recesión con más recesión.  Esta monserga neoliberal solo revela su ignorancia supina.
 
 
 
 
Publicado  en el diario La Primera, el sábado 20.

Saturday, October 13, 2012

Sobre el nacionalismo de Belaúnde Terry: Homenaje en el centenario de su nacimiento


El pasado 7 de octubre se cumplieron cien años del nacimiento del arquitecto Fernando Belaúnde Terry. Varias instituciones y personalidades de la política le están rindiendo homenaje, pero pocos destacan la impronta nacionalista de su pensamiento y del partido político que él fundó. Belaúnde quería ser el artífice de la construcción de la Nación peruana. Me atrevo a decir que no hay en el siglo XX otro estadista que haya formulado un plan con ese fin. Basándonos en los trabajos de la historiadora Carmen Mc Evoy podría decirse que en el siglo XIX, Manuel Pardo --presidente entre 1872 y 1876—fue el otro estadista visionario que basó su proyecto de construcción de la Nación en la infraestructura ferrocarrilera como medio de superación de la fractura económica y social entre una costa moderna y una realidad andina y serrana atrasada.

El proyecto nacionalista de Fernando Belaúnde

Belaúnde fue un profundo conocedor de nuestro territorio y de sus problemas.  «Pocas naciones en el mundo --dijo--  tienen el raro privilegio de contener en su propio suelo la fuente de inspiración de una doctrina». Indignado por el atraso y miseria de los pueblos indígenas que sobrevivieron a la conquista española, dijo que en lugar de influencias foráneas, él y su partido Acción Popular optaron por la influencia y los vientos que «soplan de la Plaza de Wacaypata, receptáculo de experiencias y tradiciones milenarias, corazón de un sistema arterial cuyos latidos se sienten en las regiones más remotas del Perú». Belaúnde  --al igual que Manuel Pardo-- fue un limeño que nunca tuvo por el mundo rural y nativo «el más alto desprecio». La constatación de un país dividido social y económicamente, con una economía urbana y costeña desconectada de su geografía y demografía, con poblaciones serranas atrasadas y desconectados de la modernidad en pleno siglo XX, fue para Belaúnde la manifestación del carácter inacabado de la nación peruana, de que no había una comunidad política territorializada e integrada, social y políticamente.

Para culminar la construcción de la Nación, el arquitecto Belaúnde propuso una estrategia de transformación basada en: la colonización vial, la revolución del crédito, la planificación y la cooperación popular.

Para superar la pobreza, desnutrición y sobrepoblación de las comunidades indígenas, había que encontrar –decía Belaúnde --  «el camino hacia la expansión de las áreas agrícolas». Y ello sería posible sólo con la Irrigación y colonización vial. «Mediante los caminos –decía— se logró la unidad andina que no ha podido ser mantenida en la República». La colonización vial y el desarrollo agrícola, eran concebidos así como procesos que se auto-refuerzan, y que  constituyen el vehículo para la integración social y política. Por lo demás, la colonización vial no sólo favorecía la incorporación al mercado interno de nuevas tierras a la agricultura, sino también apuntaba hacia la interconexión sudamericana.

Como su objetivo era el desarrollo nacional integrado, propuso además emprender una revolución del crédito. El desarrollo agrícola e industrial, que eran las banderas de su tiempo --no olvidemos que en 1959 se dio inicio formal al proceso de industrialización— no podía financiarse con un sistema bancario centralizado y oligopolizado. Estaba convencido que las inversiones nacionales se expandirían, diversificando el aparato productivo a lo largo y ancho del país,  con un sistema financiero basado en la competencia bancaria, el crédito y el mercado de papeles hipotecarios, y el impulso a los bancos estatales. Pocos, sin duda, recuerdan que Belaúnde fue el creador del Banco de la Nación.

Esas dos medidas apuntaban claramente a desarrollar mercados internos, y a este objetivo se orientaba también la reforma agraria que su gobierno alentaba. Pero desarrollar mercados e industrializar el país no se podía hacer sin planificación. Se proponía aprovechar la tradición planificadora del antiguo Perú «a la luz de los adelantos que nos ofrece nuestro tiempo». Desarrollar una nación en un territorio de topografía difícil y abrupta, reordenando su ocupación, era para un arquitecto como él una tarea de diseño y planeamiento. Decía con orgullo que «los Andes implacables fueron cuna, como el Nilo fecundo, de un civilización inmortal».

Pero, el proceso de construcción de la Nación tenía que ser obra del mismo pueblo. Por eso imaginó la llamada cooperación popular. Como un adelantado de su época y como vislumbrando la pronta crisis de la democracia representativa, apeló a la participación directa del pueblo. La cooperación popular pudo haberse convertido, por lo tanto, en un vehículo de control y de supervisión sobre los distintos órganos de gobierno, en particular, los representativos.

A modo de conclusión

Es posible que tenga una lectura sesgada del pensamiento primigenio de  Belaúnde. Pero no me cabe duda que, para su época, fue un pensamiento transformador. Desafortunadamente sus seguidores no lo desarrollaron ni adaptaron a los cambios en la realidad y en los conocimientos de los años posteriores. Su pensamiento se truncó y se envileció durante su primer gobierno, y no le sirvió para su segundo gobierno. Los responsables de este envilecimiento fueron los autores del pacto infame del APRA con la derecha. Se aliaron con el partido de Odría para enfrentar al Presidente Belaúnde durante todo su gobierno. Boicotearon su propuesta de colonización vial y, aliados con el capital financiero de la época, imposibilitaron la revolución del crédito.


Publicado el sábado 13 de octubre en el diario La Primera

Saturday, October 06, 2012

Rousseff frente a Humala: cambio y continuismo


El discurso de Dilma Rousseff, presidenta del Brasil, en la inauguración de la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de América del Sur y de los países árabes (ASPA), a diferencia del pronunciado después por el presidente Ollanta Humala, hizo énfasis en la necesidad de optar por una ruta independiente de desarrollo. «Las naciones sudamericanas y árabes requieren asegurar que las turbulencias de la economía internacional no creen obstáculos adicionales a nuestro desarrollo», dijo distanciándose del continuismo neoliberal que aun se aplican en algunos países de la región como Perú.  Ollanta Humala, por su parte, aprovechó para reiterar la importancia de la «creación de un clima favorable a la inversión (extranjera) que garantice la seguridad jurídica y una economía estable». Nosotros, dijo, «nos hemos esforzado mucho por presentar estas condiciones y reafirmamos ahora nuestro compromiso en mantenerlas».

Desarrollo endógeno como respuesta a la crisis internacional

La presidenta del Brasil afirmó que los países más desarrollados están tratando de remontar la crisis por la que atraviesan, aplicando políticas que afectan a los países en desarrollo. «El efecto acumulativo de esas políticas monetarias expansionistas, conjugadas con una exagerada austeridad --sentenció--, exporta la crisis al resto del mundo y no resuelve los graves problemas de los países desarrollados como el desempleo galopante y la desesperanza».

La recesión y la devaluación de las monedas de los países desarrollados limitan nuestras exportaciones. «La crisis económica persistente nos está proponiendo nuevos retos a las naciones sudamericanas y árabes», dijo. Por eso, tenemos que asegurar que la turbulencia de la economía internacional no obstaculice nuestro desarrollo. La cooperación es importante, pero como parte de un esfuerzo nacional para endogenizar los determinantes del crecimiento y desarrollo. «No podemos conformarnos –dijo mirando al auditorio-- con el papel de apenas ser exportadores de commodities». «Nuestra soberanía política –afirmó-- está asociada a nuestra capacidad de educar, de producir ciencia y también de innovar».

En su país, Dilma Rousseff representa el cambio. Se ha propuesto pasar a un régimen de política monetaria y cambiaria más activa, y, junto con abandonar el atraso cambiario, adoptar un programa de estímulo fiscal y de política industrial. Brasil quiere recuperar el tiempo perdido para ponerse en el nivel de las naciones más desarrolladas, con un sólido desarrollo industrial, diversificando más la capacidad productiva de su economía. Este cambio es, según los brasileños, una nueva propuesta desarrollista que, a diferencia del neoliberalismo, «no cree que el mercado pueda resolverlo todo ni que las instituciones deban limitarse a garantizar la propiedad privada y el cumplimiento de los contratos», y que le otorga un papel central al Estado, el que debe ser «financieramente sólido y administrativamente eficiente».

La política cambiaria del continuismo humalista

El mantenimiento de tasas de interés muy bajas por parte de los países más desarrollados y la debilidad de sus monedas, es la causa de la entrada masiva de capitales en las economías emergentes. Pero el gobierno brasileño ya ha reaccionado con una política de depreciación de su moneda para defender la competitividad de sus industrias, mediante la compra de dólares, la introducción de depósitos en moneda extranjera no remunerados, y otras medidas como los impuestos a las respectivas transacciones financieras.

En una economía abierta, donde ya no se estila el uso de aranceles a las importaciones, mantener un tipo de cambio estable y competitivo, como se anunciaba en el plan La Gran Transformación, es el principal instrumento para promover la industrialización y la diversificación de la capacidad productiva. A Ollanta candidato se le explicó con detalle. Pero, también lo escuchó el 2010 de boca de Michael Porter y de Dani Rodrik, como lo ha escuchado ahora de boca de Vilma Rousseff.  Y, como él recordará, la propuesta de un tipo de cambio estable y competitivo se concebía como parte de una estrategia de desarrollo de una economía nacional de mercado, abierta al mundo.

Sin embargo, Humala optó por el continuismo y, por decisión propia, mantuvo a dos connotados escuderos del modelo neoliberal. El primero, Julio Velarde, es el responsable de la caída sistemática del tipo de cambio real desde que asumió la presidencia del directorio del Banco Central en agosto del año 2006.  El tipo de cambio real bilateral de agosto de este año tiene el mismo nivel que el de enero de 1998 y el tipo de cambio real multilateral está muy por debajo de su nivel registrado en esa fecha. El segundo, Luis Miguel Castilla, hecho ministro por Humala, decía que la apreciación de nuestra moneda era un «signo de la fortaleza de la economía». Ahora dice «que descarta la adopción de controles de capital para frenar el ingreso de dólares especulativos» y que cree que es mejor «ampliar el límite de inversión en el exterior de las AFP».

A modo de conclusión

Humala ha reiterado que la III Cumbre de ASPA «genera oportunidades de inversión en el Perú y abre la posibilidad de acceso a un mercado de 700 millones de personas para nuestras exportaciones». ¿Sabrá que en agosto de este año las exportaciones se redujeron en 25%? ¿Tendrá idea que esta reducción se debe, en parte, a la pérdida de competitividad ocasionada por la caída del tipo de cambio real?



Publicado el sábado 6 de octubre en el diario La Primera.